Capítulo 29

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Tal como había dicho Fernando, Andrea tenía depresión post-parto, y con ayuda de un psiquiatra las cosas fueron mejorando al cabo de dos meses.

Todo estaba yendo perfecto, mi relación con Fernando, la salud de Andrea estaba bien y por supuestos mis sobrinos muchísimo mejor.

Estábamos en el mes de abril, y Andrea cumplía años. Por decisión de ella y mi abuela decidieron bautizar a mi sobrina dentro de la iglesia católica aunque yo no estaba muy de acuerdo.

-Isa no es nada del otro mundo. -Dice Andrea-

-Y ustedes que van a estar sabiendo que religión va a querer ella cuando crezca.

-Por ahora la que nosotros digamos. -Responde mi abuela- y haz silencio que estamos en una iglesia.

El padre comenzó con su habitual palabrería y yo me estaba muriendo del sueño, tanto que hasta cerré los ojos por unos segundos.

-Mi gran pequeña dama, te van a regañar.

-¿Ah?

-Que no te duermas que te van a regañar. -Sonrió Fernando-

-Ah, sí.

Casi al final del bautizo el padre mandó a quedarse de pie solo a los padres, y por supuesto el padre de mi Maria no estaba... Así que Fernando fue quién se quedó de pie.

Terminó por fin el martirio de la famosa misa y salimos a almorzar. Como siempre estábamos mi abuela, Andrea, Carlos, Fernando, Gabriel, en esta ocasión también el papá de Andrea... Que se llevaba de maravilla con mi abuela, vaya par. Y por último Sofia y mi sobrino... Y una de las madrinas, para la sorpresa de todos los que estábamos ahí, era Sofia, su relación con Andrea gracias a Dios era buena.

Celebramos no sólo "el bautizo" de mi sobrina, sino también el cumpleaños de Andrea en la casa Monsalve. Bailamos y comimos muchísimo, ese fue uno de los días mas lindos que he tenido, aunque hubiese sido mejor si mi hermano nos hubiera acompañado.

Yo estaba sentada desde dentro, viéndolos a todos hablando y riendo, y yo sonreía con ellos.

-¿Que pasa? -Dice Fernando abrazándome por la cintura-

-Me encanta verlos así; felices.

-Ya lo veo en esos ojitos.

-Lo extraño. -Dije refiriéndome a mi hermano.

Fernando suspiró.

-Lo sé, princesa. -Y me dio un beso en la frente- pero él está feliz de lo que haz construido, y de que mantengas a su familia unida. Estoy seguro de eso.

-Todo hubiese sido mas perfecto si él estuviera aquí.

-No hay que pensar en el "hubiese sido", hay que pensar en lo que "Está siendo". ¿Vale?

-Vale. -Lo besé-

-Mañana mi hermano va a correr. ¿Quieres ir?

-¡Claro que quiero, eso no se pregunta!

Él soltó una carcajada. Me encantaba que mi lector me hiciera cambiar de humor tan rápido, para bien.

-Y tengo otra sorpresa.

-A ver. ¿Cuál?

Sacó un paquete que yo sabía perfectamente que tenía.

-¡Invitación a un asesinato, gracias Fer!

-No me agradezcas, solo préstamelo después de que lo leas.

-Gracias, gracias, gracias. Te amo. -Lo besé apasionadamente.-

Con olor a café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora