CAPÍTULO 24

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“Te quiero“

Marilyn

Sus labios son cálidos, el beso es lindo, sutil pero con demasiadas emociones por detrás; el calor que emana de su piel me estremece el corazón, cuando terminamos de besarnos nos quedamos en silencio haciéndome bajar la cabeza y mirar su pecho.

—Marilyn… —toma mi mentón para que lo mirará.

Tomo su mano y la alejo, —¿Qué estamos haciendo? —lo miro y por fin veo la desesperación en sus ojos.

De nuevo busca mi mejía y la acuna con sus manos frías, —Mi chica clavel…. —suspira, —siempre… has sido tú, —baja su mano y me da la espalda pero sigue hablando, —fue un estupidez evitar el sentimiento que crecía en mi cada que te miraba, te buscaba, te hablaba, no sabía cómo manejarlo, estabas tan metida en mis sueños y pensamientos que no sabía lo que era correcto. —voltio hacia mí, mirándome a los ojos, —Yo se que te he lastimado una tras otra y tras otra vez, —se frotó el rostro, estaba frustrado, —no sabes como me arrepiento de eso, ¿recuerdas tu cita con Levy Wills? Te mire desde lejos, me fue imposible pasarte por alto, estabas hermosa, preciosa y esa carita inocente esperando algo que no iba a llegar, me fue difícil irme, quería verte, hablar contigo y saber por quién estabas allí.

—¿Qué intentas? Después de lo que pasó en tu habitación ¿ahora me tomas por tonta? ¿Ahora dices que me quieres? ¿Y que siempre estuviste enamorado de mi? —reprocho, —Dennis te ama y lo único que he hecho es joderle a la vida a ella y a Levy.

—Marilyn, yo no la amo, no estoy tratando de obtener algo contigo, —suspiró, —yo se qué ahora no es momento para declaraciones amorosas, lo jodi y lo sé, —me toma de las mejías con ambas manos, —mírame, por favor mírame, Marilyn.

Mis ojos se cristalizaron, —Adiel…

—Yo se que…. Tuve muchos momentos para hablarte de esos sentimientos que sentía al verte y tenerte cerca… pero fui un tonto egocéntrico que… no quería afrontar la verdad de estar enamorado de ti…. —unió su frente con la mía.

—Adiel —pongo mis manos sobre las suyas, —me heriste con tus palabras cada que podías, me recordabas siempre que no era importante para ti…. Me decías que…. El amor era algo sin valor….

—Lo siento… mucho…. —abrió los ojos y se alejo un poco, —Me volví loco al saber que ese chico te había besado después de la noche anterior al dejarte plantada. —me dio un beso rápido, —lamento haberte dicho que le dieras esa oportunidad a Wills, lamento mucho haberte herido con mis palabras, lamento haber…. —se sonrojo, —lamento mucho haberte incomodado, solamente quería tu ayuda… pero una cosa llevo a la otra…. Perdóname.


—Adiel… el deseo no es amor sincero…. Lo que sucedió en tu habitación fue….

—No, no es deseo, te quiero… créeme, —sus ojos por primera vez me daban sinceridad.

—Pero…. Dannis…. —niego, —Ella te ama…. Y yo más que nadie se lo mucho que le interesas, ha pasado por cosas y… no me gustaría ser quien…

—Escucha, —me toma de las mejías, —hablaré con ella, tu no tienes la culpa de nada ¿de acuerdo? Nadie elige de quien enamorarse; tu y yo no elegimos estar enamorados uno del otro pero pasó, niña linda…. —me beso la frente, —todo fue al instante de conocernos y, de eso no tienes culpa, te quiero a ti, —me beso y correspondí.

—Adiel…. Prométeme que esto, no es un capricho tuyo…. —suplico, —por favor…. Te quiero y, —suspiro, —no quiero salir herida y con un corazón roto… yo no podría, —me limpio las mejías, —perder a otra persona importante en mi vida…..

El me abraza con fuerza dando ese cálido amor que tanto imaginé de su parte, me da valor y tranquilidad.

—No te librarás de mi, tan fácil —me toma de la mano, —ahora, te llevara casa ¿estas de acuerdo?

Asiento tímidamente, —claro.

En el camino me hablaba de lo importante que era para él y lo tonto que fue por las faltas que había hecho con anterioridad, disculpándose cada que podía. Llegando a casa, bajo para abrirme la puerta y ayudarme a salir, un gesto muy lindo de tu parte.

—Whow…

—¿qué? —se ríe, —soy un caballero…

—claro, claro, —digo con cierto atojo de sarcasmo y el sonrió ante mi reacción.

—Marilyn… entonces… —toma de mi mano, —¿Estas de acuerdo con lo que te dije? Hablaré con Dennis, pase lo que pase, recuerda…. —me besa ligeramente, —no es tu culpa, nadie elije de quién enamorarse.

—De acuerdo.

Sus ojos me miran con tanta dulzura que no puedo evitar negarme a sus besos tiernos, ojos cálidos como el atardecer, labios delgados, piel clara y cabello castaño.

Entro a casa, y mi madre aun no había llegado así que subo a mi habitación para darme un baño e acostarme enseguida.
Un mensaje suyo.

¿Estas allí?

Sonrío cómo la tonta que soy.

Si, estoy aquí.

Entonces recorde a la chica, Madison.

—¿que hacía ella allí? Es decir, es la primera vez que la veo en la cafetería.

—quería que te conociera, es de la familia, no te preocupes por ella.

—¿estas seguro? ¿Ella fue...?

—Pasado es pasado ahora, la única que me importa eres tu...

—¿me los prometes?

te lo prometo. Te quiero….

Mi corazón late.

Te quiero….

Y entonces recuerdo las palabras de Dennis.

Aléjate de Adiel, lo digo enserio.

Después de su cita doble que había planeado.

Estoy más que enamorada y se que Dennis jamás podrá perdonarme.



















Nota de la autora:

Espero les este gustado, voten y comenten sobre que piensan en la desicion de ambos chicos.

¿La perdonará por ser su mejor amiga?

¿Cuál será la respuesta de Dennis?

¿Que hay de Madison?

Esperen el siguiente, capítulo.

Gracias por sus lecturas.

Compartan, voten y ayuden a esta escritora.

Recomendando la historia.

Hasta nuevo aviso, Chao.

"Amor Amargo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora