"Aléjalo de ti"
Adiel
Toque la puerta, unos segundos después ella abrió dejando ver lo reluciente de su sonrisa coqueta, mis ojos tuvieron el descaro de mirarla de pies a cabeza, sus largas piernas visibles por esa corta falta, la cintura irresistible y sus pechos ligeramente al descubierto, su vestimenta no dejaba nada a la imaginación sin embargo es difícil para mí no poder controlar las ansias cada vez que esos ojos verdes me miran con tan intensidad como ahora, tenía que controlarme, odiaba perderme solo por una mujer.
Sonrió, —Adelante Adiel, no te quedes allí, —agarro mi mano para hacerme entrar.
Caminamos hasta llegar a su sala, — ¿Qué has hecho éstos meses? — dije, ella tomo asiento justo al lado mío para servir unos tragos de vodka para luego darme uno, —¿Tan rápido? — reí.
Madison bebió el suyo como agua, — Los hombres son unos idiotas. — se sirvió otro.
— ¿Me llamaste solo para decirme esto? —di un trago. Quemaba, pero era una sensación deliciosa.
Negó, — es decir, tu eres la excepción. — frunció el ceño, — mientras más crecen se les extingue el cerebro. — bebió de nuevo.
— ¿Alguien en especial? — pregunté, negó — entonces...
Bien, entiendo, seguro que un tipo jugo con ella de nuevo pero omite la verdad.
— Quiero más tipos como tú, — río para luego mirarme con esa intensidad tan conocida por mí y la reacción de mi cuerpo se hizo visible, — Y es que apenas vas por tus 18 años, — se movió, — ¿Otro? — señaló la copa.
Negué, — Mañana voy al instituto.
Se burló, — Vale, vale. — tomó el último trago que le quedaba, — ¿Qué esperas? — tomó mi pierna al acercarse— ¿Empiezo yo? — gruño sobre mi cuello, su aliento calentó mi piel.
Sonreí, — ¿Enserio sigues necesitando de esto? — giré hacia ella y logré que sus ojos miren los míos, esa carencia iluminaba cada parte de ella, tomó mis mejías, los segundos pasaron en una eternidad, lentamente se acercó más haciéndome sentir su cálido aliento sobre mis labios, tragué grueso, sabía ponerme en aprietos, sonrió al lograr tensarme bajando sus manos ágilmente a la orilla de mis playera para meter sus delicadas manos frías sobre mi piel caliente.
— Lo necesitaré siempre, — sé colocó a horcadas de mí, rodeó mi cintura con sus piernas mientras sus manos abrían camino por cada parte de mi cuerpo, — Eres bueno en esto y.... — sonrió para darme un leve beso para humedecer los suyos con un poco de mí,— lo sabes, es por eso que eres el tío más engreído.
Carcajeo, — ¿Quién lo diría? — aleje sus manos de mí, — Espero que no te estés enamorando...
Ella se soltó sutilmente, — ¿Quien no lo haría? — se quitó la blusa quedando en sostén, tomo mis manos hasta hacerlas rodear su cintura e hizo lo mismo con las suyas sobre mis hombros acercando se frente a la mía.
— Se supone que tú, — lamio mi labio inferior, — Y no debes hacerlo, — acaricie su fina espalda.
Sonrió, — deja de hablar, ¿quieres?
— Cállame entonces.
Estampó sus labios con los míos intensamente, rozando y lamiendo, era un beso demandante que solo ella sabía poseer ante tal momento de sensualidad, me permitía ser yo cuando estaba con ella de una u otra manera siempre existía esa pizca de emoción al tenerla para mí, la primera vez que Aurora me la presentó me sentí atraído por ella y quién diría que terminaría así fallándola cuando lo necesitará.
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"Amor Amargo"
Teen FictionMarilyn ha vivido su vida siempre en la misma ciudad, a pesar de su pasado doloroso ella sigue como si nada de lo ocurrido le afectara en lo absoluto. Cada jueves recorre las mismas calles hasta llegar a su lugar favorito Kadus Bistro, una cafetería...