Mi Querido Perdido (Una historia de Takatsuki Sen)

11：赫者 (Kakuja)

Escupió sangre intentando obviar el sofocante dolor, sabía que si cerraba los ojos moriría, pero... ¿No era eso lo que tanto anhelaba?

Se sentía cada vez más agotado sintiendo el cálido abrazo de la muerte...

Un pequeño tentáculo se formó, el escozor provocado y sentir como este removía pequeños trozos de su vertebra fue suficiente como para despertarlo.
[Irimi, Hinami y-yo... Kyomi, Mamá, Papá] Con dolor evoco fugaces recuerdos de su vida. Recuerdos que le decían lo mucho que necesitaba respirar.

No seas bobo, aún falta mucho.

El antes pequeño miembro creció un poco y aferrándose al suelo logro salir a rastras.

Tras deambular con un impensable dolor dio en una habitación una que nunca antes había visto, los relojes abundaban y el tono frio que portaba la hacía a un más tétrica.

Recostó la cabeza en el helado suelo deshaciendo el Kagune.
-R-regenérate v-vamos-Y como ya estaba acostumbrado su cuerpo no obedeció.

Cerro los ojos mientras los recuerdos de sus seres queridos no dejaban de hostigarlo.

Frunció el ceño al sentir un dulce olor, curioso abrió los ojos encontrándose una manzana frente a estos.
-Come, todo lo que necesitas es una manzana-Vio sus vendados pies.

No le gusto verla en absoluto, pero la prefería a ella antes que a nadie.

Intento ignorarla más le resultó imposible.
-¿Quieres poder? ¿Sabiduría? ¿Ser amado? Todo eso lo tendrás si comes-La cogió para darle un mordisco-Tan solo mírame a mí, soy perfecta-
-S-si como...-
-Te regeneraras-Abrió la boca dispuesto a hacerlo ¿Que podía perder? Es solo una manzana.

Enternecida por su posición Eto cogió la fruta y lo ayudo a morder, con dificultad trago, dicho y hecho absolutamente todo su cuerpo regreso a la normalidad.

El dolor y los recuerdos aun le hostigaban pero la muerte era algo ya muy lejano.
-Todo este problema, solo por tu querida Takatsuki-El corazón palpito fuertemente al escucharla-Aun después de todo la sigues amando-Acerco a su cara descaradamente-No tienes por qué amar a alguien que no te quiere, no es justo-Eto se vio tentada a besarlo-Toda tu vida has creído que vives por y para ella ¿Por eso no te suicidaste? O por la gente que encontraste en ese camino tan egoísta, que como ves solo te llevo a la desgracia-
-No sabes de lo que hablas-
-¿Seguro?-Asintió molesto.
-Estoy harto de tus juegos-Hablo levantándose con dificultad.
-Te doy mi poder y me das la espalda... Bueno vete, supongo que no amabas lo suficiente a Takatsuki-Se detuvo dándole la razon-Oh comprendo...-Sonrio-Tu no la amas-Activo su kagune aprisionándolo con él.
-¡Por fiiiin fueraaa!-
-¡Es más guapo de lo que creí!-
-Mátalo-
-No, no-
-Come-
-Nunca la has amado, simplemente te engañabas a ti mismo aferrándote a la vida, porque sabias que alguien como tú no tiene ni tendrá razón para respirar-Deshizo el Kagune, cayo de rodillas.
-T-te equivocas-
-Querías llenar ese vacío de alguna forma y a pesar de saber que siempre seria eso, intentaste sonreír, por eso decidiste vivir, por el dolor que ella te provoco, desesperadamente intentas llenarlo con cualquier cosa... ¿Qué intentas conseguir me pregunto? Tras acabar con esos investigadores ¿Te suicidaras?-Toco su mentón pensativa-Bueno ¿Quién sabe? Pero tengo la certeza de que quieres poder, ya sea para avivar la mentira o ¡Entiendo! Ahora soy yo ¡¿Verdad!? Fallaste con ella, la culpa de vengar a tu familia no te deja morir por lo que intentas encontrar un estimulante que te lleve adelante, por eso sigues aqui... Entiendo-Se rio-Puedes tenerme...-Se sentó sobre el-Soy tu dios, al fin y al cabo, me perteneces-

Los minutos transcurrían al igual que los descubrimientos de Eto, conociendo a detalle a ese interesante espécimen.
-Serás mi hijo o algo mucho mejor que eso... Ya verás te hare tan lindo que esa Takatsuki se morirá por ti-Se levanto cogiendo un aguja e hilos-Después de lo que pasaste esto no será nada-Junto los labios y antes de atravesarle le dio un apasionado beso, dejándose llevar soltó la aguja tomando su cara profundizándolo, no pidió permiso y penetro su boca tocando hasta el lugar más recodito de esta. Saboreaba la poca sangre que había quedado impulsándola a querer más.