Lo miro pasmada y paso saliva con dificultad.
-Solo actúe en el momento. Lo hubiera hecho por cualquier persona- acomoda el portafolio debajo de su brazo y limpia la poca sangre que salió de su boca.
Solo me quedo viendolo sin decir nada. No sé que decir. Es obvio que me odia pero sin reacciono con rencor al igual que él ¿cuando acabara esto? No puedo seguir con esto. Lo arruine, si, pero eso no significa que no pueda arreglarlo.
-Lo sé. Fue un buen gesto de tu parte- digo con la misma frialdad. No el mejor movimiento.
Me mira sin expresión alguna se da la vuelta y da unos pasos. Luego regresa.
-No fue...- lo interrumpo.
-¿Quieres tomar algo? Como agradecimiento podría invitarte un café. Hay una cafetería cerca.
Se queda pensando unos segundos mientras mira el suelo.
-Bien- suspira.
Entramos a la cafeteria y nos sentamos en una mesa despues de pedir nuestra orden. El silencio es el mas incomodo que he sentido en mi vida. Nos quedamos callados por unos minutos mirando al rededor sin siquiera cruzar miradas.
-¿Qué tal... la vida?- decido romper el hielo. Alguien tiene que ceder.
-Terrible- responde sin hacer contacto visual o intenciones de extender la conversación.
-Wow. Que mal-. Tomo de mi café con incomodidad
-¿Qué tal tú?- pregunta y yo me atraganto un poco con el café.
-Podría estar mejor- respondo mas amigable.
Él asiente con la cabeza y sigue mirando alrededor.
-¿Por qué tratas de ser amable conmigo?
-Lo siento. Yo... Solo lo siento. Supongo que es mi forma de decir perdón.
-Pues eres pésima en eso.
-Bueno, quizá si tu solo dijeras algo. Con que me digas que no me perdonas y me odias me sentiría mas tranquila. Tu indiferencia me esta matando.
-Jamas podría decir algo así
-¿Qué?
-Que- suspira -, que te odio- Me quedo congelada por un momento y siento esa extraña sensación en mi estomago otra vez -. Te perdono. Pero tienes que entender que no fue... es fácil para mi. Si es que puedes tener empatía por alguien que no seas tu.
-Lo entiendo. Ahora lo hago.
Nos quedamos viendo profundamente y sin aviso se para de la silla y toma sus cosas. Me levanto después de él.
-Gracias por el café- dice mientras sus ojos parpadean rápidamente. Nos quedamos uno frente al otro por unos segundos mirándonos fijamente entonces comienza a inclinarse hacia mi y comienzo a respirar con profundidad, las manos me sudan y mi rostro se levanta y cierro los ojos en la espera de un beso en la mejilla pero se detiene en seco a unos pocos centímetros -. ¿Te hiciste algo en el cabello? Se ve raro- se da la vuelta y se va.
Me dejó como una estupida esperando algo mas que un seco adiós que ni siquiera dijo. Grito por dentro enfurecida. Miro a mi alrededor avergonzada para asegurarme de que nadie viera tal humillación. Salgo del lugar envuelta en rabia. ¡Lo hizo a propósito para avergonzarme! Quizás es justo pero es un imbecil. Llego a la mansión y al momento de bajar mis cosas del coche me doy cuenta que mi computadora no esta. ¡Maldito día! Regreso a la cafetería y pregunto pero nadie la había visto. Me pongo a pensar donde mas podría estar hasta que recuerdo que en realidad Keith nunca me la devolvió. ¿Tendré que humillarme dos veces y llamarlo? Que porqueria de vida.
Vuelvo a la mansion y hay tantas cosas en mi cabeza. ¿Debería cuidar mi espalda? He sido acosada, han robado mi ropa, he sido secuestrada, me han atacado fisicamente tiñiendome el pelo, he sido drogada y recientemente asaltada. Esto es una serie de eventos desafortunados, una coincidencia o algo orquestado. No tengo idea de que debo hacer o si deberia hacer algo. Mientras mi cabeza da mil vueltas me llega un mensaje:
"¿Te divertiste en tu cumpleaños? Espero te haya gustado la sorpresa, perra"
Paso saliva con dificultad y mi primer impulso es llamar al teléfono pero no entra la llamada. Mackenzie entra por la puerta y yo nisiquiera le tomo importancia. Tira su celukar sobre la cama y comienza a hablar pero no le pongo atención. Mi cabeza no puede soportar tanto. Mackenzie se entretiene en el closet, escuche que dijo que iria a algun lugar. Al no responder el telefono decido mandar un mensaje de vuelta:
"Muy divertido!!! Maldito idiota. Al menos ten las pelotas de mostrarte y no esconderte detrás de unos mensajes. ¿Crees que eso fue suficiente para destrozarme? No me hicieron nada tus bromas de primaria. Cuando te encuentre vas a conocerme de verdad, xoxo"
Mando el mensaje y justo despies el teléfono de Mackenzie suena. Veo su pantalla y es un mensaje. Lo primero que viene a mi cabeza es algo terrible, no puede ser ella... ¿O si? Mackenzie ve que veo su pantalla y hacemos contacto visual unos segundos. Salto sobre su cama para ver el mensaje pero ella salta sobre mi evitando que lo hago.
-¡Shelly suelta mi maldito teléfono!- comenzamos a forcejear
-¿Por qué no quieres que lo vea? ¿Qué escondes?- nos torcemos las manos tratando de ganar.
-¡Nada!- grita desesperada. Le muerdo la mano -¡Ouch!- le quito el telefono y ella me salta encima -¡Shelly, te lo juro, si ves esos mensajes ya no seremos mas amigas!
¡Maldita hija de... perra!
-¿Eres tu?
-¿Quién?
-Quien me esta haciendo todas estas cosas
-No se de que hablas
-Entonces porque cuando respondo un mensaje amenzante te llega a ti un mensaje de casualidad.
-¿Por casualidad? Shelly, ¿de verdad crees que seria capaz de molestarte o hacerte daño de alguna manera?
-No lo sé
-¡Vete al carajo! Cómo te atreves a culparme por algo asi.
-Entonces enseñame los mensajes.
-No puedo hacerlo
-¿Por qué no?- grito frustrada
-No puedo
Me tiro en la cama derrotada.
-No tienes idea de lo dificil que han sido esros días. No confio en nadie, me intentaron asaltar hace unas horas...
-¿Qué?- Pregunta preocupada
-Lo unico que quiero es estar segura de que no eres tu eso es todo
-¿Y no crees en mi palabra?
-¡Te creo! Pero, entonces ¿por qué no quieres que vea los mensajes?
Mackenzie suelta un suspiro.
-Por que me da vergüenza-. Agacha la cabeza
-No me voy a burlar, no importa lo que sea.
-Es que no es por que te burles. Es por el valor de mi palabra... no vale nada
-¿Es algo malo?
-¡No! Es que no quería que lo supieras, que nadie lo supiera, menos de aquí- Le arrebato el teléfono -. ¡Shelly, no lo hagas!
-Tiene contraseña, perra- se lo aviento de regreso. Suspira de alivio -. Pero si vamos a seguir siendo amigas tienes que mostrarme el mensaje, no puede haber esa clase de secretos entre nosotras.
Se queda pensativa unos segundos. Mira al teléfono, me mira a mí, le quita la contraseña y me lo da.
-No le puedes decir de esto a nadie.
Comienzo a leer el mensaje. No puede ser verdad. Jamas me imagine que Mackenzie fuera capaz de hacer esto. No ahora.
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Pretty Bad 2: Blondes have more fun.
Dla nastolatkówShelly emprende una nueva aventura ahora en la universidad. Ir a las ligas mayores con una mentalidad pequeña no es opción. Es momento de aspirar a algo mas grande, y de paso se consigue un poco o mucha diversión. ¿Será que lo viejo se ha hecho nuev...