Capítulo 5

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Nunca pensé que escuchar las palabras "Proceso Judicial" me dolería tanto. Pensar en mi hermanito metido en una cárcel me partía el alma.

-¿No hay manera de negociar? -Le dije al policía.

-No creo que la haya señorita, en todo caso tendría que ir a la delegación de Bello Monte, dónde van a recluir a su hermano mientras es juzgado.

-Tocará esperar... Gracias de todas maneras.

Salí del hospital y me senté en el estacionamiento, necesitaba pensar y con toda esa gente ahí me era casi imposible.

-Isa ¿Estás bien? -Me pregunta Carlos-

-Claro que no estoy bien...

-Lo sé... Perdón... Yo...

-No Carlos no pidas perdón, más bien perdóname tu a mí, tu solo quieres ayudarme y yo tratándote mal...

-Supongo que es el estrés, despreocúpate. -Me interrumpe-

-¿Me regalas un abrazo?

Carlos me abrazó y en seguida comencé a llorar, casi sentía que ya no tenía lágrimas, me sentía como "Magdalena", diría mi abuela.... Dios mío mi abuela.

-Tengo que llamar a La Tita.

-Descuida, ella está enterada, fue ella quién me llamó, no sabía cómo decírtelo.

Por un momento me molestó eso, pero después entendí que en el fondo tenía razón, una noticia así por teléfono hubiese sido un golpe que muy seguramente no soportaría.

-Ah...-Me limité a contestarle-


~

Pasé todo el domingo en el hospital esperando noticias de mi hermano, ya estaba fuera de peligro pero seguía inconsciente.
El lunes Decidí llamar al trabajo para explicarles lo que había pasado.

-Buenos días ¿Señor Raúl?

-Buenos días, sí, ¿Quien habla?

-Es Isabel, disculpe el abuso pero hoy no voy a poder ir a trabajar, mi hermano tuvo un accidente y tengo que cuidarlo.

-No sabía que tenía un hermano, pero descuide puede estar con él el tiempo que necesite.

-Muchas gracias le prometo que el martes iré sin falta.

Él tan bueno, dejándome ir a cuidar al mismo que lo robó, el remordimiento de conciencia se hacía cada vez más y más grande.

Me fui al hospital lo más rápido que pude y tan pronto entré vi al médico.

-Doctor ¿Cómo está mi hermano?

-Ya despertó, no puede hablar debido a la operación, lo vamos a tener unos días en terapia intensiva mientras sana la herida.

-Gracias a Dios.

-Señorita su hermano va a necesitar de muchos cuidado, y siéndole sincero en la cárcel no los va a tener, la policías están haciendo todo lo posible para trasladarlo a Bello Monte antes de que sane.

-¿Pero qué coño tienen éstos tipos en la cabeza?

-Le voy a decir otra cosa muy sinceramente, debería conseguir una buena plata, por lo que pude oír los otros dos que estaban con él ya salieron... Y usted ya sabe porqué.

Era increíble oír esas palabras de un médico, darme cuenta de lo que se había convertido la justicia venezolana... Yo no sabía si estar feliz porque mi hermano podría salir si pagaba, o sentirme mal porque no se haría justicia... Yo sabía que Angelo merecía un castigo, pero no tenía el valor de verlo preso. Se suponía que estudiaba para un día ser yo quién atrapara a los victimarios, pero en menos de una semana me había convertido en cómplice de un ladrón, y ahora debía pagar por su libertad...

Con olor a café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora