Capítulo: 19

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¿Por qué hace tanto frío? Se supone que estamos en otoño no en invierno el frío no tendría que ser tan fuerte.

Froto mis manos entre sí para poder calentarlas.

Tal vez el frío no me pegara tan fuerte si estuviera acostada en mi cama calentita como cualquier domingo normal.

¡Pero no! la señorita decidió ir a la playa con sus primos.

En mi defensa debo decir que cuando busque por mi celular cuántos grados iban a hacer. —Para saber si aceptar o no la invitación de mis primos a recorrer la playa. —Decía que hoy iba a hacer "Un día soleado y bastante agradable".

¡Una completa mentira!

Hacía un frío de morirse y no había rastros de sol, solamente nubes grises que daban a entender que llovería pronto.

A Thomas tampoco le agrada la idea de ir a la playa con este frío pero él fue más directo al respecto y por eso no vino.

—No voy a ir a cagarme de frío, así que conmigo no cuenten.

Ay primo porque no seguí tu ejemplo.

—No entiendo cómo les gusta venir a la playa con este clima...

—¡No hace tanto frío!

—¡Para la gente friolenta como yo si!

—Yo también soy friolenta y no me quejó. —dijo Cata ganándose una mala mirada de mi parte. —Okey okey me callo.

—No quiero ni imaginarme cómo te vas a poner cuando te metas al mar. —agregó Luis despegando la vista de su celular.

¿Qué?

—¿Nos vamos a meter? —pregunté esperando que alguien me dijera que era un chiste.

—Pues sí. —respondió Martín de forma obvia. —¿Para qué vas a la playa si no te vas a meter al mar?

—Mira con este frío prefiero hacer cualquier cosa antes que meterme al mar.

—No hace tanto frío, solamente ahí viento.

—¡Me da lo mismo! ¡No me voy a meter!

Luis y Martín intercambiaron una mirada para después sonreirme.

—Me llegan a tirar... Y los asesinó.

—¡No puedes no meterte!

—Martín, no me jodas.

—¿Y si Max se mete? —preguntó Luis moviendo sus cejas.

¿Es en serio? Que se pensaban ¿Que si él hacía algo yo iba a ir detrás de él hacer lo mismo?.

—Que se cagué de frío el.

—Contigo no funciona... —murmuró Luis con desilusión.

Seguimos caminando mientras Martín intentaba convencerme de que tenía que meterme junto con ellos al mar.

—Martín entiende... ¡No!

—¡Si!

—¡No!

—¡Aburrida!

—Prefiero ser una aburrida antes de salir con hipotermia. —pase mis manos por mi cara mientras pensaba una excusa para que Martín me dejara en paz. —Además no vine con la ropa correcta. —señale mi vestimenta compuesta por unos jeans, un suéter azul y una campera negra.

—Te sacas el suéter, la campera y ya está.

—¿Y volver con la ropa mojada? Estás loco.

La discusión siguió hasta que después de unos minutos llegamos a la playa que estaba completamente vacía.

Un amor de verdad #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora