𝐴 𝑑𝑜𝑠 𝑏𝑎𝑛𝑑𝑜𝑠 - 𝐼𝑛𝑡𝑒𝑛𝑎𝑏𝑜

27

Gustabo, una vez el desayuno hecho, entró en la habitación, observando detenidamente al pelinegro, el cual al parecer se había vuelto a quedar dormido.

Comprendió que fue por las pocas horas de sueño, pero si no le despertaba el desayuno se iba a quedar frío.

Se sentó al lado del mayor en silencio, tocando con delicadeza su cara; algún mechón que caía por su frente, esta misma... Bajó hasta sus mejillas, su tan perfecta nariz y sus... sus labios, esos labios carnosos con los que tantas veces había fantaseado. Pasó la yema de su pulgar por estos, mirándole en seguida a los ojos comprobando que aún estuviese dormido, pero eso desapareció tras notar como sus labios esbozaban una pequeña sonrisa.

-Mierda. -Susurró Gustabo por lo bajo, apartándose y sonrojándose inmediatamente. -E-El desayuno ya está li-listo

El rubio se levantó con rapidez saliendo de la habitación.

John, abrió los ojos, posando su mano donde recientemente estuvo la del menor, sonriendo como un "bobo".

Él pensó que seguramente fue un tonto impulso que le dió al rubio, así que simplemente lo dejó pasar, aunque sin borrar su sonrisa.

De una vez por todas, John se levantó, crujiendo sus huesos algo cansado, pero se dirigió a la concina pensando que con una buena taza de café solo se le pasaría.

Entró en la cocina. Gustabo se encontraba bebiendo de su batido con la cabeza baja, John, tratando de tranquilizar al obviamente nervioso rubio, le revolvió el pelo, provocándole una pequeña risa

-Si quieres puedes seguir durmiendo después de desayunar, yo te despierto luego.. -dijo aún sin mirarle a los ojos por la obvia vergüenza

-No no, con el café se me pasa el cansancio, y tengo que irme ahora en un rato, aparte he dormido menos en otras ocasiones tampoco me ha pasado nada.

-Da igual, no esta bien que duermas poco.

-Tú cómo has dormido?

-No me cambies de tema. -John no contestó, esperando la respuesta del contrario, Gustabo suspiro. -Bien bien, mi tío me ha dicho de ir con él hoy

-Voy contigo. -Dijo John inmediatamente, después de saber todo su pasado no permitiría dejarle de nuevo solo con él

-No es necesario, aparte me habías dicho que te tienes que ir

-Eso da igual lo puedo aplazar

-Bueno si insistes... Pero entonces te echas a dormir un rato más

-No es necesario

-Que sí

-Entonces tú también. -Gustabo le miró a los ojos, el pelinegro se encogió de hombros y el rubio acabó cediendo.

Recogieron un poco la casa y le llenaron los cuencos de comida y bebida a Don Gato, luego se fueron a la habitación a dormir un rato más.

Lo que John no sabía esque el rubio se había puesto una alarma más pronto para hacer la comida.

Ambos se metieron en la cama, Gustabo bastante incómodo aún, de esto el mayor se dio cuenta

-Gus -Este le miró algo nervioso. -Lo de esta maña-

-Fue sin querer quería despertarte y justo me quedé pensando en algo y paré ahí y- John le puso la mano en la boca.

-Tranquilo, era solo decirte que no pasa nada, no estés incómodo. -Gustabo asintió y John quitó su mano. -Tu relaja, como si nada hubiese pasado si? -El rubio volvió a asentir, esta vez sonriendo de medio lado.