Había pasado un día, desde que el príncipe Tritón había conocido a aquel curioso ser, escondido en una de las cavernas marítimas más profundas Zee se sumergía en sus pensamientos, no podía borrar de su mente aquella débil sonrisa a pesar del miedo y el dolor que reflejaba su dueño se mostraba hermosa y brillante, Zee volvía a salir de su escondite con la mirada fija hacia arriba, la claridad había vuelto, se sintió curioso pero sobre todo preocupado por el hermoso Saint ¿Estarás bien?, ¿Seguirás asustado?, ¿Estarás llorando?. Estás preguntas rondaban en la mente de Zee el cual se giro con rapidez y volvió a internarse en su cueva ¿Por qué se estaba preocupando por ese chico extraño si no lo conocía?Saint había despertado temprano, paso toda la noche en un incómodo sueño interrumpido, las olas del mar chocando con las rocas o rozando con la arena servían de arrullo, pero el bullicio de los animales y el frío lo incomodaban, no podía evitar abrir sus ojos al recordar que se encontraba sólo y vulnerable, se llenaba de miedo pero el mismo se daba valor, recordándose que cualquier lugar era mejor que estar de regreso a merced de aquel hombre, decidido se levantó y poniendo en práctica lo que había aprendido en sus días de camping trato de crear fuego, fue trabajoso y agotador pero después de varios intentos fallidos, con la brisa fría en su contra, con dos piedras y dos ramas lo logro, sonreía con emoción mientras avivaba aquel fuego para luego acurrucarse a su lado y dormir.
Saint caminaba descalzo por la isla, su estómago rugía y dolía, estaba hambriento, necesitaba conseguir algo para no morir de inanición, por suerte y gracias a su audacia pudo encontrar árboles repletos de frutos los cuales le servirían de alimento, sentado a la orilla del mar devoró las frutas que había conseguido, pero esto no era suficiente, haciendo un leve puchero suspiro mientras veía hacía el mar y de repente una sonrisa se dibujo en sus labios, divisó la cantidad de peces que nadaban tranquilamente así que mordiéndose el labio camino a donde estaban los peces, cuidando de no caer en lo profundo, se quedó de pie viendo a su alrededor, sonreía mientras se lanzaba tratando de atrapar a algún pez, pero no resultaba, los peces parecían jugar con el, nadaban a su alrededor y entre sus pies pero una vez que se lanzaba todos huían despavoridos para luego regresar.
Cansado de intentar, resoplo con desilusión y salió del agua, se dejó caer en la arena y jugaba con ella, estaba tan enfocado en el deseo de atrapar un pez que no se percató que no muy lejos, detrás de las rocas alguien lo observaba atentamente, Zee llevaba más de una hora observando a Saint, lleno de curiosidad.
Un rato después Saint se ponía de pie, derrotado y aun hambriento, decidió explorar la playa para tratar de olvidar que aún tenía hambre, mientras caminaba por el lugar y se aproximaba justo donde Zee lo había dejado, divisó algo que lo lleno de curiosidad, algo se retorcía sobre las rocas con inquietud, se acercó para ver si se trataba de algún animal herido, sus ojos brillaron y su gran sonrisa volvió cuando vio que eran 3 enormes peces los cuales habían sido colocados en la roca, Saint corrió y mientras los tomaba miraba a su alrededor, de nuevo miró aquella enorme y hermosa cola de color azul elevándose en el agua para luego desaparecer.
- ¡ Gracias !.- Saint sonreía con emoción mientras gritaba y agitaba sus manos. - Gracias Zee.
Joss Wayar un joven alfa de 25 años, de tez acaramelada, ojos avellanos, cabello largo y castaño sujeto a una cola de caballo, labios gruesos, encantadora sonrisa, era un hombre de figura imponente y aspecto llamativo, por su sangre corría la mezcla de dos razas, su padre era Británico, mientras que su madre era un hermosa mujer Polinesia de las islas de Samoa.
- ¡¿ Que le hiciste a Saint ?!. - Joss rugio.
- ¿ De esa manera es que le hablas a tu padre ?
- Lo haría de otra manera si mi padre no intentara manejar mi vida y lastimar a mi pareja.
- Mi pequeño.
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🌊 AZUL
FanficEl príncipe del Océano ha escapado, no desea seguir los pasos de su padre, para él su libertad y su felicidad es más importante que cualquier poder, no le interesa gobernar ni ser el dueño del vasto mar, sólo le interesa vivir su vida en paz. El úni...