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-Jack tranquilízate por favor...

-ESTÁ SOLO, HERIDO Y ASUSTADO! NI SI QUIERA TIENE UN PUTO TELEFONO!

Michelle suspiró, tratando de pensar algún plan efectivo

-Todo esto es culpa mía... NI SI QUIERA ME ENTERÉ DE LO QUE ESTABA PASANDO JODER! ERA OBVIO!

-Tu mente estaba preocupada por otras cosas es nor-

-Quiero ver a ese hijo de puta, dónde está

-Tal y como estás ahora no creo que sea buena idea, tenemos que sacarle información y te puedes guiar por un ataque de ira y cargártelo

-Sé perfectamente qué tengo que hacer, he dicho que dónde coño está

-En la sala de torturas del sótano. -Dijo Michelle suspirando, odiaba confiar tanto en ese hombre

Jack no esperó más, y se dirigió a paso rápido hacia el sitio, importándole nada su pierna recién disparada, la cual, según los médicos debería estar en reposo unos días

Abrió la puerta con la ira plasmada en su rostro.

-ME VAS A SOLTAR TODO LO QUE SEPAS PEDAZO DE CABRÓN!

-Qué tal la pierna John, digo, Conway...

-QUÉ COÑO PASÓ EL DÍA QUE SECUESTARON A GUSTABO!

-Jackie suena bien, no crees?

Jack, cansado de todo eso, cogió unos alicates, y empieza arrancándole un par de dedos de la mano, haciendo que grite

-DIME QUE PASÓ O TE LO JURO QUE TE COMES TUS PUTOS DEDOS

-Estos mismos dedos han entrado en el culo del hijo de mi amado, es decir, mi sobrinito. -Comenzó a reír exageradamente con lágrimas por el dolor recorriéndole las mejillas

Conway le dió un puñetazo, uno, dos tres, cuatro... pero paró, no podía matarle, al menos por ahora

-Te voy a cortar los putos cojones enfermo de mierda

-Atrévete

Conway cogió un mechero, quemándole los pantalones, causando quemaduras por su piel también. 

Cogió un hilo, enrollándolo por una de sus pelotas, y comenzó a tirar de ambas partes. Johnny no paraba de gritar y llorar, sacándole carcajadas a Jack

-Tengo una sorpresa para ti, van a venir unos amigos míos, y vas a probar justo lo que tú le hacías a Gustabo, pero, muchísimo peor, qué te parece?

-NO POR FAVOR! PARA YA!

-Ahora no te apetece vacilar no?... -Dijo riendo, viendo como su testículo sangraba -Te lo voy a preguntar otra vez, qué coño pasó el día que secuestraron a Gustabo!

-TE LO CONTARÉ PERO PARA! -Jack soltó el hilo, y se cruzó de brazos con una media sonrisa. -Te acuerdas de ese tío que supuestamente era miembro de la mafia que nos da la heroína y el caballo. -asentí. -Pues en realidad violó a Gustabo, y al día siguiente, quiso volver a hacerlo, pero Gustabo se resistió, le pegó, le volvió a violar y luego Gustabo le volvió a pegar, se escapó y el cliente se enfadó, aparte de Pol, así que esos dos le tenían ganas, y me pagaron para que pudiesen hacer con él lo que tenían pendiente...

-Eres un grandísimo hijo de puta, lo único que te importaba era el dinero

-El dinero lo es todo Jackie

Conway cogió los alicates, y termino de cortarle los dedos. Los gritos del más mayor inundaban el lugar.

Cuando terminó con todos, se quedó observando llorar al más mayor

-No vas a decir nada más? Bueno, entonces pasaré a cortarte la piel a tiras, o mejor a obligarte a comer ratas, cuál te gusta más?

-ESPERA! Hay.. hay unas pastillas, que puedes hacer que Gustabo recuerde todo su pasado, que sepa lo que pasó y tenga el recuerdo de sus padres...

-Cuáles? 

-Tienen un nombre extraño... Eran.. Expalsofodina, sí

-Dónde las puedo conseguir?

-Te puedo dar un contacto que las tiene, se llama Christian, Christian Aldeo, su número es 671 56 79 31

-Cómo sea algún truco, te lo juro que vas a desear no haber nacido

-te juro que es verdad, ahora, por favor no me hagas nada

-Yo, por ahora no, en cambio te voy a dejar con mis amigos, los que te comenté antes, luego vuelvo y me cuentas qué tal la experiencia...

-NO! NO! HIJO DE PUTA! NO!

Conway salió de la sala, viendo entrar a cuatro hombres y riendo, todavía le quedaría infierno que sufrir a ese cabrón...




*Gustabo*

No podía parar de llorar, me sentía traicionado, decepcionado, agotado y roto.

Había conseguido un par de cartones entre la basura, con eso podría dormir esa noche.

Tanía hambre y frío, encima me dolía todo el cuerpo y apenas podía moverme, pero me negaba a volver con John, bueno, Jack, al menos por ahora.

Estaba pensando encima de los cartones, me encontraba en un callejón estrecho, justo con la vista de salida a la carretera.

Rápidamente miré allí tras oír pararse un coche, vi como del coche tiraban a un perro, al parecer un husky, y se iban de nuevo con el coche.

El perro se quedó sentado en la carretera, un miedo a que le atropellasen creció en mí, por lo que, gateando rápidamente, fui a por él, llamándolo.

Al parecer el perro era muy obediente, y rápidamente vino hacia mí

-Hola bonito. -Le dije, el perro me lamió la mejilla y yo reí por el acto. -Venga ven conmigo

Me intenté levantar con mucho esfuerzo, lográndolo, y a duras penas, anduve hasta los cartones.

Me senté, derramando algunas lagrimas por el dolor, y el perrito se tumbó a mi lado, posando su cabeza sobre mi rodilla, le acaricié un poco hasta que se quedó dormido, estaba muy cansado, y debido al cansancio, yo también me quedé dormido.


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⏰ Última actualización: Mar 27, 2022 ⏰

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𝐴 𝑑𝑜𝑠 𝑏𝑎𝑛𝑑𝑜𝑠 - 𝐼𝑛𝑡𝑒𝑛𝑎𝑏𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora