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El tiempo transcurría Saint y Zee vivían su amor al máximo disfrutando de sus días juntos, días llenos de dulces y emotivos momentos, ninguno perdía la oportunidad para demostrarle al otro la intensidad de su amor.
En aquella solitaria isla Tritón y humano reposaban bajo las estrellas, este se había vuelto su lugar especial, su refugio, los dedos del príncipe Tritón se desplazaban por la espalda del castaño quien disfrutaba cada toque y momentos juntos, amándose o simplemente acurrucados uno al lado del otro.

- Ya debemos regresar.- Saint suspiró.

- Mnn...

- Nuestra pequeña ya lleva mucho tiempo con tu padre.

- ¿Crees que a él le importa?.- Zee sonrió.- Mi padre ama estar con Fei a veces incluso creo que la ama más que a mi.

- Tu padre va a malcriar a nuestra sirenita.

- Que lo haga...- Zee beso su hombro es su abuelo y ella será la futura reina del Océano... bueno solo si ella quiere.

- ¿Zee?.-Saint se quedó viendo hacia el frente.

- ¿Mnn?

- ¿Y si decide serlo?

- Yo la apoyaría...- Zee observó a Saint.- ¿No te gusta la idea?

- A decir verdad... Yo también la apoyaría aunque se que eso la llevaría a pasar mas tiempos en en el Océano que en tierra.

- Aún así podríamos verla.- Zee lo rodeo con sus brazos.

- Pienso igual que tu. Todo queda en que ella quiera y si es así yo seria el primero en apo…

- ¿Saint, bebé?

- Zee...- Saint sacudía su cabeza y pestañeaba.- No... no me siento bien...

- ¿Que?.- Zee acuno su rostro entre sus manos.- Cariño...

- Yo...- Saint se desvaneció.

- Zee lo tomó entre sus brazos y acarició su rostro.-

Saint había perdido el conocimiento y Zee se encontraba en un estado de nervios, no sabía que hacer o donde ir, estaban solos en aquel lugar y lanzarse con el al agua quizás no era una buena idea pensó el príncipe, acercó su oído a la nariz del omega y lo escucho respirar con normalidad, Zee se aferro a Saint mientras temblaba y rogaba porque no fuera algo grave y despertara pronto.

Saint empezaba a abrir sus ojos, la imagen de un Zer asustado fue lo primero que vio, el Tritón temblaba mientras sostenía a su omega, había pasado algunos minutos desde que este se había desmayado, Saint seguía aferrado a su cuerpo mientras se mecía viendo hacia la nada, para el la sola idea de que a su omega le sucediera algo lo aterraba, Saint levantó su mano y con una suave sonrisa acarició el rostro de su alfa el cual se lanzó a sus labios depositándole un profundo beso.

- ¿Estas bien?.- La voz de Zee era temblorosa.

- Lo estoy.- Saint se levantó.- No tienes que preocuparte.

- Me asuste mucho.- Se aferro a su espalda y coloco su mentón en el hombro de Saint.

- Lo siento cariño…

- ¿Seguro estas bien?

- Lo estoy...- Saint giro su rostro y beso su mejilla.- Debe ser por el agotamiento, hemos tenido mucho trabajo pero gracias a ti hemos podido cumplir.

- Bajemos por Fei y vamos a casa.- Zee se lanzó al agua y extendió su mano a su a madao

- Me parece bien.- Saint se lanzó.

Mientras el omega se sumergía junto al príncipe su mente se encontraba en otro lado, aquel desmayo, su sueño constante, su agotamiento solo podía haber una explicación, pero Saint no quería apresurarse, no podía decir nada a su alfa hasta que sus dudas fueran despejadas así decidió no pensar más en ello.

- Majestad.

- Qué bueno que llegaste.- El rey sonreía de emoción mientras picaba con suavidad las mejillas de la princesa.

- Si... me tomo mas tiempo porque me detuve en mi hogar, lo lamento.

- Mi querido hermano.-¿Cuando dejaras de tratar a tu viejo amigo como tu Rey?

-  Nunca.- Frank se acercó.- Eres mi mejor amigo... pero también eres mi rey. Observó a la pequeña princesita.- Esta cada día más hermosa.

- Mi princesa será la sirena más hermosa de todo el Océano. - El rey sonrió con emoción.- ¿Alguna novedad?

- La dama Nira le agradece por haber permitido que sus padres la fueran a ver.

- ¿Entregaste mi edicto?

- Así es.- A partir de hoy la dama Nira tiene permitido recibir a sus familiares.

- Muy bien...- Se quedó en silencio observando a su pequeña nieta.- Estuve pensando...que no sería mala idea que cuando vaya a visitar a mi hermano saque un tiempo para hacerle una visita a Nira 

- Eso definitivamente la haría feliz.

- Al parecer está situación la ha ayudado a cambiar.

- Majestad. Frank jugó con sus manos.- ¿Acaso Tú?

- No es lo que piensas.- El rey se carcajeo.- Mi querido amigo...en mi corazón...solo habitan 3 mujeres...mi amada Lawan... mi hermosa Fei y mi adorada princesita.- Beso la mejilla de la pequeña.- Y en primer lugar siempre estará mi amada Lawan, es solo que...- Sonrió con suavidad.- Pensando en el pasado...también fui algo injusto con Nira, aunque ella tampoco se porto muy bien, aun así no puedo dejar de sentir que la culpa de que fuera así...también recae en mi...

- Majestad.

- Ame una sola mujer, Lawan fue mi gran amor...quise a una sola mujer, mi querida Fei significó mucho para mí, di todo el amor que pude dar, ahora...- Volvió a observar a su nieta.- En mi corazón solo queda amor para mi hijo...su familia...y ustedes...- Sonrió.- Mi familia.

El rey Tritón estaba más que seguro, su corazón jamás se volvería a abrir a alguien más, había experimentado el amor y sus sinsabores, la dulzura de un beso, el cosquilleo de una caricia, la emoción de una palabra dulce, la inquietud de esperar por esa persona, también el dolor al perderla, el rey Tritón no deseaba ni pretendía volver a experimentar aquello, mucho menos pretendía reemplazar a su amada Lawan la cual viviría por siempre con el por medio a su hijo y sus descendencias.

- ¡Hola cariño!.- Saint se sentó en el regazo de Zee.

- ¿Como te fue?

- Bien.- Saint sonrió.- Resolví lo que necesitaba.

- Me parece bien.- Zee beso su mejilla.- Mi sirenita esta dormida.

- Cariño...tengo algo para ti...- Saint sonrió con picardía.

- ¿Ah si?

- Cierra los ojos.

- Bien.- Zee cerró sus ojos.- ¿Que trama mi hermoso Bebé?

- Ábrelos.

Zee observó lo que tenía en frente, aquello le parecía conocido, el Tritón fijo sus ojos en el pequeño papel a blanco y negro, después de observarlo unos segundos finalmente lo recordó, Zee tomó con firmeza los muslos de Saint y se levantó, el omega envolvió sus piernas en la cintura del alfa mientras sonreía con emoción, Zee empezaba a dibujar una hermosa y nerviosa sonrisa.

- ¿Un... un hijo?.- Los ojos de Zee brillaron.- ¿Tendremos otro hijo?.- Grito con emoción.

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