𝐴 𝑑𝑜𝑠 𝑏𝑎𝑛𝑑𝑜𝑠 - 𝐼𝑛𝑡𝑒𝑛𝑎𝑏𝑜

25

*Jack/John*

Mis ojos se fueron abriendo poco a poco, sintiendo al instante al rubio abrazado a mí, con la cabeza reposando en mi pecho. Terminé de abrir los ojos, fijándome mejor en él; tenía la respiración calmada, una expresión tierna y relajada, al parecer no se había movido en toda la noche, ya que seguía en la misma posición, incluso algo más aferrado a mí.

Pude verle formar una pequeña sonrisa, acurrucándose más en mi pecho, me asusté pensando que se había despertado y se había dado cuenta de que le estaba observando, pero mi idea se esfumó rápidamente tras un rato, ya que no había abierto los ojos y su sonrisa se fue deshaciendo, al parecer simplemente estaba soñando con algo que le gustaba.

(Pd: soñaba con él ((Jack/John)) JSHDJKAAS)

Con cuidado de no despertarle, me separé, poniendo la almohada en mi lugar, lo cual funcionó, ya que no se despertó.

Me dirigí a la cocina, quería hacerle una pequeña sorpresa, bueno, una de las pequeñas sorpresas que le daría hoy.

Recuerdo que un día me dijo que nunca había probado los cupcakes asique me puse manos a la obra.

Después de casi media hora, terminé, con la cocina echa una mierda, pero terminé.

Preparé la mesa, y rápidamente le hice un batido de fresa, que por cierto también le encantaba.

Miré la hora, las diez y media, decidí despertarle ya, aparte de que si no los cupcakes se quedarían fríos.

A paso lento entré en la habitación, subiendo despacio la persiana, sin abrir las cortinas aún.

Me senté a su lado, comenzando a repartir caricias por su pelo y mejilla. En una de estás, Gustabo se levantó rápidamente, preocupándome un poco

-Te he asustado? Perdón no era mi intención. -Gustabo suspiró al parecer aliviado

-No no... Solo pensaba que eras otra persona, perdóname tú a mí. -Gustabo se rascó la nuca, sonriéndome, joder, se veía tan bonito.

-Tranquilo, venga vamos, te tengo una sorpresa. -Gustabo de la nada se comenzó a reír. -Qué pasa?

-Q-Que tienes har-harina por toda la cara. -Dijo riéndose, mierda, se me había olvidado limpiarme. -Tampoco es tanta, espera. -Se acercó, y con su dedo pulgar me quitó la harina de la frente, de la mejilla, y debajo del labio, quedándose ahí unos segundos, pero se separo rápidamente. Yo algo sonrojado le sonreí, siendo correspondido con otra de esas sonrisas que tanto me gustaba ver.

-Venga, levanta. -Gustabo se levantó, y me puse detrás suya tapándole los ojos. Entre risas le guíe hasta la mesa del comedor, ayudándole a andar, ya que aún no se podía mover él solo. Cuando llegamos le destapé los ojos. -Me dijiste que nunca los habías probado, asique pensé que te haría ilusión. -Gustabo me miró sonriendo y me abrazó.

-Gracias papu!

-Venga, a desayunar. -Le ayudé a sentarse, al menos ya no le dolía al hacerlo. -Por cierto, y el gato? Cuando llegué ayer no estaba

-Se fue a otro lado supongo, ahora vendrá... Oye tú has desayunado?

-Sí sí

-El qué?

-Un café.

-Toma. -Me pasó el plato. -Come

-Que no hombre es para ti, si no tengo hambre. -Me miró con el ceño fruncido. -De verdad, no te preocupes, a mi con un café me basta. -Le devolví el plato, tratando de convencerle