Capítulo: 22

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Faltaba muy poco para por fin llegar a mi destino y poder ver a papá.
Debo de admitir que el viaje no estuvo tan mal. Intente leer un poco al principio pero con el moviendo se me mezclaban las letras y eso hacía que me doliera la cabeza así que descarte leer para pasar el tiempo, así que empecé a jugar Subway surfers me entretuvo bastante hasta que ví que el sol empezaba a esconderse, decidí dormir y solamente me desperté para comer un sandwich que mamá había guardado en mi mochila para después volver a dormir.
Básicamente me pasé la mitad del viaje durmiendo.

Empecé a repiquetear los dedos sobre mis piernas, algo ansiosa.

Ya quería ver a papá.

Pasaron unos díez minutos más que para mí fueron eternos hasta que por fin el micro frenó.

Todos los pasajeros. —Incluyéndome. —Se pusieron de pie y en cuanto las puertas se abrieron, empezamos a bajar.

Mientras esperaba que me dieran mi valija a lo lejos pude ver a papá pero él no me vio a mi.

Tenía los ojos clavados en un micro que había llegado después que el mío.

Decidí mandarle un mensaje.

Te veo…

Y le mandé una foto donde se lo veía a él buscándome con la mirada.

Justo después de mandar ese mensaje, me dieron mi valija y fui corriendo en dirección a papá.

Intentando no chocar con la gente que había porque para mí sorpresa había bastante.

Al parecer papá logró verme cuando estaba a punto de llegar a él, así qué esbozó una sonrisa mientras caminaba hacia mi con los brazos abiertos.

Corrí más rápido y me lancé hacía el.

Lo abracé con todos mis fuerzas, lo había extrañado tanto…

Siempre tuve una buena relación con él, casi nunca discutíamos, podía hablar con él de lo que sea, aún que por su trabajo había veces que no lo veía mucho pero él siempre intentaba estar lo más presente para mí y el amor y cariño de su parte  nunca faltó.

Así que separarme de él durante este mes y medio sí me afectó porque lo extrañaba muchísimo a pesar de que hablaba diario por teléfono con el pero no es lo mismo.

—Te extrañé mucho.

—Yo también princesa, yo también. —papá se separó de mí aún con una sonrisa en su cara. —Bueno ahora toca ir a casa.

Asentí, ambos empezamos a caminar hasta que salimos de la terminal y llegamos a su auto.

Durante el camino hablamos bastante. Me pregunto cómo estaba, que tal me estaba llevando con la familia de mamá y  sobre todo de su tema favorito, la escuela.

—Me va bien. —dije viendo por la ventana, ya había amanecido. —Bueno… Inglés y matemáticas me siguen costando.

Papá me dedicó una mirada desaprobatoria.

Desde que tengo memoria me había costado matemáticas y cuando entre a el secundario me empezó a costar inglés.

Dos materias que según papá son importantes para mí futuro.

—Pero un amigo siempre me ayuda con las cosas que no entiendo.

Un muy buen amigo.

—¿Hiciste amigos?

Increíble, mi propio padre se sorprende de que haya hecho amigos.

—Si…

—¡Muy bien! ¿Cómo se llaman? ¿Cómo se conocieron? ¿Cómo…?

Un amor de verdad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora