🌊 AZUL

- Ha pasado un tiempo.

- Así es, Joss estaba en silencio.

5 meses exactamente.

- Luke sonrió.

- ¿Estarán bien?.- Joss observaba la playa.

- Lo están.- Luke beso su hombro.- Están juntos...en familia.

- Se lo merecen.- Joss sonrió y suspiró.- Pero los extraño.

- Yo también los extraño, pero pronto regresarán.

- En 2 meses es el primer cumpleaños de los gemelos me gustaría que estuvieran presente.

- A mi también.

Luke se recostó en la espalda de Joss y suspiró con la vista hacia la playa, 5 meses habían pasado desde que Zee , Saint y su familia habían tomado el yate de Joss  para aventurarse a un viaje en el mar, Tritón, omega y sus pequeños  habían partido para disfrutar un tiempo juntos, en familia, viajando sobre y debajo de las azules aguas del mar.

El príncipe disfrutaba del mar y del amor de su omega como el de sus hijos, viajando libremente tal y como siempre lo deseó, Saint se aventuraba a las profundidades  junto a su familia y gracias a su brazalete, Zee quería mostrarle aquel mundo el cual era maravilloso, mágico y hermoso, el omega paseaba en las profundidades cual pez en su hábitat, era feliz, había llegado a conocer aquel mundo y sus maravillas pero su felicidad era mayor debido a que estaba junto a su familia.

La pequeña sirena habia crecido con la gracia y la hermosura de sus padres gozaba de 3 años, una pequeña despierta, risueña y encantadora, mientras que Tyre un bebito de 1 año, hermoso y despierto, cada día dejaba ver que era la copia exacta de su padre omega, su hermoso color característico resaltaba atrayendo la atención del mundo acuático, ambos pequeños dejaban ver claramente que eran los herederos del océano, los hijos del valeroso y fiero príncipe heredero del mar junto a un dulce y hermoso humano.
Por todo el océano se escucho la historia del príncipe rebelde el cual se enamoró de un humano, una historia increíble, llena de amor y fortaleza, no se podía mencionar a Zee sin omitir el nombre de Saint y viceversa, ambos fueron los protagonistas de una dulce leyenda, una historia de amor que superaba incluso la de el Rey William y su humana, una historia la cual tuvo resultados felices y hermosos.

- ¿Están dormidos?

- Lo están.- Saint se recostó sobre el brazo de Zee.- La noche está hermosa.

- Así es.- Tomó su mentón.- Pero tu eres más hermoso aún. - No tanto como tu bebé y tus hermosos ojos.- Saint sonrió.

- ¿Eres feliz?

- Lo soy.- recostó su cabeza en el pecho de Zee.- Gracias por haber pensado en este viaje y por llevarme a conocer tu mundo.

- Quizás no te puedas quedar por siempre, pero yo siempre te llevaré a él.- Acercó su nariz a su cabello y lo olfateo.

- Zee...- Saint se incorporó.- A decir verdad...amo la vida que tenemos...amo cuidar de ustedes, mi restaurant, cocinar...- Tomó su mano.- Pero si me pidieras que dejara todo eso para venir a tu mundo contigo lo haría, así como lo hiciste por mi.

- Entonces yo no te amaría lo suficiente.- Zee sonrió.

- ¿Ah?

- Lo que escuchaste.- Zee lo envolvió en sus brazos.- Si te pidiera que abandonaras todo aquello que amas por estar conmigo sería muy egoísta de mi parte y no sería amor...- Tomo su mentón.- Yo abandone mi mundo por ti.- Beso su frente.- Pero también por mi, algo me empujaba siempre a salir, no me sentía cómodo, era mi hogar y mi pueblo, aun así sentía que algo me faltaba, finalmente lo supe, mi lado humano empezaba a despertar, crecí en el mar, es mi hogar, mi familia está ahí, el mar forma parte de mi, pero si te soy sincero...- Sonrió.- Soy feliz en tierra, soy tan feliz que algunas veces me pregunto si esto es real?.