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Una, dos, tres veces removió el contenido de la pequeña taza, suspirando bajito una vez acabó, mordiendo sus labios cuando sus orbes picaron tan solo poquito.

Le dolía y su lobo le reclamaba.

Le dolía el haber presenciado a su omega sollozar sin detenerse, sintiendo su propio pecho apretarse en un angustiado sentimiento. Le dolía que la voz llorosa y con viva súplica en ella hiciera eco en su mente, recordando las muchas veces que su omega rogó por no ser separado de sus cachorros.

Le dolía y lastimaba que incluso pasado el incidente, Jaeyun no lograba calmarse, encontrándose en ese momento acurrucado con sus cachorros en una de las habitaciones, siendo donde más tranquilo estaba. Aun así, de a ratos lo escuchaba sollozar, apretando instintivamente a Minho y Chaeyeon hacia él, quienes parecían entender el dolor del peli negro, sin quejas se dejaban ser, amando poder compartir con el omega aún si este no podía decir media palabra sin que su voz se cortara.

Ah.

Sintiendo un nudo en su garganta, el alfa se obliga a respirar, tratando de regular su respiración, caminando hacia la habitación donde estaba el omega, con cuidado llevando la taza de té tranquilizante en su mano. Una vez llegó, sintió su pecho apretarse, viendo al omega en posición fetal, de alguna u otra manera arreglándoselas para tener a los cachorros junto a él.

Heeseung mordió sus labios, sintiendo entre angustia y calidez al ver a Chaeyeon acurrucada en el pecho del omega, con Minho a sus espaldas. La atención del cachorro caía únicamente en mantener su pequeña manita otorgándole mimos a su papi, siendo ambos abrazados por el omega, este último manteniéndose con sus orbes cerrados, su nariz en el cabello oscuro de Chae. Estaba calmando a su omega, Heeseung sabía.

La necesidad de hacerle saber que todo estaría bien llegó a él, su lobo obligándolo a ir hacia su omega, hacer que esa angustia en su pecho desapareciera. Necesitaba verlo sonreír una vez más, ver esos orbes dorados como estrellas brillar con una galaxia entera en ellas.

Tanto como él amaba.

Con cuidado y en silencio llegó hasta el pie de la cama, colocando la tacita con el té en la mesa de noche junto a la madera del mueble, sonriendo a labios cerrados cuando los ojitos miel de Minho lo miraron por encima de la cabellera del pelinegro, los orbes del cachorro lucían poquitos apagados, haciendo que el pecho del mayor doliera.

Cachorro.

Tratando de tranquilizarse, fue de poco a poco entrando en la cama junto al omega, manteniéndose detrás de su espalda, tratando de darle tiempo al omega a reaccionar, sea aceptando su contacto o rechazando el mismo.

Esperaba que no fuera la segunda opción.

Cuando el omega no hizo mayor movimiento, Heeseung supo que era su luz verde, acomodándose hasta posarse detrás suyo, abrazando al omega junto a su cuerpo, sonriendo casi de inmediato cuando sin conectar sus orbes, Jaeyun se acurrucó en él, quedando en posición de cucharita, la atención del omega yendo del alfa a los cachorros.

Twinkling || HeejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora