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*Una semana después*

Gustabo se encontraba en la sala del Hospital viendo una serie aburrido junto a John, se entretenía mirando el rostro del pelinegro, su tan expléndido rostro... Esto no pasó desapercibido para el mayor, el cual le miró por el rabillo del ojo y rio divertido. Gustabo se dio cuenta de que lo había visto, y apartó la mirada sonrojado.

-Tantas ojeras tengo? -Preguntó John burlón

-E-Ehh n-no hombre no... -Habló sin mirarle

Iban a continuar su conversación pero Claudio entro, con unos papeles en la mano.

-Buenas tardes pareja. -Entró sonriendo. Ambos se miraron pero apartaron la mirada rápidamente, no pudiendo evitar una pequeña sonrisa. -Traigo buenas noticias. -Los dos le miraron a la vez impacientes. -Ya te vamos a dar el alta.

-Vamos!! -Sonrió feliz el rubio, John le miró alegre

-Pero no tan rápido, que te demos el alta no significa que ya no pase nada, tienes que curarte las heridas todos los días, y no puedes andar mucho, ah y por supuesto, nada de relaciones sexuales, debes estar en reposo respecto a todo un tiempo. -Gustabo asintió, sin decir nada más. -Pues perfecto, solo tienes que firmar estos papeles, recoger las cremas y medicamentos que necesitas y ahora te digo las fechas de tus revisiones.

-Gracias Claudio.

-No me agradezcas, es mi trabajo. -Le sonrió. John le miró con el cejo fruncido, Gustabo se dió cuenta, pero prefirió no decir nada, solo sonrió a sus adentros.

.-.-.-.

Una vez todo gestionado, John se llevo en coche al rubio, quien afortunadamente podía caminar en muletas, había progresado mucho esta ultima semana.

-Te tengo una sorpresa. -Dijo John, aparcando en frente de casa

-En serio?! Qué es?! -Dijo emocionado, hacía años que no tenía una sorpresa.

-Ahora verás. -Ambos salieron del coche, el mayor lo cerró, y en la puerta de casa le tapó los ojos a Gustabo.

-Ay coño. -Rió, impaciente.

John abrió la puerta, y un pequeño animalito vino corriendo, restregándose en la pierna del rubio. John le quitó la mano de los ojos, y Gustabo pudo observar detenidamente al hermoso y pequeño gatito negro que ronroneaba en su pierna

-Ay madre mía! Es precioso! -Dijo con los ojos cristalizados de la emoción. Lo cogió con cuidado, acariciándole con ternura. -Gracias John gracias! -El rubio le abrazó con cuidado de no aplastar el gatito, y le dio un beso en la mejilla. 

-Para que no estés solo cuando me tenga que ir, aunque prometo no hacerlo tanto a partir de ahora. -Dijo, acariciando su cabello. -venga, pasemos

Ambos pasaron al salón, Gustabo se quedó en el sofá mientras que John ordenaba la medicación y cremas que necesitaba el menor. Al terminar se sentó junto a ellos

-Cómo lo vas a llamar? -Preguntó John curioso. Gustabo apoyó su cabeza en el hombro del mayor, sin dejar de acariciar al felino.

-Don Gato. -Rio, dándole un besito en la cabeza, al recién nombrado Don Gato

-Me gusta. -Sonrió John al verle tan feliz. 

𝐴 𝑑𝑜𝑠 𝑏𝑎𝑛𝑑𝑜𝑠 - 𝐼𝑛𝑡𝑒𝑛𝑎𝑏𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora