³⁵ | Campanas

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— Dean, ¿puedes dejar eso y cargar esto primero para mí? Acabo de encontrar estás cajas en el depósito y tengo algo de prisa — dijo Ellen acomodando su vestido en sus piernas

El alfa rubio asistió. — Por su puesto, dejemelas a mí

Sin mucho esfuerzo tomó una caja y la llevó al almacén trasero de la casa. Luego volvió y repitió el transcurso con la otra. Cuando terminó palmeó sus manos llenas de tierra

— Wow me sorprende que hayas hecho todo eso así de rápido. ¡Siempre haces un trabajo increíble!

— Por su puesto que sí mamá, sabes que siempre lo hace — Jo salió de la casa con un machete en una de sus manos y secando su frente con ella otra. — ¿Dean, ya te vas?

— Sip, tengo otro trabajo en unas horas

— Pues toma esto, es una forma de agradecimiento por ayudarnos — Ellen le extendió una bolsa llena de comida y otra llena de ropa y telas. Dean las miró maravillado y las tomó sin dudarlo

— ¡Gracias bellezas! — dijo pero antes de irse Jo lo detuvo

— No olvides que mañana tienes que venir por la siembra de arroz, ¿vendrás verdad? — ella lo miró de arriba a bajo mordiendo su labio inferior

Dean sonrió avergonzado. — No te preocupes, lo haré

La familia Harvelle se había convertido en su nuevo trabajo para olvidar la familia del ministro. Las dos mujeres le daban tanta comida y regalos que no necesitaba mendigar nuevamente

Con todo eso, caminó a la salida por el pueblo cruzando a tanta gente en el camino. Todos ellos murmuraban sobre algo que Dean no podía escuchar y de hecho no buscaba escuchar. Sólo sostenía su comida con fuerza como si alguien fuese a quitársela

Pasó debajo del puente por el arrollo sumido en sus pensamientos. Últimamente había estado pensando en Castiel demasiado, tanto que lo irritaba. Tuvo que acostarse con muchas mujeres para poder olvidarse de él pero realmente nada ayudaba. Seguía preocupado por él y por el ministro tanto que que le costaba entender que no tenía nada que ver con él

De pronto el sonido del campaneo y el montón de gente parada frente al arrollo llamó su atención. Se quedó mirando hacía el puente hasta que pudo divisar el palanquín del ministro. Ese carruaje de color rojo con campanas y gente tirando de él. Se precipitó al pensar que sería Castiel quien fuera allí pero luego se dió la vuelta y siguió con su camino

Si, ya no tenía nada que ver con él

Fue entonces cuando en su camino recordó un sueño que había tenido. Era sobre el ratón que Rowena le contó. En ese sueño había una bodega y dentro de esa bodega estaba un ratón solitario, estaba parado viendo hacía donde iba la rata salvaje. Incluso aunque él en su sueño le abrió la puerta y le dijo que saliera a ver, el ratón solo se quedó allí. Dejando que la rata salvaje se fuera

Si ese ratón no pudo dar un paso...

Como sea, no tenía tempo para perder en cosas como esas. Lo olvidaría en cualquier día tarde o temprano























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Al día siguiente como se le ordenó fue a la casa de las Harvelle y ayudó con la siembra de arroz. Se puso de cuclillas y con una azada iba cortando las plantas y arrancandolas con sus manos

Estaba tan concentrado que no se fijó que unos niños venían detrás con dos campanas en sus manos y bastante alegres

— ¡Ahí viene el palanquín! — exclamó uno

El Amor esta Sobrevalorado © [ Destiel / omegaverse AU. ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora