Capitulo #16.

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Narrador omnisciente

—Creo que deberías lavarte el cerebro.

Yeosang se sentía estupido, y humillado. Estos dos sentimientos eran cotidianos en su vida, y que su mayor se lo recordara le daban ganas de morirse.

Se la había pasado perdido de las conversaciones de su familia. Se había limitado a llorar en su habitación durante las madrugadas, y en las tardes pintaba para relajarse, sin embargo una vez que el lienzo se mojaba del tono de pintura equivocado, tiraba todo a la basura. Lo que le solía hacer feliz —al menos temporalmente—no funcionaba más.

No cuando su madre le causaba estrés. Le respiraba la nuca y le gritaba que siguiera los pasos de Kim Seokjin: que se rebelara contra el reinado de los Min.

Si tan solo a Yeosang jamás le hubiesen impuesto que era un Omega inservible, a él probablemente no le importaría reinar en lo absoluto, sin embargo las cosas eran muy diferentes a cómo el quisiera que fuesen.

La idea de tener el trono se había convertido en su ambición, y había desarrollado envidia hacia cualquier Alfa masculino.

Sobre todo a Min Yoongi, porque el fue el Alfa que sus padres siempre quisieron tener. Había nacido de alto linaje, su familia era la favorita del anterior reír, literalmente nació siendo privilegiado —más que cualquier otro en el clan—.

En cambio Yeosang siempre fue llamado débil desde que tenía recuerdo. Le plantaron la idea de que ser un Omega era definición y sinónimo de poco valor.

Todo esto hizo efecto en él lamentablemente de mala forma.

Tras semanas de pensarlo profundamente llegó a la conclusión de que tendría que hacer algo al respecto del trono. No quería quedar como un cobarde, un Omega inservible, tal vez así su madre sentiría algo de empatía por el y lo aceptaría como el hijo perfecto.

Probablemente llegaría a tener la compresión por la cual había mendigado desde que es pequeño.

Por eso, se encontraba ahora mismo frente a las narices de Seokjin con el corazón acelerado y la respiración entrecortada.

Tenía tantas preguntas que hacerle a aquel Alfa. Pasar tanto tiempo en su habitación le hizo sobre analizar muchas cosas.

—No tienes lugar aquí, Kang. —el mayor le dice en voz monótona. —Eres un chiste. ¿Que acaso no sabes que estamos bajo una ley salíca? No Omegas, ni mujeres reinando. Tampoco es como si tengas la oportunidad.

Yeosang apretó los labios.

—Las leyes cambian.

—¿Y piensas cambiarlas tú? —Seokjin preguntó con ironía. —Ni siquiera hagas el intento. Ahórrate humillación.

El Omega quería llorar. Quería salir corriendo porque las palabras del Alfa eran reales. Su plan no tenía ni pies ni cabeza. Sabía que tenía la razón, pero la desesperación había conducido sus pies hasta aquí; pidiéndole a Seokjin por una batalla para la cual el ni siquiera estaba capacitado.

Si. Era débil, flacucho y tonto.

Bajo esta platica, el personal del palacio se pasaban de larga la escena, porque aparte de dar su servicio a la realeza tenían que mantener la compostura derecha, la boca cerrada y los oídos sordos

El modista del rey |Yoonmin omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora