Capítulo 23

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-Me llamo Angelo. -Sonrió, y que sonrisa más hermosa, era mi hermano, mi hermano había vuelto a nacer-

-Me llamo Isabel. Soy tu tía. -Sonreí entre lágrimas-

-Hola tía. -Me volvió a abrazar-

-Que hermoso eres príncipe. -Sonreí-

-¿No vienes con mi papi? -Preguntó-

El corazón se me partió en mil pedacitos al oír eso, la tristeza que sentía era impresionante. No sabía que responderle, estuve pensando y pensando...

-Está de viajes con un señor llamado Dios. -Sonreí-

-¿Y cuando viene? -Volvió a preguntar-

De nuevo me había quedado sin palabras, no soportaba la idea de que mi sobrino sufriera lo mismo que yo, algún día se tenía que enterar pero ni por mi boca, ni con unas palabras tan duras, y mucho menos a esa edad se enteraría.

-Pronto. -De nuevo comencé a llorar y Fernando me abrazó-

Después de un largo rato me calmé. Y Sofia le pidió a Angelo pequeño. -Como yo le había puesto de cariño- que fuera a su cuarto.

-Ángelito, tu mami y tu tía tienen que hablar cosas de adultos, ve a tu cuarto y regresas dentro de cinco minutos. ¿Vale?. -Dice Sofia a Angelo pequeño-

-Vale. Chao tía -Me abrazó y yo le di un beso en la mejilla-

-¿Quieres un calmante Isa? -Dice Sofia-

-No. Tranquila. -Respondí- Sofia... -Suspiré- en vista de que Angelo no se ocupó nunca de mi sobrino... Yo tengo que darte parte de un dinero que mi hermano dejó...

Ella suspira.

-Isa... No hace falta. -Dice Sofia-

-Si, si hace falta, en cierto modo, la responsabilidad de Angelo ahora es mía, y en vista de que él nunca se ocupó del bebé...

Me interrumpe.

-Él no se hizo responsable porque yo no quise decirle nada, porque estoy segura de que si le hubiera dicho hubiese estado conmigo... Y me disculpas.

-Yo lo sé, y porque sé eso estoy segura de que donde quiera que esté va a querer que ese dinero sea para él. Y no solo hablo de dinero, también de amor, educación y valores, y si me permites, yo quisiera ayudarte con eso.

-Claro Isa, claro que puedes ayudar en lo que quieras -Sonrió- pero el tema del dinero... -Hizo un gesto de negación-

-Aceptalo por favor.

-Te prometo que lo voy a pensar. ¿Está bien?

-Está bien. -Sonreí- ¿Puedes llamar a Angelo por favor? Quiero despedirme.

Ella llamó a mi sobrino y estuvimos un rato largo abrazados, confieso que no me quería ir, quería quedarme pero no podía.

-Te voy a venir a buscar para ir al cine. ¿Vale?

-Vale tía. Bendición. -Me dió un beso en la mejilla-

-Dios te bendiga príncipe.

A continuación salimos de la casa y me puse a llorar otra vez... Como siempre.

Fernando me abrazaba, y no me soltaba, se había convertido en mi fortaleza, y en mi motivo para no caerme.

                           ~

La tarde pasó volando, y tan pronto salí del trabajo mi hermoso lector estaba esperándome en la puerta como siempre.

-¿Ya estás mas calmada? -Preguntó él-

Con olor a café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora