Capítulo 21

435 14 6
                                    

Respiré... Conté hasta diez y entré.

-No hagas un show Isabel. Respira. -Dije en voz alta-

A continuación entré a la oficina, y ahí estaba Fernando con su ex, abrazados.

-Ah ver... Yo no soy amiga de Gabriel, pero tu ex y tú si pueden ser amiguitos ¿no?

Al oír mi voz Fernando soltó a Mariana y se quedó parado sin decir nada. Ella sonreía irónicamente, yo también sonreía con la ceja izquierda levantada.

-A ver niña... Fernando... -Dice ella-

Le interrumpo. Ella quería reírse, pues yo le iba a borrar la sonrisita.

-¿Fernando qué? ¿que vas a decir? Él estando contigo me buscaba a mí, él siendo tú novio dormía conmigo. Ahora ¿que vas a decir amiga? ¿que tienes que decir para hacerme sentir mal?

-Que eres una perra.

Solté una carcajada.

-¿Y crees que con eso me voy a ofender?

Que inmadura Dios mío... Estaba siendo muy inmadura, pero tenía que ganarle una sola aunque sea. Estaba deseando que Fernando no hablara, por suerte seguía mirándome, y no decía nada.

-Y yo soy la que tiene que tener dignidad... -Dice ella-

-Eso a mí no me hace falta. ¿Sabes por qué? Porque tu y yo somos iguales a diferencia de que YO no me la doy de santa como tú.

Esa frase se la había oído decir a Andrea en una discusión, punto para mí.

Yo sonreía y ella seguía mirándome. Y ¡PUM! Se vino en llantos. Una parte de mí se sentía mal, y la otra saltaba de alegría. •¡En tú ego perra!• gritó mi subconsciente.

-Isabel. Yo creía que las acciones inmaduras eran las mías. -Dijo él sentando a Mariana en su escritorio-

Tenía razón, me había comportado como una quinceañera, sobre todo porque nada de lo que había dicho era verdad. Sin embargo Fernando no lo negó.

-Tienes razón -Sonreí- mis acciones son más inmaduras que las tuyas... Pero por lo menos yo no soy un bastardo mentiroso.

No había querido insultarlo, pero salió de repente.

-Yo no soy un mentiroso. -Estaba serio y con la mandíbula tensa-

•No llores Isabel... No llores• pensé.

Solté una carcajada para no llorar.

-¿Ah no? Piensa en todo lo que haz dicho, ahora comparalo con lo que acabo de encontrar.

-Pero yo... -Le interrumpo-

-Pero nada. Muérete Fernando. Nunca debí haberte aceptado en mi vida otra vez, nunca debí haberme metido en el medio de tu novia y tú... -Él interrumpe-

-Tu no te metiste en el medio de nada, eso ya estaba terminado. -Dijo él-

-¡Pero claro que acabaste con nuestra relación! -Gritó Mariana-

-Tu te callas. -Le dije a ella- y tú... -Esto me dolía más a mi que a él- olvídate de mí definitivamente. -Salí de la oficina y él vino detrás de mí-

-Isabel... Otra vez no por favor. No quiero...

Ahí venían las lágrimas, punto a su favor.

-La vez pasada huíste tú... Ésta vez huyo yo.

Él se quedó parado, y no dijo nada. Se quedó mirándome hasta que salí, me vine en lágrimas apenas crucé la puerta.

«Estaba llorando la pérdida de algo que no era mío» esa celebre frase fue lo único que vino a mi cabeza.

Con olor a café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora