CAPÍTULO 11

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"Vive en mi"

Adiel.

¿Por qué la había besado?

Fue un acto tan estúpido de mi parte.

No debí de hacerlo y mucho menos haberla llevado al cine, pero sus ojos a distancia me transmitieron lo mal que estaban.

Se veía tan encantadora con ese vestido justo a su medida, sus rasgos con ligero maquillaje le daban el toque triunfal, esa chica era hermosa y lo escondía muy bien.

Cerré los ojos, la imaginación se elevó, esa vestimenta le resaltaba lo sensual de sus curvas y lo rico que fue besarla, sus labios aún tenían impregnado el ligero sabor dulce de su bebida.

—Adiel, ¿Estás bien?

Abrí los ojos para encontrarme con ella, su cuerpo semidesnudo frente a mí, Madison me llamo de nuevo mencionando que los pendientes por fin finalizaron para encontrarla en su departamento. Salíamos juntos en momentos, como hoy, pero dada las circunstancias su trabajo le impedía disfrutarlo.

—Te lo he dicho.

Frunció el ceño, —Por favor, me he disculpado.

—¿Lo sientes? — me pare del sofá, — dijiste que tenías el maldito día libre.

Caminé a ella.

— ¡Y lo tenía, de acuerdo! —cruzo los brazos sobre sus pechos al descubierto, está enojada, su braga era lo único que la mantenía al margen.

—¿Lo tenías? Eso no fue lo que pasó, —tome sus muñecas con fuerza para separarlas de sus pechos, sus ojos negros me miraron con intensidad, — ¡Me dejaste varado!

Y termine besando a...

Río, — Hay por favor, Adiel. —rodo los ojos, —quieres callarte y besarme de una puta vez. — intento soltarse, pero no pudo, —¡Vamos Amstrong, suéltame!

Besarme...

Beso...

Dulce...

Cine...

Ella...

Marilyn.

Sacudí la cabeza.

¿Que tenía que ver esa con nosotros?

Esa...

—¡Ya basta! — soltó, — has estado extraño y no es solo por mí ¿Que pasó después de que me fuera?

—Nada.

La solté. Acercándose a mi dijo, —Lo siento... vale, lo siento, — tomo mis mejías para descifrar mi mirada y vaya que podía hacerlo, —Lo lamento, Adiel. —me beso.

Mis manos bajaron hasta su muslo y darle un leve apretón, gimió.

—No sé, qué es, lo que extraño más, —dije sobre su boca, — cogerte o dormir contigo.

Sonrió, — Seguro que es la primera opción.

La cara se le puso roja.

—Eres tan.... —acaricie su mejía con cariño.

Linda...

—¿Tonta? ¿Ilusa? ¿Caliente? —rio.

—Eso mismo. — la besé de nuevo.

Nada era correcto.

Ella tenía la libertad de estar con quién le plazca y tener una relación abierta.

"Amor Amargo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora