Capitulo 23.- El rival mas debil

178 19 2
                                    

Despues de la pijamada y de la extraña actitud de Mackenzie, que aún sigue presente, decidí hacer algo que dije que no haria, arreglar este desastre. No he hablado con Charlie en semanas porque estoy muy molesta con él pero soy el unico puente para arreglar esto. No sé si sea la razón por la que Mackenzie actúa así pero no pierdo nada intentandolo.

El lunes aprimera hora lo espero en la clase que compartimos pero no aparece asi que al salir de la clase voy a buscarlo a la biblioteca pero resulta que esta cerrada por un evento privado de una firma de libros, al,parecer de Katrina o algo asi decía el cartel pegado en la puerta. Me rindo y tomo mi camino de vuelta. Despues de unos pasos veo que destino actúa a mi favor una vez mas. Me encuentro a Charlie caminando en mi dirección con audifonos y totalmente distraido.

-¡Charlie!- comienzo a caminar a él

Levanta su mirada y me ve ir a él por lo cual se gira tratando de evitarme. ¿Qué les pasa a todos? Comienzo a correr detras de él y lo tomo por el brazo.

-¿Qué quieres?- se suelta.

-¿Cual es tu problema? Solo quiero hablar contigo, ver como estas.

-¿Ahora te importa como estoy? Despues de dos semanas. Creo que es claro que has elegido tu bando.

-¿Bando?- gruño -Esto es justo a lo que me referia cuando te dije que no te involucraras con Mackenzie, tarde o temprano tendria que elegir y no lo voy a hacer.

-Entonces... ¿Que quieres?

-¡Que arregles tu maldito desastre!- lo golpeo en el hombro -¿Crees que ya todos se olvidaron de lo que paso? En especial Mackenzie. Le importas y ahora es un desastre porque decidiste ser un cola suelta y meterla en donde cupiera. Se un hombre y habla con ella, deja las cosas bien.

-¿Y que te hace creerte la persona correcta para aconsejarme sobre esto? Si no estoy mal por ahí aún andan mas de dos chicos a los que les rompiste el corazón y no pueden verte ni en pintura. Arregla tus asuntos primero antes de venir a decirme que hacer- levanta las cejas con cinismo

-Solo quiero ayudarte, porque te considero mi amigo. No tienes que ser un idiota- me doy una vuelta dramatica para irme pero no me percato que alguien mas viene caminando con prisa y euforia así que chocamos.

-¡Hazte a un lado!- me grita mientras me empuja fuera de su camino.

¿Morgan? Veo a Morgan caminar enfurecida con el pelo revuelto, la camisa desabotonada, arrugada y una calceta abajo, ¿que diablos le pasó? Veo que sube a una camioneta y se va. Algo anda mal, pero ¿qué?

Narra Morgan

Ya han pasado dos semanas desde que mi plan contra Shelly no salio como esperaba del todo y me creó problemas con Jolie y Katrina, malditas perras cretinas. A Jolie se le paso rapido pero Katrina no dejo de mandarme mensajes amenazantes por varios días, ¡que se pudran ella y su senos falsos! Pero en fin, al menos pude conseguir que abofetearan a Shelly, eso me tiene un poco mas contenta.

Ahora es tiempo de ir a hacer acto de presencia a las clases. No sé porque algunos profesores se empeñan en presionarme como a los demás estudiantes. No soy como los demás, aunque no mueva ni un dedo aún así me voy a graduar ¿qué parte de eso no entienden? Solo voy a fingir que escribo algo en mi laptop para que parezca que me esfuerzo.

Se escucha que tocan la puerta del salón y enseguida alguien abre la puerta por fuera.

-Buenos días profesor, perdón por la interrumpcion, ¿podria prestarme a uno de sus alumnos un momento?- dice la mujer desde el filo de la puerta.

-Buen día coordinadora. Claro que si- responde el profesor con amabilidad exagerada. Lame botas de mierda.

-¿Morgan Williams?- todos me voltean a ver y yo levanto la mano -La decana te espera en su oficina- me dice mirandome fijamente sin expresión alguna.

Me levanto mirando a todos como inferiores, incluso al profesor. ¿Lo ve? La decana quiere verme a mi en su oficina, una alumna de primer semestre, ¿cuantos de estos han tenido ese privilegio? ¡Seguramente ninguno! Salgo del salón con mis cosas en direccion a la oficina de la decano al edificio principal. Quizá quiere invitarme a desayunar o tomar el té, o lo que sea no me importa solo agradezco que me sacara de esa aburrida clase.

Llego con su secretaria la cual me hace tomar asiento para esperar a que se desocupe. Unos cinco minutos despues me pide que pase a la oficina. Entro y la decana me recibe de pie.

-Buen día Morgan. Toma asiento- estira su mano para indicarme donde sentarme.

-Hola Silvie. Es bueno verte de nuevo, me alegra recibir tu invitación ¿Quizá un té o desayuno juntas?

Me mira con seriedad.

-Quizá... no. En realidad te cité para algo diferente.

Mis cejas se levantan y mi boca se abre un poco en sorpresa. Wow, ¿algo mas importante?

-Ok...- levanto una de mis cejas para hacer mi expresión mas interesante.

-No sé como comenzar- dice entre suspiros -. Llego a mi una acusación muy seria que no puedo pasar por alto, ya que la fuente es muy fidedigna- La miro evidentemente confundida, ¿eso que tiene que ver conmigo?-. Usar el privilegio para sobornar a un maestro ya sea con dinero, oportunidades, favores sexuales o intercambio de cualquier otro tipo es algo que reprobamos en Westwood, y es penado con la expulsión de la universidad. ¿Estas consciente de esto, Morgan?

Suelto una risa ahogada.

-¿Eso que tiene que ver conmigo?- pregunto.

-En Westwood valoramos la integridad y la honestidad, así que lo preguntare de nuevo: ¿Estas consciente de esto, Morgan?

La miro con odio mientras raspo mis dientes moviendo la mandíbula de un lado a otro.

-¡No pueden expulsarme! ¿Sabes quien es mi padre? No va a estar nada feliz cuando sepa de esto- respondo de forma altanera mientras me mantengo al filo de la silla.

-Tienes razón, no vamos a expulsarte. Estarás suspendida un semestre a partir de hoy. A partir del próximo semestre tendrás que repetir todas las clases- un quejido sale de mi boca -. Agradece a tu padre que movio cielo, mar y tierra para evitar tu expulsión.

Mi mirada se queda perdida en el piso tragando de asimilar lo sucedido. Mi cabeza comienza a calentarse y el coraje llega a mis mejillas que comienzan a calentarse y enrojecerse.

-¡¿Quién fue?- pregunto exaltada.

-¿Perdón?

-¿Quién fue su fuente "fidedigna"?

La decana suspira y sonríe molesta.

-Ve a casa Morgan, y piensa en lo que hiciste. Buen día- sale de la oficina y deja la puerta abierta.

Miro sobre mi hombro y veo sobre el escritorio de la secretaria varios papeles rosas. Me levanto para ver de que son y al mirar a mi izquierda veo el mismo papel pegado a la pared de eventos del mes. ¡Maldita hija de puta! Arranco el papel de la pared y emprendo mi apresurado camino a tomar mi venganza. ¡Nadie se mete conmigo! Y esta me la va a pagar ahora mismo. Por mi cabeza solo pasa lo molesto y decepcionado que debe estar mi papi. Tendré que dejar Rho Chi Kappa ¡Y tendré que repetir otro maldito semestre! No pasará de nuevo, no podré soportarlo.

Pretty Bad 2: Blondes have more fun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora