Carry On

23 "Tal y como eres"

Matt me convirtió en una chica adicta a esto...solo con él, no había otro chico que me moviera el piso, no había otro que me hiciera sentir lo que Matt hace cuando me mira, cuando me toca...cuando sonríe. Absolutamente nadie hace que lo desee tanto. En casa, en la escuela, en la calle...a cada instante mi cuerpo pedía a gritos que me tocara...que me hiciera suya con los dedos, labios y su cuerpo.

Sonreía sobre su pecho ahora tranquilo, habíamos hecho el amor tres veces...cada una con una duración aproximada de una hora...Matthew era una máquina y aguantaba tanto que me desbarataba...pero eso me encantaba, en verdad sí. Acaricié sus mejillas, sus brazos, su respiración era tranquila y, como siempre, mantenía la boca abierta para dejar escapar el aire de manera profunda. Me encantaba verlo dormir, podría mirarlo el resto de mi vida así de esta manera.

Ambos desnudos sobre su cama, tapados muy poco con las sábanas azules que adornaban la cama, me dispuse a mirar con más detenimiento cada detalle de la habitación. Me levanté de la cama al ponerme una de las sábanas alrededor del cuerpo...sin nada más que eso.

Trofeos, fotografías algo arrugadas detrás de varias cosas sin sentido, algunos objetos de colección, una foto de él cuando era pequeño...la tomé y acaricié la imagen, era tan bonito... ¿Cómo un ser tan pequeño e indefenso se convirtió en un hombre tan perfecto? La dejé donde la tomé y seguí mirando, había una foto suya y mía, muy pequeña...la tomé y sonreí de costado...era cuando estábamos en esas vacaciones de ensueño.

Me metí al baño e hice mis necesidades, al terminar, me lavé las manos y me miré al espejo. Mi cabello era un completo desastre, reí despacio al darme cuenta de que estaba tan despeinado que se veía hermoso...si, por lo que acababa de hacer. Solté un poco la sábana y me miré desnuda.

Siempre he tenido un problema...los estereotipos y la maldita publicidad hacen que la mujer se menosprecie, la manipulen y lleguen a ser esqueletos andando, pero a decir verdad yo estaba muy bien ahora que me miro. Tenía curvas acomodadas donde se debía, mis caderas se hincharon un poco dejándome ver más atractiva que antes, mis muslos eran fuertes, mi abdomen comenzaba a aplanarse y marcarse un poco...solo un poco, mis senos hacían que mi figura se completara, mis brazos eran delgados y ¿Qué podía decir? Si al chico más guapo de la escuela le gusto, está conmigo y adora mi cuerpo ¿Por qué debería quejarme de mí misma? Sonreí cubriéndome de nuevo y salí del baño.

Asomé la mirada y él seguía dormido, lo observé mejor...la sábana apenas le cubría su pelvis y media pierna, mordí mi labio inferior al ver que la sábana caía exactamente sobre su miembro y lo enmarcaba un poco...el aire salió por mi boca... *¡¡Cálmate por dios!! Mujer insaciable... ¿Y cómo no? MIRA ESO, DIOS SANTO es imposible no desearlo de nuevo* caminé despacio y me acomodé a su lado de nuevo. Esta vez moví un poco la cama sin querer cuando él movió su boca y abrió los ojos de manera suave. Se estiró como un pequeño bebé y sonreí, se veía tan tierno.

—     Hola, dormilón

Besé sus labios despacio y él sonrió estirando sus brazos al rodearme para abrazarme subiéndome a su pecho...era tan cálido y suave que me quedé ahí recargando mi mejilla en sus fuertes pectorales.

—     ¿Dormí mucho? – dijo con voz gruesa

—     Casi 3 horas

—     Por dios, debe ser tarde

—     No...son apenas las 8

—     ¿Tienes hambre?