El modista del rey |Yoonmin omegaverse|

Capitulo #47.

Jimin's POV

—¿Cómo conseguiste este lugar?

Yoongi me observa poniendo su abrigo en el perchero a un lado de la puerta principal.

—Con ayuda.

Por lo poco que he visto, puedo decir que es una pequeña casa simple, pero a su vez muy bien decorada. Hay una chimenea en la sala de estar, rodeada de acolchonados sofás. Las paredes son de color beige oscuro y de ellas cuelgan pinturas que lucen viejas.

El suelo está impecablemente brillante, como si hubiese sido recién limpiado.

Huele a lavanda.

—¿De quién? —pregunto curiosamente.

El Alfa camina hacia mi. Me observa un poco antes de tomarme del rostro y plantarme un delicado beso en la frente.

Me agrada bastante su acción.

—No hagas preguntas todavía. —su voz suena cansada. —Me daré una ducha. Espera por mi, ¿bien?

Asiento con la cabeza, —No tardes.

Sonríe levemente.

—El pasillo derecho conduce al patio trasero, mientras que el izquierdo conduce a nuestra habitación. —explica apuntando. —A menos que quieras dormir solo, hay otra disponible.

Se perfectamente que quiero dormir en sus brazos.

—Dormiré contigo. —le digo con rapidez.

—Me alegra escuchar eso. —susurra. Me da dos besos mojados en los labios antes de decir: —Mientras puedes ver la casa y me dices si te gusta.

No alcanzo a decir mucho. Se va en dirección hacia el pasillo izquierdo, no sin antes tomar mi mochila —donde tengo mis pertenencias—y llevarla a la habitación.

Me quedo observando la nada durante unos segundos, y suspiro.

Me siento...extraño.

Hay cierta sensación recorriendo mi cuerpo últimamente cuando estoy con Yoongi, cuando me besa dulcemente con —inesperada— normalidad o cuando me abraza; esos pequeños gestos que jamás pensé que serían dirigidos de él hacia mi.

Meses atrás era un romántico sin esperanza.

No veía mucho futuro para nosotros más que un par de acostones y ya. No sé cual fue el exacto momento en el que desarrollé reales sentimientos por él.

Pero si en el qué empecé a querer su presencia en cada respirar mío.

Me odié a mi mismo, por que ¿como era posible que quisiera estar con un Alfa con poca responsabilidad afectiva? Había un detonante color rojo en su aura de "peligro." Intenté alejarme de él —a las riendas contrarias de mi lobo interior—, sin embargo no me lo permitió. Tengo presente el recuerdo de como usó su voz de mando para que no me fuera del palacio.

Me sentí asustado por tantas razones, una de ellas por la tanta desesperación que tuvo al grado de usar su voz de mando para que me quedara, como si tuviese miedo realmente de que me fuera.