Capítulo: 1

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Cuando terminas con tu pareja es normal hacer algunos cambios, los más normales serían cambios de looks pero mi mama prefiere empezar desde cero y mudarse al medio de la nada aunque en realidad no empezara tan desde cero ya que también llevará a su querida hija, osea yo.

¿Quiero empezar una nueva vida? No ¿Tengo otra opción? Sinceramente no.

Valijas hechas, celular cargado, películas descargadas, auriculares, libro, lista para el viaje.

Normalmente estaría emocionada por viajar pero no quiero dejar la ciudad, mi casa, mi escuela, mis amigos, todo ¿Por qué? porque mis padres se divorciaron, mamá quiere empezar desde cero y como ella tiene mi custodia tengo que irme con ella. Vamos a la isla Victoria donde está la gran mayoría de mi familia materna, mamá dijo que ahí se sentiría mejor y recibiría el apoyo que necesitaba. ¡Y lo que yo necesitaba! ¡Me estaba separando de mi papá y de mis amigos! Claro que nos man tendremos en contacto, vendré de vacaciones, pascuas una que otra navidad ¡Pero no es lo mismo! No quiero escucharlos por teléfono o verlos a través de una estúpida pantalla, quiero verlos frente a mi como siempre... Tal vez estoy exagerando pero definitivamente hubiera preferido que no se divorciaran o que papá tuviera mi custodia...

No, no es cierto que te hubieras quejado de que no verías a mamá y mil cosas más.

Cállate.

—¡Natalia! —mamá chasqueó sus dedos delante de mi cara.

-¿Que Paso?

—¡El micro, hay que subir! ¿En qué esperáis?

En tu divorcio y en cómo este viaje complica mi existencia.

—Nada... —susurré haciendo que mamá apenas pudiera escucharme y suspirara molesta.

Como es obvio no quería irme por lo tanto tenía esta actitud de... Como le había dicho mamá... Diva adolescente que evidentemente ella no soportaba por lo tanto las peleas se habían vuelto algo normal en las últimas semanas, se que no es bueno pero habia veces que me salia solo es como si mi subconsciente quisiera dar a entender que no estaba feliz que esta idea de mudarme.

—No empieces... —ordenó. —¿Enserio quieres discutir tan temprano?

No, no quería eran las tres de la madrugada, lo único que quería era dormir así que me quedé callada y empezamos a caminar hacia el micro que nos llevaría a nuestro destino. Al llegar le dimos nuestros pasajes a un hombre bastante robusto que los vio y nos dejó pasar, fuimos a nuestros lugares y lo único que se escuchaba era a un bebe llorando, va a ser un largo viaje...

—Te va a encantar la isla Victoria —aseguró mamá con mucha alegría.

No era el lugar para decir mi humilde opinión de lo que pensaba acerca de la fascinante isla Victoria así que solamente asentí mostrándole una sonrisa, bastante forzada a decir verdad pero eso hizo feliz a mamá. Tenía sueño y cero ganas de escuchar a un bebe llorar así que me agarró los auriculares, puse Teeth de 5SOS, cerré los ojos y no supe más nada del mundo.

***

Ya era la una de la tarde cuando me levanté y según la información que mamá me había dado ¡faltaban unas siete horas más para llegar! ¡Para cuando lleguemos iba a tener el culo cuadrado! pero bueno tenía que aguantar y como dormir no era opción y estirar quería las piernas decidió ir al baño, no quería ir al baño en sí solamente quería caminar, así que cuando llegue a la puerta del baño pegue media vuelta y volví a mi lugar.

—¿Estaba ocupado? — mamá preguntó con la vista en su celular.

—Si —mentí.

—Tu tía me mandó un mensaje, dice que todos están emocionados porque vayamos.

Se notaba la emoción en su voz era como si hubiera recibido la mejor noticia de su vida.

Haz un esfuerzo y no digas lo que piensas.

—Que lindo...

—Mueren por volver a verte, sobre todo Sofi, la recuerdas ¿No?

Negué con la cabeza, ni siquiera me sonaba el nombre, sabía que había ido un par de veces a la isla Victoria hace unos años pero no recordaba nada de allá, sabía de las caras de mis familiares que vivían ahí por fotos, nada más. Mamá empezó a hablar de cómo era su vida cuando vivía ahí y yo solamente asentía en otros momentos me interesaría lo que me estaría contando pero con el humor que tengo ahora no. Pasó una hora y saque de mi mochila un paquete de papas fritas con un sándwich de jamón y queso que no dudaron mucho, cuando escuché que el bebé volvió a llorar, puse música y me obligue a dormir. Cuando ya no pude dormir más, las tres horas restantes me dediqué a leer, escuchar música y ver la película de Shrek, una de mis favoritas. Hasta que por fin llegamos, bueno no, todavía no utiliza que tomar un ferry que tarda aproximadamente veinte minutos en llegar a la isla. Subimos al ferry que estaba lleno de personas y llegamos más rápido de lo que pensé. Bajamos en un pequeño puerto, junto con nuestras cosas, mucha gente por no decir la mayoría se iba al instante del puerto y nosotras estamos esperando a nuestros familiares. Poco a poco el sol se iba ocultando para dar a entender que la noche estaba llegando y yo estaba harta de esperar.

—Mamá ¿Por qué tardan tanto?

—Ten paciencia, ya deben estar por venir —respondió con la mirada clavada en su celular.

Justamente eso es lo que no tengo madre.

Di un gran suspiro para que notara mi mal humor pero me ignoró, volví a suspirar más fuerte y también me ignoró, indignada revise mi teléfono y claro no pude hacer nada por qué no tenía batería.

Ahora toca morir de aburrimiento.

—¡Me aburro! ¡Me aburro! ¡Yo yo yo aburroooo! —empecé a cantar haciendo que mamá apagara su celular y me viera irritada.

—¿Cuántos años tienes seis? — preguntó levantando una ceja.

—No, fallaste por nueve años —le guiñe un ojo, haciendo que pusiera mala cara.

—¡Clara! ¡Natalia!

Escuché como gritaban nuestros nombres, eso significaba ¡Que por fin nos iríamos!. Mamá se giró con una sonrisa en su rostro y vio como una mujer de cuarenta y pico de años iba corriendo hacia nosotras, esa mujer era mi tía esperanza, al llegaran ambas se saludaron y abrazaron, se notaba que no se habían visto en años incluso noté algunas lágrimas por parte de ambas, tal vez sí sea bueno que mamá haya vuelto. Cuando por fin se separaron mi tía se secó las lágrimas con la mano y me abrazó a pesar de que era básicamente una desconocida para mi era mi familia así que le devolví el abrazo.

—¡Estás enorme! —dijo separándose de mí. —La última vez que te vi eras del tamaño de una muñequita.

Si, ya estaba preparado para ese tipo de comentarios por que supuse que los dirían muy seguido.

Respira, sonríe y finge que te sorprendes de haber crecido.

—Si...

—¡Me alegra tanto que hayan venido! —exclamó mi tía con una sonrisa.

Lo sé, mamá me lo repitió toda la semana y también durante un viaje de quince horas.

—¡Nosotras igual! —agrego mamá igual de emocionada.

Después de ese reencuentro, estábamos caminando en dirección hacia nuestra nueva casa. Según lo que mamá me explicó, toda la familia vivía en un mismo terreno para estar más unida, por lo tanto me convenía llevarme bien con todos porque los vería siempre.

 Según lo que mamá me explicó, toda la familia vivía en un mismo terreno para estar más unida, por lo tanto me convenía llevarme bien con todos porque los vería siempre

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Un amor de verdad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora