CAPITULO 4

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Era un día bastante hermoso, los árboles repletos de flores adornaban las calles de la cuidad, el sol no era intenso y la brisa era leve pero refrescante

Una feliz pareja caminaba por las aceras, ambos hombres iban tomados de las manos, conversando de forma amena

- Erik, vamos, quiero ir a la cafetería que tanto me gusta, vamos no seas malo - un pequeño puchero se formó en los labios del menor de ellos

- Lo siento Lucas, pero un trato es un trato, perdiste jugando poker y ahora te aguantas - el hombre de cabellos azabache y ojos grises tuvo que aguantar una pequeña risa ante el puchero de su esposo

- Amor, no es justo!! Sabes que te amo pero, tu puedes durar siglos buscando un libro- se quejó el ojiverde, apartando de su rostro algunos cabellos castaños que se le habían escapado de la pequeña trenza que se había logrado hacer

- Mira, si dejas de quejarte como un niño, tal vez considere pasar por esa cafetería- dejó un pequeño beso en la nariz del menor, ocasionándole una pequeña risa

- Vale tú ganas, dejaré de quejarme a cambio de que comiences hoy con ese libro que estás buscando- propuso con una sonrisa, abrazando el brazo del mayor. Esa era una de las cuantas tradiciones que tenían, Erik amaba leer y bueno, a Lucas le gustaban las historias sin embargo le costaba mantener su atención plenamente en la lectura, por lo que acostumbraban a ponerse cómodos en algún lugar, y el azabache comenzaba con la lectura en voz alta mientras el ojiverde le ponía toda su atención

- Es un trato- el más alto dejó otro beso, está vez en la nuca del menor. Ambos chicos siguieron con su camino entre bromas y palabras de amor.

Sinceramente parecían una pareja de recién casados, porque aunque ya tuvieran 3 años de casados y 5 años de noviazgo, esos dos parecían amarse con más fuerza que al principio de su historia

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- Amor, ¿Puedes recordarme por qué tuvimos que levantarnos temprano en nuestro último día de vacaciones? - dejó escapar un largo bostezo, para después tomar el café que habían pasado a comprar hace unos minutos

- Vamos cariño, te dije que hoy nos debíamos levantar temprano, y fuiste tú el que se acostó tarde, no yo- pudo sentir una mirada llena de molestia por parte del menor ante su comentario, le hubiese gustado ver la expresión en su rostro, sin embargo no podía despegar su vista del frente, su vista y sus manos debían estar en el camino y en el volante- además, Alexi y Crista nos pidieron que los acompañáramos al orfanato, son nuestros amigos y sabes que no quieren hacer esto solos

- Si, lo sé, lo sé, y no me malentendiendas, estoy feliz por ellos, digo al fin se atreverán a dar este paso pero, ¡¡Es muy temprano!!- el mayor soltó una carcajada ante las quejas de su pareja

- Ya deja el drama cielo- se ganó un pequeño golpe en el hombro, seguido de una risa de parte del castaño

- Lastimas mi ego cariño- sintió como el auto se detuvo frente a una gran edificación

- Es un poco la idea mi vida- le guiñó el ojo al menor antes de salir del vehículo, seguido del ojiverde

Ambos hombres miraron con asombro el edificio, debían aceptar que era bastante grande, parecía muy bien cuidado y se veía agradable a la vista, no tardaron en divisar a sus amigos en la entrada del lugar, quienes agitaban la mano en señal de saludo, tanto el castaño como el ojigris sonrieron y se apresuraron a acercarse a ellos

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La pareja miraba desde lejos a sus amigos interactuar con algunos pequeños del lugar, sabían que no estaban buscando a un bebé, buscaban a un niño con algo más de edad, tal ves de unos 4 o 5 años

Tanto Erik como Lucas se preguntaban ¿Qué hacían allí?, Parecían el mal tercio en todo este asunto y les era un poco incómodo, aunque sabían que sus amigos necesitaba un poco de apoyo moral en esto, y para eso estaba estaban ellos, a pesar de tener que decirle "no" a más de un pequeño que se acercó a ellos preguntándoles si venían a adoptar.

No es como que el tema no se haya tocado, es decir, habían hablado en un principio de buscar a alguien para de a luz a su hijo, de esta forma uno de ellos sería el padre biológico del pequeño, sin embargo, la idea quedó descartada con el tiempo, ambos pensaban que adoptar era una mejor opción para ellos, querían darle la oportunidad a un niño de tener un hogar

El menor miró por enésima vez su teléfono, necesitaba algo para hacer, no era una persona que pudiera estar mucho tiempo sin hacer algo. Su mirada paseaba por aquel gran patio, en verdad era un lugar agradable, muy contrario a lo que se ven en las películas, donde siempre pintan a los orfanatos como sitios de sufrimiento para los niños, aquí se podían ver tanto a los pequeños como los más grandes jugando y divirtiéndose entre ellos, todos a excepción de una pequeña que se mantenía alejada de todos

No pudo despegar su mirada verdosa de aquella niña, a penas la vio a su corazón se aceleró, un sentimiento realmente fuerte lo comenzó a inundar, juraría que se quedó embobado mirando aquellos largos cabellos castaños, quizás un poco más oscuros que los suyos y esos ojos que eran de un azul intenso, parecían zafiros, su piel era pálida y sus mejillas tenían un rubor casi imperceptible para cualquiera pero, no para un fotógrafo con años de experiencia como él

La pequeña no debía tener más de 10 años, parecía muy inmersa en sus pensamientos, ya que no había notado que el mayor la estaba observando. No supo cuanto tiempo paso detallando a aquella niña, solo sentía como aquel sentimiento se hacía presente y con más fuerza, sentía que debía protegerla de todo, solo quería ir, abrazarla y llenarla de besos, no sabía que podía llegar a sentirse así por una pequeña que ni siquiera conocía

El azabache notó que su pareja estaba bastante callado, algo sorprendente sabiendo que es alguien que siempre está haciendo bromas o sacando temas de la nada, iba a preguntarle qué le ocurría, pero aquella interrogante se le atoró en la garganta al ver a su castaño con la mirada fija en una hermosa pequeña, sentada debajo de un gran árbol

Nunca había visto aquellos ojos esmeralda que tanto amaba llenos de tanto sentimiento, pudo notar el amor, la ternura, las ganas de proteger a esa pequeña, todo eso plasmado de la forma más pura en la mirada de su esposo. Una sonrisa se posó en sus labios de inmediato, y su mirada volvió hacia la menor, quien miraba las hojas de aquella árbol como si fuera lo más interesante del mundo

¿Quien lo diría? Vinieron a acompañar a sus amigos a buscar al nuevo miembro de su familia y, tal vez sean ellos quienes encontraron al suyo

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Espero que les esté gustando la historia, de ser así, por favor voten y dejen sus comentarios

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𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐔𝐍𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora