El Amor esta Sobrevalorado © [ Destiel / omegaverse AU. ]

³⁶•⁰⁵ | Noche con Sam

¡Aviso!

Los capítulos que tengas el •5 o •10 es porque contienen relaciones sexuales

Y cómo andaba queriendo hacer que la pareja secundaria cojan aquí me tienen (smut bien kk de sabriel) porque nunca se tiene suficiente con este shipp

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Era de madrugada. Sam dormía como un niño pequeño en su habitación mientras se removía de un lado a otro. Cambiaba su posición de costado o se quedaba de frente en el colchón. Cuando sentía que había logrado encontrar su lugar se quedó allí

Estaba tan preocupado por Dean que hasta en sus sueños aparecía. Luego en ese trance escuchó como la puerta de la habitación de su habitación se cerraba, pero creía que debía ser algo en su cerebro y lo ignoró. Siguió durmiendo plácidamente hasta que escuchó algo peculiar, ¿eso fue un gemido? no, no podía ser. Siguió durmiendo

De pronto las fuertes feromonas olor a caramelo le llegaron a la nariz y fue ahí cuando interrumpió su sueño y se levantó de plano de la cama despabilandose de inmediato. Tenía solo una camiseta color blanco y no llevaba pantalones, por lo que se quedó aún con la manta debajo de su cintura mientras frotaba sus ojos con sus manos

— ¿Quien anda ahí? — alcanzó a cuestionar entre sueño

Al no recibir respuesta, pensó que no era nadie hasta que lo vió. Sentado en un rincón de su habitación, con sus piernas hecho bolita y sus manos tirando de su cabello. Sam frunció el entrecejo y no dudó en levantarse notando la condición de Gabriel

— ¿Gabe? ¿Te sientes bien...? — se aproximó y cubrió la espalda del omega con uno de sus abrigos

Gabriel asintió con la cabeza sin emitir ningún sonido. Su cuerpo estaba caliente y temblaba. Tanto que Sam pensaba que algo malo le estaba ocurriendo. No fue hasta que recordó la primera vez que lo vió en celo que recordó finalmente que ese estado en el que se encontraba era en su ciclo de calor

— Duele mucho — musitó el de cabello dorado sin mirar a la cara al alfa. — Siento como si me fuera a morir ahora mismo

— ¿Nunca pasaste tus celos más de dos horas verdad?

Gabriel negó. Fue ahí cuando Sam se dió cuenta que Lucifer no estaba en la casa todavía y la inyección que le había recomendado no tenía nada dentro. Entró en pánico y buscó por toda la casa, en cada rincón sin tener éxito. Al final regresó a la habitación sin saber que decirle al omega

— No está. No sé dónde está. Tampoco sé cómo es — balbuceó el alfa tirando de su cabello hacía atrás

El estado del omega era tan crítico que Sam temía a que fuera a desmayarse en ese momento. Gabriel tiritaba mientras se cubría con sus brazos y rogaba entre murmullos que aquello terminase. Entonces Sam recordó que al ser un alfa podría ayudar a Gabriel y terminar con su celo, pero eso sería muy arriesgado. Gabriel le dejó muy en claro que no se metiera con él en su celo

— Bien, vamos a llevarte a la cama, iré al pueblo y veré cómo conseguir medicina — dijo Sam tomando entre sus brazos al omega y cargandolo como princesa hasta su propia cama

— No por favor, no te vayas — rogó sosteniendo la camiseta del alfa. — Tú puedes calmarme rápidamente y lo sabes

Sam palideció del susto. — Pero tú dijiste...