Capítulo 51: Mi único amigo

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La mañana del día siguiente fue aburrida, las personas andaban por todo el castillo, organizando el baile, y los invitados llegaban, uno tras otro.

Hablaban con Ethan entusiasmados cuando lo miraban, pero él apenas les hablaba y huía lo antes posible.

Pero al menos la tarde fue más entretenida.

—¿Por qué te detuviste? —interrogó Ethan un poco desanimado, al ver la mano de Aris, detenerse a escasos centímetros de su pecho.

—Estás loco—exclamó riendo—ese golpe pudo haberte mandado a volar fácilmente.

—Sé que eres más fuerte que yo, pero no te contengas. Golpéame cuando tengas la oportunidad, no seas tan blando conmigo.

La zona de entrenamiento era sumamente amplia, con un fuerte piso de roca y al aire libre. Era exclusivo para el uso de la realeza, pero casi nadie lo usaba.

—Sabía que eras medio masoquista, pero no a este nivel—se burló un poco y le dio un pequeño golpe en el pecho—Pero no puedo...

—Por favor, ¿cómo mejoraré si no doy todo de mí? Debo llegar más allá de mi límite.

—...Está bien, está bien, peo sólo porque estamos solos—dijo al ver la determinación en sus ojos— Pero dime ¿qué pasaría si alguien nos ve, y se da cuenta que no tienes ningún rasguño al final?
En la pelea con Owen Rosse tuviste suerte, ¿qué hubiera pasado si en verdad te hubiera dado una paliza y te levantaras cómo si nada?

—N-No pensé en eso—dijo un tanto cabizbajo.

—Descuida—consoló dándole una palmada en el hombro—Mientras nadie te descubra estarás bien.

—Lo mismo digo.

Aris lo miró seriamente y dijo:

—Tres días después del baile tengo que volver a ser un tritón, pero para ese entonces ya estaremos muy lejos. Prepararé una poción para ocultarnos, cambiar de apariencia y borrar nuestro rastro. Así que no hay de qué preocuparse.

—De acuerdo—se alejó de él y sonrió—Entonces sigamos.

—Como digas...—contestó riendo y rodó los ojos.

[...]

Entrenaron varias horas, pero sin importar qué, Aris se llevaba casi todas las victorias.

Y en el último combate, cuando Ethan se descuidó un segundo y dejó una abertura Aris fue contra él. Lo derribó por completo, jaló de su brazo y enrolló ambas piernas desde su axila hasta su cuello.

Ethan se quedó atónito ante ese movimiento tan rápido, y lo miró sorprendido. Aris se miraba tan...

"Majestuoso y varonil..."

—¿Por qué me miras así? —interrogó con los ojos entrecerrados—Parece que disfrutas esto, ¿acaso tenías estás intenciones desde el principio?

—N-No—dijo ligeramente sonrojado, y su expresión se tornó tímida.

—Entonces ¿no te gusta ser doblegado por mí? —dijo en voz baja, y colocándose sobre su abdomen lo sujetó de ambos brazos—Pensaba que sí te gustaba...

—Y-Yo...—la intensa mirada de Aris lo dejó petrificado, y su cuerpo no se resistió ni un poco.

—Acéptalo—susurró deslizando sus manos por sus brazos, hasta llegar a su pecho, lo acarició por encima de la ropa con sus palmas y sonrió con suavidad—Te gusta ser derrotado por mí, lo disfrutas...

Se acercó a su rostro y lo miró, observó con detenimiento sus labios. Su largo cabello se deslizó a un lado y sus ojos azules brillaron con dulzura.

Príncipe rebelde© ✓ [Secuela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora