CAPITULO 43

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La habitación se había convertido en un total desastre, las almohadas estaban tiradas por el suelo al igual que todos sus libros, la silla que acompaña su escritorio se encontraba volcada y la cama estaba deshecha, incluso había vidrios rotos provenientes de un pequeño portaretrato que se encontraba sobre el escritorio

- Tendré que considerar quitar algunas cosas de esta habitación si vuelves a hacerte daño con ellas- anunció un calmado pelirosa mientras, desinfectada con delicadeza una cortada en la mano de la pequeña castaña quien solo mantenía su mirada baja sintiendo como las lágrimas seguían bajando por sus mejillas

- No fue a propósito

- Sé que no lo fue Nessa pero, ya es tu tercer ataque de pánico luego de una pesadilla y llevas aquí menos de una semana- recordó comenzado a vendar la herida- jamás habías hecho algo así en tu departamento ¿Alguna razón del porque ahora reaccionas así?

Esa pregunta quedó en el aire y por la reacción de la pequeña Stone supo que no iba a obtener ninguna respuesta de ella esa noche. Las pesadillas de la menor de la familia Hamilton eran constantes, incluso cuando tomaba una siesta hacían acto de presencia y eso preocupaba bastante al pelirosa quien recién estaba empezando a entender a fondo todo lo que la niña sentía

Las cosas no habían sido sencillas desde su llegada, no quería salir de su habitación por nada del mundo, prácticamente no dormía, no hablaba con nadie que no fuera el pelirosa, no se había relacionado con ninguno de los otros niños que también se encontraban internados junto a ella, quizás algo que mantenía un poco más tranquilo al especialista es que estaba empezando a ser más expresiva y abierta en sus sesiones y que al menos no tenía problemas a la hora de comer lo que se le ponía en el plato

- De acuerdo, ya está listo- anunció con una pequeña sonrisa terminando de vendar la mano de Nessa- estará bien, una de nuestras enfermeras se asegurará de eso- sus ojos realizaron un rápido viaje por la habitación hasta volver a observar a la menor- vamos Nessa, te ayudaré a ordenar todo y luego podrás volver a dormir

Había un ligero tono alegre en su voz, era obvio que trataba de hacer esto más fácil para la pequeña aunque parece que no funcionó ya que pudo ver, con total claridad como su pequeño cuerpo se tensaba  de solo imaginar tener que volver a dormir

- No quiero - aquel quebradizo susurro salió lleno de desesperación, las lágrimas y empezaron a salir con más fuerza de aquellos zafiros. Tobias notó con rapidez como empezaba a temblar por lo que intervino de inmediato

- Hey, hey Nessa, pequeña necesito que me mires - con suavidad tomó la barbilla de la castaña para hacerla levantar la mirada- respira, recuerda lo que hablamos, necesitas respirar

Con dificultad la ojiazul logró acatar la orden, evitando así otro posible ataque sin embargo, seguía aterrada por la simple idea de volver a dormir. No quería hacerlo, no podía, no quería tener que enfrentarse a eso

- Nessa debes dormir, no puedes seguir así. Sé que te asusta hacerlo, sé que no quieres volver a revivir nada de lo que haz tenido que pasar pero, no puedes huir de esto por siempre

- Puedo tratar- murmuró la pequeña bajando nuevamente su mirada, al oir eso el pelirosa soltó un largo suspiro, sabía que está noche no ganaría esa pelea

- Escoge tus batallas Tobias- pensó acariciando rápidamente el largo cabello de la ojiazul- Ok, por ahora ordenemos este lugar ¿Te parece?- Nessa lo pensó unos segundos antes de asentir como respuesta. Sabía que no iba a lograr volver a dormir y que debía arreglar esa habitación por mucho que no quisiera hacerlo. Está sin duda sería otra larga noche para ella

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Estaba exhausto, al fin había llegado a su hogar luego de un largo turno que recién acabó luego de asistir el ataque de la pequeña Hamilton. Amaba su trabajo, no iba a negar, amaba ayudar a los pequeños, sin embargo eso no quitaba el hecho de que por momentos era un trabajo que le resultaba física y mentalmente agotador

𝐁𝐑𝐎𝐊𝐄𝐍 𝐒𝐔𝐍𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora