Prologo

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—     Tranquilo…James…estarás bien, mírame

Sus ojos no se movían, estaba hablando con un muerto…estaba tambaleando, estaba intentando no creer lo que mi cerebro me gritaba, lo que me repetía constantemente, no quería creerlo, estaba negándome y sentí las ambulancias afuera, como un sonido ahogado, como si todo estuviera en cámara lenta.

Me separaron de él al tomarlo con precaución, se estaban llevando a mi mejor amigo colocándolo en una camilla, estaba reusándome a que esto pasara, me hablaban, me señalaban, me tomaban jalándome fuera de la escena, me llamaban, no entendía nada, los miraba tratando de leer sus labios pero era algo tedioso y molesto…quería estar con James.

<<Déjenme tranquila…quiero estar con él>>

Pareciera que no leían mis pensamientos, pareciera que no les importaba mi sufrimiento, él estaba vivo… <<ayúdenlo, por favor…ayúdenlo>>

Las cosas pasaron demasiado rápido, tanto que me mareaba y seguía sorda, no escuchaba nada, no miraba precisamente en una sola dirección, quería vomitar, quería dormir…quería verlo a él. Pronto sus brazos encontraron un lugar donde sostenerse, lo miré y reconocí sus ojos, eran verdes, y se notaba más el color porque estaban cristalinos, no paraba de llorar…como yo. Matt me llamaba, me hablaba y yo no podía contestarle ¿Qué le decía? Estaba yo ahí cuando lo encontré… ¿Qué pasaría con Natalia, con Leila? ¿Qué hago yo ahora? ¿A quién le mostraré el dibujo que le hice? ¿Por qué él? ¿Por qué yo?

Había una necesidad en mí de levantarme e irme corriendo, de despertar y decirme a mí misma que esto no era real, estaba bien, perdí a mi hijo…y ahora a mi mejor amigo, mi consuelo y mi cómplice en pendejadas, mi compañero de trabajo, mi hermano…

La habitación era blanca, todos estábamos ahí, llenando el piso con lágrimas, balbuceando palabras de negación ante el hecho que nos acongojaba, no era la única con dolor…no era solo yo…era mucha gente…incluso personas que no llegaron a conocerlo, pero que no sabían lo que era perder a una persona cercana…ellos no saben nada.

Mi vista se borraba, comenzó a nublarse todo, corrían, gritaban y a mí me hacía falta el aire, comencé a toser, la garganta se me cerraba, me sostuve de donde pude…y caí al piso, nadie me hacía caso y todos comenzaban a hundirse en una nube negra, como si fueran irreales, como si nada de esto fuera normal, me asusté, me llené del agua que había en el piso, pedí auxilio…nadie me ayuda…

—     ¡¡YA LEVÁNTATE, LOIS!!

Carry OnWhere stories live. Discover now