Extra: Como dejar de fumar

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Corwin fumaba desganado mientras revisaba un sin fin de documentos, leía, firmaba, organizaba...

Estaba tan aburrido y agobiado que dejó todo sobre el escritorio, se dio la vuelta y miró a través de la enorme ventana que estaba detrás suyo.

Dio una larga calada y exhaló con lentitud.

—Queee aburriiido—exclamó y suspiró con pesadez.

Cuando de repente tuvo una brillante idea.

"Iré a ver qué hace Malcom"

Pensó con picardía y se levantó con entusiasmado.

Caminó por el largo pasillo y llegó hasta su oficina, abrió la puerta y asomó la cabeza.

—Oye Malcom—exclamó alargando las palabras.

—Estas aburrido ¿verdad? —preguntó indiferente sin dejar de escribir en una libreta mientras contaba monedas.

—Siempre odié el papeleo—se excusó y entró a la habitación, observó los objetos dentro de ella mientras aún seguía fumando, sólo para perder el tiempo.

—Dixon—llamó seriamente y lo miró con intensidad—Si vienes aquí no fumes, sabes que no me gusta.

—Me es inevitable—se quejó—Cuando estoy aburrido, nervioso o ansioso me da por fumar. Y tú nunca quieres hacerme compañía.

Y dándole la espada observó un cuadro colgando sobre su cabeza.

—Sé que ya hemos discutido esto, pero ya no andaré con rodeos—dijo Malcom caminando hacia él y enfrentándolo añadió—Deja de fumar, lo odio. Es malo para tu salud.

Corwin no esperaba que Malcom se levantara de repente y caminara hacia él, tan cerca que podía ver el oscuro verde de sus ojos.

—L-Lo he intentado, pero...—esa mirada lo podía algo tenso. Porque no era la misma de siempre, seria, fría e indiferente.

Esta vez lo miraba con más intensidad y molestia, una auténtica molestia. Y una extraña perversión.

—No puedes dejarlo ¿eh? Ni siquiera por mí—exclamó tomando el puro de su boca con lentitud—¿Acaso lo haces a propósito?

—Yo...—Corwin tragó saliva, sintiéndose cada vez más nervioso.

—Sabes que odio el olor de los puros—y acercándose más susurró—¿Cómo querría besarte si tu boca sabe así?

Corwin nunca temió a las miradas frías de Malcom, ya que su expresión siempre había sido esa, no lo afectaba en absoluto. Pero cuando estaba a solas con Malcom y él estaba de mal humor, esa simple mirada que le resultaba normal y cotidiana se volvía totalmente diferente.

—E-Esta bien, este será el último que fume—respondió tratando de tomar su puro de vuelta.

Pero Malcom lo alejó de su alcance e intensificó su mirada.

—¿Estás seguro de tus palabras?

Malcom en realidad no le gustaba que Corwin lo visitara por dos razones: Uno, porque el humo se encerraba en la habitación, y dos, porque cuando estaba a solas con él demasiado tiempo no podía evitar molestarlo, y querer hacer ciertas cosas...

—Sabes porque no me gusta que trabajemos juntos—dijo tomando su muñeca, acariciándola—Por el humo...y porque no puedo controlarme...

Corwin respiró con pesadez y su sangre se heló. Malcom notó su cambió y sonrió en su interior.

—¿Eres desconsiderado o te gusta verme así? —interrogó fríamente.

—E-Espera un momento—y sujetando su hombro añadió—Sé que últimamente no hemos tenido mucho tiempo para ambos, pero no lo hago a propósito—respondió con prisa y nervioso.

Príncipe rebelde© ✓ [Secuela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora