Capitulo 37.- Presa en la cárcel de tus besos

174 13 2
                                    

Nos llevan a una pequeña estación cerca del campus para ponernos en una celda preventiva. No puedo creer que esto esté pasando. Adam y yo no cruzamos ni miradas, nos ignoramos como si el otro no estuviera. Nos llevan dentro para registrar nuestros datos y retirarnos nuestras pertenencias mientras rstamos en confinamiento.

—Espera, ¿no tengo derecho a un abogado? ¡Se estas violando mis derechos!— digo preocupada

—Querida, esto es una celda preventiva no San Quentin— responde la policía detrás del mostrados.

—Entonces debe haber alguna multa a pagar, lo pagare, ahora mismo. ¡Lo que sea!

Me mira molesta .

—No funciona asi. Hay una penalización por riñas en espacios publicos  y deben cumplirla.

Adam la mira asustado.

—Esto no me afectará en mi proceso legal, ¿verdad? Estoy bajo libertad condicional y no puedo cometer ninguna falta durante — dice agitado.

—Mira nada mas, unas fichitas tenemos aquí— responde la policía.

—¡Yo no debería estar aquí, yo no hice nada!— grito desesperada.

—Veamos— la policía se recarga en el mostrador y revisa unos papeles —. El reporte que hicieron es sobre una chica golpeando a un sujeto en los jardines del campus. Parece que si hiciste algo.

—Señorita policía— respiro profundo e intento mantener la calma—, usted no entiende. ¿Cómo esperaban que reaccionará? ¡Él me llamo cerda!

Me mira sin expresión y levanta una ceja.

—¿De verdad? Dímelo a mi— parpadea un par de veces esperando a que diga algo mas. Suspiro y cierro lo ojos esperando que cuando los abra esto no este pasando —. Ahora vengan— nos toman a los dos y nos meten a una pequeña celda a cada uno quedando separados pero aún en contacto.

La policía cierra la celda y se va sin decirnos nada.

—¡Espera! ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?— grito detrás de los barrotes tratando de sacar mi cabeza.

—¡El tiempo necesario!— grita desde la distancia dejandonos solos.

Miro alrededor del pequeño espacio en donde solo hay dos celdas y un escritorio vacío frente a nosotros. Me siento en la banca de metal derrotada. ¿Qué mierda voy a hacer ahora? ¿Qué le voy a decir a Keith? ¿Por qué tiene que pasar esto justo ahora? Recargo la cabeza en la pared esperando a que el tiempo pase. Adam solo esta tendido sobre la banca de metal. Esto no es nada nuevo para él. Espero a que alguien llegue para saber que va a pasar pero pasa una, dos, tres horas y no hay rastro de nadie en la estación. Mis ánimos están muy bajos en este momento. Pero creo que no debi hacer eso, no debi golpear a Adam. Si no lo hubiera hecho en este momento estuviera arreglando las cosas con Keith. Odio admitirlo una vez mas pero, creo que es mi culpa. Me siento mas cerca de la celda de Adam para hablarle.

—¡Hey!— intento llamar su atención mientras el sigue acostado. Se asoma un poco sobre sus pies para saber si fui yo pero me ignora —Perdón por haberte golpeado— digo con voz casi inaudible pero el eco en el lugar hace que no sea difícil de escuchar.
Adam solo me ignora. Suspiro y me rindo. Recargo mi cabeza en la reja que nos divide —. No tienes idea de lo mucho que esto también me afecta. Es solo que... aveces no puedo controlarme. Tengo problemas lo acepto...

Gruñe molesto y se levanta.

—¿Si te perdono te callarías?— su respuesta golpea mi ganas de abrirme con él. Lo miro avergonzada y asiento con la cabeza —. Todo bien, supéralo.

Pretty Bad 2: Blondes have more fun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora