🌊 TORMENTA

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-¡Hola cariño!.- Saint  se lanzo a la cama.- ¿Como se portaron mis amores?.- Tomó en brazos a la pequeña Fei.

-Fei es una buena niña...- Zee beso la mejilla de Saint.- Se paso casi todo el día dormida, Emma vino a quedarse con nosotros.

- Antes de venir fui a verla, extraña a los chicos.- Saint jugaba con su pequeña.

- ¿En dos días regresa Joss?

- Mnn...- Saint  sonrió.- Le dije que podía quedarse por más tiempo pero no quiere dejarnos solos.

- 5 meses alejados no creo que lo soporten.- Zee acarició el cabello de Saint. Estar lejos de la persona que amas es una tortura, lo sé muy bien.

- No recordemos el pasado.- Saint recostó su cabeza en su hombro.- Lo importante es que estas aquí ahora.

Zee llevaba una semana en reposo, tu tobillo sufrió una lesión leve debido al resiente accidente con su primo, por lo que se quedaba en casa junto a su pequeña, estar en casa sin hacer nada y sobre todo lejos de su omega no le gustaba, pero su consuelo era que tenía junto a él a la hermosa sirenita Fei la cual llenaba sus días de alegría, la pequeña era despierta y encantadora, siempre tenía una hermosa sonrisa en sus labios, Fei amaba a sus padres y siempre que estaban juntos se aferraba a ellos.

La pequeña Fei era muy querida y adorada no sólo por sus padres, era la consentida de sus tíos y abuela y el tesoro de su abuelo, el rey amaba a su pequeña nieta con locura, para el la pequeña Fei era la luz que llenaba de alegría su vida, ahora que ya había abdicado el antiguo monarca disfrutaba de su pequeña nieta con más tiempo, la princesita a pesar de ser pequeña ya empezaba a tener ciertos tipos de gustos y preferencias.

- Ya es hora.

- Un rato más.

- Luke.- Joss sonrió.- Ya debo irme, el vuelo saldrá pronto.

- No...- Luke se aferro con más fuerzas.

- Luke ...- Joss suspiró mientras sonreía.- Sabes que estamos en el aeropuerto ¿Cierto?

- Si...

- ¿Sabes que estamos delante de todos?

- Lo sé.

- Entonces...- Joss susurro en su oído.- Deberías de bajar de mi regazo o nos van a encarcelar por conducta indecorosa.

- No me importa.- Luke envolvió sus piernas en la cintura de Joss y apretó su abrazo.- Si con eso pierdes el vuelo...por mi esta bien...

- Bien.- Joss se levantó ante la vista de todos y con Luke colgado a él.- Entonces te llevaré conmigo, regresemos a casa.

- Amor. Luke se quejo y descendió.- Estos días pasaron muy rápido.

- Aún así está fue la semana más grandiosa de mi vida.- Joss sonrió y beso sus labios.

- Eso es cierto.- Luke sonrió.

-Te voy a extrañar- Su voz se entrecorto.


- El tiempo pasa rápido, ya veras que estaremos juntos de nuevo.- Beso su nariz. Te amo.

-Yo también. - Luke sonrió.

Con un último y largo beso los amantes se despedían, cada uno regresaba a su rutina, alejados el uno del otro, la pareja había llegado una semana atrás a su tierra natal, el alfa deseaba acompañar a su omega, sabia lo triste que este estaría debido a la separación por lo que decidió acompañarlo y regalarle unos días maravillosos y llenos de amor, volvían a recorrer la isla como cuando eran niños, pero esta vez no jugueteaban a las escondidas ni trepaban árboles, sino que daban rienda suelta a su amor, alfa y omega se llenaron de amor durante aquellos días, guardando consigo los recuerdo más hermosos para poder soportar los 5 meses en los cuales sólo podrían escucharse, Luke trataba de contener sus lágrimas y soportando las ganas de correr tras su alfa y Joss contuvo su deseo de regresar y quedarse a su lado.

El tiempo algunas veces pasa rápidos, sobre todo para los que disfrutan de la vida y son felices, otras veces se vuelve lento, para los que esperan y anhelan, aún así, el tiempo no se detiene dejando su evidencia en nuestro alrededor, nuestras pieles e incluso nuestro cabello, el tiempo es el elemento que puede llegar a reforzar un amor o incluso deteriorarlo, pero también sirve como motivación y fortalecimiento de dicho sentimiento.

- ¡Te he dicho que no puedes!

- Y yo te dije que aun si puedo.

- ¡Saint…!

- ¡Joss…!

- ¡Pa!... ¡pa!...- La voz de una pequeña retumbó en toda la cocina.

- ¿Se puede saber por qué discuten ahora?.- Zee se acercaba con la pequeña en brazos.

- Encontré a este terco cargando el cargamento de ostras.- Joss frunció el ceño.

- ¿Terco yo?.- Saint sentía  indignación.- Terco tu... te dije que yo podía.

- ¡Saint!.- Joss regaño.- En tu estado no puedes.

- De hecho...- Zee sonrió colocando a la pequeña  en brazos de Joss.- Si puede...

- Estas completamente loco.- Joss frunció el ceño.

- Puede...- Acarició el vientre de Saint.- Porque tiene a nuestro bebé.

- No entiendo.

- Cómo sabes...- Se acercó a la pesada caja de madera repleta de ostras y la tomó con una mano.- Nuestra especie es muy fuerte...

- Lo sé...he visto tu fuerza...pero ¿Eso que tiene que ver con Saint?

- Es lo mismo que sucede con el hecho de que se puede sumergir en el mar sin problemas y sin el collar, mientras tenga a nuestro bebé Saint recibe sus dones...- Zee envolvió a Saint con su brazo.

- Te dije que no había problemas.- Saint le hizo una mueca con la lengua a Joss y luego arrebato la pesada caja de las manos de Zee.

- ¿Como esta Luke?

- Anoche platicamos, lo hacemos casi todas las noches pero...- Hizo una pausa y se quedó pensativo.

- ¿Que sucede?.- Zee lo observó.- Lo he estado notando algo extraño últimamente.

- ¿Extraño?

- Si...algunas veces distante...otras cortante...quizás sea por su trabajo.

- Debe ser eso.- Saint se dio la vuelta.- Si Luke estuviera pasando un mal momento te lo diría.- Se acercó a Zee y Joss.- Ahora largo.- Los empujó con suavidad.- No quiero que mi sirena quede oliendo a ostras...fuera...

Saint los expulsaba de la cocina, el castaño aún trabajaba en la cocina de su restaurant a pesar de ya estar a punto de cumplir los 8 meses de gestación, su embarazo no era común, Saint no sentía cansancio, fatiga, ninguno de los achaques que producía el embarazo, era todo lo contrario se sentía enérgico y animado, el omega se desenvolvía de manera normal aún teniendo su bebé en el vientre, el omega esperaba pacientemente hasta que su pequeño naciera, fue hasta los 5 meses cuando la pareja recibía la noticia de que serían padres de un pequeño Tritón, noticia que no sólo hizo feliz a sus padres sino a todos sus seres queridos sobre todo a su abuelo.

- ¿Hola?

- amor. Luke.- Joss sonrió.- Justo estábamos hablando de ti.

- ¿Como están todos?

- Estamos muy bien.-  Le dio una mirada a Zee y susurro.- Yo estoy extrañándote.

- Llorando cada día.- Zee se acercó al teléfono.

- ¡Cierra la boca!.- Joss le dio la espalda.- Cariño... siempre llamas de noche ¿Sucede algo?

- ¿No puedo llamar a mi futuro esposo cuando me plazca?

- No he dicho eso.- Joss sonrió.- Puedes llamarme siempre que quieras.

- De hecho...si te llamo para darte una

- ¿Que sucede?

- Regreso en dos días.

- Pe...pero...aun no se cumplen los 5 meses.

- ¿No te alegra la noticia?.- La voz de Luke se escucho seria.- Desde ya te digo Joss que si estas arrepintiéndote... te juro que iré y te estrangulare.

- Amor.- Joss se carcajeo.- Estoy feliz, es solo que me sorprendes ya que vendrás antes.

- Bueno espero verte en el aeropuerto con tus brazos abiertos esperando por mi.

- Allí estaré.- Joss sonreía de emoción.

- Bien... debo irme ahora... por cierto...

- ¿Si?

- Llevo un obsequio para ti.

- No es necesario, con que vengas ya con eso soy feliz.

- Es un lindo recuerdo de casa. - Una leve y linda risa se escapó de sus labios.- En dos días nos vemos... Te amo.

- Yo también.- Joss sonrió.

El antiguo rey Pruk vivía sus días en paz, aún habitaba el palacio ya que era su hogar pero sobre todo por petición de los nuevos reyes los cuales deseaban cuidar de él, el rey representaba a uno de sus padres, Kao deseaba cuidar de William de la misma manera en que lo hizo con su hijo, su padre el consejero Frank había decidido seguir con su labor como consejero guiando a su hijo y ayudándolo tal y como lo hizo con su gran amigo, la dama Nira a pesar de ser perdonada de su encierro nunca abandono el mar del Norte, se quedó allí viviendo en tranquilidad, solo abandonaba su residencia para hacerle visitas casuales al antiguo rey, ambos habían formado una amistad, ponían de lado todas las penas pasadas y empezaban de nuevo, William brindándole su amistad y cariño, ella aceptándolo y siendo consciente que no podría conseguir nada más del antiguo rey.

- Majestad.

- Nita.- El rey sonrió.- Ya no tienes que llamarme así.

- Entonces te llamaré... William.- Sonrió.

- Esta bien... ¿Damos un paseo?

- Me parece bien, hoy no está la princesita contigo.


- Esta con sus padres.- La extraño mucho cuando está lejos, esa pequeña es mi vida.

- Pero no olvides que viene un nuevo príncipe.

- Si...- Se carcajeo.- Hemos estado haciendo los preparativos para recibirlo.

- ¿Saint lo tendrá aquí?

- Así es.- El rey sonrió.- Quiere que el nacimiento de mi nieto sea igual al de Fei.

- Mientras venía vi al rey, sonrió con la mirada baja. Fue tan cortes conmigo cuando yo antes fui...

-Nira.- El rey tomó su mano.- Ya deja de atormentarte con él pasado, todo eso quedó atrás, tienes una vida nueva y ahora eres alguien diferente.

- Nunca dejaré de estar agradecida por la misericordia que me mostraron.

- Nira...- El rey se detuvo y la observó un momento.- Creo...que hay algo que debo contarte... es sobre aquella vez... cuando Zee fue envenenado.

- William.- Nira sonrió.- No tienes que decirme nada, se muy bien que fue lo que sucedió.

-Como

- También tengo mis medios.- Guiño su ojo y sonrió.- A pesar de ello no siento rencor, el príncipe pudo haberme asesinado pero no lo hizo, en cambio me perdonó y se encargó de que viviera bien, al igual que tu y estoy muy agradecida.


- En verdad me alegra que ahora seas feliz.- El rey sostuvo su mano y prosiguió con él paseo.- También me alegra contar con tu amistad.

- Lo mismo digo... Majestad. - Ambos se sonrieron.

En la salida del aeropuerto un inquieto alfa se paseaba de un lado a otro mientras que una pareja de alfa y omega junto a su bebita y la matriarca de la familia reían en voz baja ante la impaciencia de su amigo, todos habían ido a recibir a Luke, querían darle una calurosa bienvenida al omega, los ojos de todos los presentes se fijaron en la salida, el alfa inquieto detenía sus pasos, se había congelado en su lugar mientras veía hacia el mismo lugar, frente a él estaba Luke con una enorme sonrisa, su aspecto era mucho más hermoso que antes, se veía totalmente diferente, incluso su cabello ahora era un poco más largo, pero el cambio que dejó a todos mudos fue aquel pequeño pero notable vientre.

Luke se encontraba en su 3er mes de gestación, este había sido el resultado de aquella semana romántica que tuvo junto a su alfa en su tierra natal, el omega guardo aquel detalle para darle la sorpresa a su alfa, aun así se sentía nervioso y asustado no sabía cómo este reaccionaria, con el cuerpo tembloroso y una sonrisa nerviosa Luke se acercó a Joss quién seguía congelado.

- ¡Oh por dios!.- Emma grito.- ¡Voy a ser abuela de nuevo!

- ¡Hola!... Luke sonreía con nerviosismo y temblaba mientras trataba de contener sus lágrimas.

-Joss lo observaba aún sin moverse.

- Haz algo, estúpido.- Zee murmuró ante la reacción de Joss.

- Zee...- Saint  apretó su mano un tanto nervioso. ¿Por qué no dice ni hace nada?

- Porque justo ahora nuestro amigo acaba de sufrir un derrame.

- ¡Cariño!.- Saint regaño tratando de contener la risa.

- La sonrisa de Luke se fue borrando y sus ojos se fueron tornando acuosos. ¿Por...por que no dices nada?...- Su voz se quebró. ¿Acaso?

Antes de que el omega dejara escapar su llanto fue arropado por los brazos de su alfa, Joss lo abrazo con fuerzas, acercándolo a su cuerpo y cerrando sus ojos mientras se sumergía en aquel profundo abrazo, Luke volvió a sonreír y sus lágrimas escaparon de sus ojos, se aferro al cuerpo de su alfa y enterró su rostro en el cuello de este, disfrutando de su calor y su aroma, fue un abrazo largo, intenso y lleno de amor, el alfa se fue alejando despacio, llevó sus manos al rostro de su omega el cual acarició y lleno de besos, luego bajó la mirada y observó su vientre, su hermosa sonrisa afloró.

-Un hijo.- Acarició con delicadeza su vientre y luego lo vio a los ojos. Vamos a tener un hijo.

- Si...- Luke sonrió con emoción.- ¿Estas feliz?

- Muy...muy...muy feliz.- Lo abrazo con fuerzas.- Me alegra...- Luke sonrió entre lágrimas.- Ya que no es uno sino dos.

- ¿Que?.- Todos gritaron al unísono.

- Gemelos.- Luke limpiaba sus lágrimas.- Tendremos gemelos.

- ¡Esto es grandioso!.- Emma corrió a abrazar a Luke.- Ya sabía que tanta muestra de amor daría buenos frutos.

- ¡Madre!.- Joss se atraganto con su propia saliva y todos rieron.

- Tu cierra la boca y déjame festejar, tendré más nietos y estoy feliz.

-Amor mio- Joss se acercó y beso la frente de Luke. Vamos a casa.

La pareja estaba en espera de un par de gemelos, Joss en ese momento era un hombre feliz, enamorado y agradecido, su amor era enorme y había dado un fruto hermoso, jamás en su vida se había imaginado que obtendría tal dicha, Joss tomó la mano de su omega y la sostuvo con firmeza guiándolo de regreso a casa.

- Cariño...- Saint hablaba bajo.

- ¿Que sucede bebé ?. frotaba sus ojos.

- Ya... ya es tiempo...

- ¿Tiempo?.- Zee se tenso. ¿Tiempo dijiste?

- Umju...- Saint se mordió los labios.

- ¡El bebé!.- Zee se levantó a toda prisa tomando a Saint en brazos para salir.

- ¡Espera!... espera...

- ¿Que?

- la bebé...no podemos dejar a nuestra sirenita aquí sola… Saint reía de ver lo despistado que era su alfa.

- Iré por los wayar.- Zee bajo a toda prisa y un estruendo se escucho.

- ¿Que fue eso?.- Saint grito.

- Nada... no te preocupes. Zee grito mientras trataba de levantar la silla que se había llevado por delante.

El Tritón corrió a toda prisa hacia la casa vecina, era de madrugada y los Wayar dormían, aun así llegaron a atender a toda prisa, Emma fue la primera en llegar para ayudar al omega y tomar consigo a la pequeña que aun dormía, Zee tomaba en brazos a Saint y camino a toda prisa hacia la playa, Saint se aferraba a él mientras esté se desprendía de su ropa la cual quedó abandonada en el agua, el Tritón nado a toda prisa hasta su reino mientras que el omega se aferraba con fuerzas y soportaba el dolor.

Ambos eran recibidos en la fortaleza, al igual que la primera vez el omega era conducido a la antigua habitación del príncipe en donde todo estaba preparado, Zee volvía a pasearse con impaciencia tal y como la primera vez mientras que su padre y sus amigos trataban de tranquilizarlo, para el aun no era fácil acostumbrarse a ver a su omega sentir dolor, esto lo tensaba y le preocupaba, su preocupación aumentó al ver como el tiempo pasaba y aún no había noticias, quería irrumpir en aquella habitación, quería asegurarse de que su familia estaba bien pero su padre no se lo permitió, hora y media después las puertas del salón se abrían y un sonriente doctor se acercaba.
- Mi familia.- Zee se acercó.- ¿Como están?

- Están muy bien.- El doctor sonrió.- Es un hermoso príncipe un bebé único.

- ¿Único?.- Zee no entendía.

- Ya lo entenderá una vez que lo vea.- El doctor palmeo el hombro de Zee. Alteza... vaya con su familia.

Zee nado a toda prisa y lleno de emoción hacia sus aposentos, quería ver a su adorado omega y sobre todo conocer a su retoño, esta vez irrumpió en el lugar y frente a él una imagen se mostró la cual para el era hermosa, Saint tenía a su pequeño en brazos mientras acercaba su rostro y le sonreía mientras le dedicaba palabras dulces, el príncipe Tritón se acercó con nerviosismo, siendo recibido por la hermosa sonrisa de su omega.

- Ven...- Saint extendió su mano.- Acércate... conoce a tu hijo.

- Lo hiciste muy bien mi hermoso.- Beso su frente.- Me siento tan feliz, te amo tanto, no se como agradecerte todo lo que me has dado.

La mirada de Zee se dirigió al pequeño bebé que el omega tenía en brazos y pudo descubrir que era lo que el doctor había querido decir con que su hijo era único, en los brazos del omega dormía un pequeño, blanco y regordete bebé Tritón de castaño, ojos color miel y una hermosa cola de color negra brillante, era el primer Tritón que nacía con dichos colores, el pequeño había heredado los rasgos de su padre omega, hermoso y delicado, asemejaba a un querubín.

- Mi nieto...- William llegaba.- Quiero conocer a mi nieto.

- Acércate padre.- Zee tomaba al pequeño en brazos y con emoción lo depositaba en los brazos de su padre.

- Es hermoso.- El rey sonreía con emoción.- Mi nieto es un Tritón hermoso y único.

- Padre...- Saint sonrió.- Queremos que le otorgues un nombre.

- ¿Yo?.- El rey sonrió con emoción.

- Así es padre.- Zee se acercó.- Nuestro deseo es que nombres a nuestro hijo... tu nieto.

- Un nombre.- El rey observó atentamente al pequeño.- Serás un príncipe, un gran príncipe, tu belleza única llamará la atención de todos, tu presencia será imponente, arrasaras con todo con una fuerza excepcional, moverás todo a tu alrededor, causando revuelo... El rey sonrió mientras pensaba Tu... pequeño príncipe... llevaras por nombre... Tyre Pruk … cuidaras de la princesa Fei y defenderás el Reino.

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