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Jack/John

El séptimo cigarrillo del día descansaba entre mis dedos, Horacio me miraba enfadado al ver como lo prendía y llevaba a mi boca.

-No crees que te estás pasando? -Le miré de reojo durante unos segundos, luego aparté la mirada y no dije nada, no estaba para discutir, estaba demasiado centrado en pensar el plan a la perfección. -Todo va a salir bien papu, no tienes porqué preocuparte. -Se acercó un poco, posando su mano en mi hombro

-No lo sé, presiento que algo va a pasar

-Si lo piensas todo el rato no vas a dejar que tu mente respire para el operativo, tienes que estar seguro de ti mismo. y de nosotros. -suspiré, dando otra calada. -Algún día te propondrás dejar de fumar? -Le miré de reojo de nuevo, y seguí sin responder. -Prométeme que cuando esto acabe y estés con el rubito intentarás dejarlo

-Horacio... -Me miró con ojos suplicantes, le di otra calada al cigarro y le revolví la cresta. -Lo intentaré, pero no prometo nada

-Bieeeeen! Así se habla papu! -Le sonreí negando con la cabeza.

-Pero con una condición

-La que sea

-Tú tienes que avanzar algo con el rusky

-No me gusta Volkov! -Dijo cruzándose de brazos

-Sí, y a mí no me gusta Gustabo. -Frunció su ceño. -Qué? No me mires así, sabemos que te gusta, y visualmente al parecer tu le gustas a él

-No me ilusiones viejo

-Lo sabía! -me reí, y Horacio se puso rojo, pensando en que acababa de admitirme que me gustaba el ruso de dos metros. -Quieres que hable con él?

-No! Pensará que te lo pedí yo

-No tiene porqué, acaso no confías en mis dotes?

-Qué dotes?

-Dotes de cupido. -Dije subiendo y bajando las cejas

-Un cupido de la prehistoria

-Repito que tú y Gustabo os llevaríais bien, sois unos capullos

-Pero tus capullos. -Sonreí sin mirarle, volviendo a posar mi mirada en las vistas que me brindaba aquel balcón de la sede del CNI

-Dejamos las charlitas sentimentales para después del operativo, venid, nos vamos a terminar de preparar. -Dijo Michelle desde la puerta, ambos asentimos, tiré el cigarro y pasé adentro al lado de Horacio.

Nos cargamos hasta arriba de armas, granadas, bombas de humo etc...

-La otra parte del grupo ya está acabando con todas las mafias cercanas a la de Baeren, la nuestra, y en cuanto vayamos a la casa de ese capullo ellos se irán adelantando a la sede, luego iremos nosotros.

-Ningún fallo no? -Pregunté

-Ni uno, todo perfecto, nadie sabe nada.

-Al jefe le quiero vivo. -Dije. -Le voy a torturar, yo y solo yo, queda claro?

-Que sí pesado cállate. -Dijo la pelirroja rodando los ojos

-Cállate tú, zanahoria. -Dije, sintiendo enseguida una buena colleja

-Zanahoria tu puta madre

-Pongámonos serios por favor. -Habló Volkov.

-Hora

-Cuatro y media

-Perfecto, terminad de coger todo, cargad los coches y nos vamos.

-Antes de nada. -Corto Horacio. -Gracias por esta oportunidad, y quiero que sepáis que entre vosotros me siento como si estuviese en la familia que nunca he podido tener, os quiero mucho. -Dijo entre lágrimas

-No llores crestitas... -Dije acercándome para abrazarle. -Estoy orgulloso de ti. -Le dije sonriendo. Horacio sonrió, y se intento secar las lágrimas que no paraban de caer.

Volkov también se acercó para abrazarle, les dije a los demás que los dejásemos solos, y bajamos a seguir las indicaciones de Michelle, cargando los coches y ayudando al equipo médico a terminar de colocar cosas en sus ambulancias. Ellos se quedarían escondidos cerca del recinto.

.-.-.-.

Bajé de la camioneta, junto con mis compañeros.

Con la cabeza alta y seguro de mi mismo, tal como me dijo Horacio, avancé hasta mi puesto

-A la cuenta de tres entramos con todo, estáis listos? -Habló Michelle por la radio. Se escucharon todas las voces decir 10-4, incluyendo la mía

-uno....

-dos....

-Y TRES! VAMOS VAMOS

Los disparos comenzaron a sonar por todas partes, en menos de diez segundos ya habíamos abatido a 5 del jardín.

Dejando a mis compañeros con los guardias, me adelanté y entré en la casa. Sabía que eso no era parte del plan, pero me daba igual, debía ir por ese hijo de puta antes de que escapase.

Avancé sin problema hasta el pasillo de su despacho, en poco tiempo me cargué a los que cubrían su puerta, banda de inútiles.

Me acerqué a la puerta, dejando unos segundos de silencio, y entré, sabiendo que probablemente allí también se encontrasen al menos cinco guardias, pero me daba igual, tenía muchísima más experiencia que todos esos juntos, quizá la estaba cagando, pero ya era demasiado tarde

Tiré la puerta al suelo en un rápido movimiento, cubriéndome con la pared pensando que miles de disparos intentarían matarme, pero me equivocaba, ninguno salió de esa sala.

Entré y nada más verle apuntándome con un arma, disparé a su brazo, soltó el arma por la reacción, y la cogí rápidamente tirándola a una esquina de la habitación, lejos de él

-Hijo de puta!

-Cierra la boca!

-Quién coño eres?! -Me di cuenta de que aún llevaba el pasamontañas, por lo que sonreí

-Me has sorprendido, ni un perro protegiéndote las espaldas, por una vez no has sido un puto cobarde Johnny...

-Seréis los mismos perdedores de siempre, qué mafia sois eh?! Os vamos a arruinar!

-Bla bla bla...

-Te voy a reventar.. -Dijo con impotencia. Reí burlonamente. -Quítate la puta mascara si tan valiente eres

En un rápido movimiento e quité el pasamontañas, sin dejar de apuntarle

-JOHN?! HIJO DE LA GRAN PUTA!

-Shhh, calla, ahorra tus gritos para cuando te esté torturando hijo de perra

Oímos la puerta abrirse, rápidamente saqué una pistola y apunté, pero me quedé estático tras ver de quien se trataba, y lo peor, el estado en el que se encontraba

-G-Gustabo?!..

-John!

𝐴 𝑑𝑜𝑠 𝑏𝑎𝑛𝑑𝑜𝑠 - 𝐼𝑛𝑡𝑒𝑛𝑎𝑏𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora