El modista del rey |Yoonmin omegaverse|

Capitulo #41.

Park Jimin's POV

Estoy completamente seguro de saber cuál es mi trabajo. Coso, tejo, pego telas. Hago medidas, hago funcionar en mi cabeza las matemáticas necesarias para poder crear una prenda de calidad. Uso mi conocimiento de colorimetria para saber qué tonos combinan mejor con otros; si tienes tonos fríos, cálidos, neutros en tu piel y cuales combinan mejor con el color de tus ojos.

Por eso, estoy muy confundido al estar sentado como un adorno en este lugar. No entiendo la situación —o como llegué a ella—, porque ahora precisamente me encuentro en una reunión realizada por los integrantes del Clan Real, sentado a un lado de la princesa Irene y al otro lado el príncipe Beomgyu.

El lugar luce infestado de gente, sin embargo es la ilusión que crea el lugar tan pequeño donde quisieron llevar a cabo la reunión/fiesta.

Me remuevo en mi lugar un tanto incómodo. Mantengo las manos sobre mi regazo y la vista donde mismo sin embargo, no puedo evitar mirar de reojo al Omega a mi lado, el cual se encuentra muy callado y pensativo.

Dudo en hablarle, pero lo termino haciendo:

—¿Se siente bien, príncipe?

Veo a Beomgyu tragar saliva. No dirige su mirada hacia mi.

—Si...solo tengo un poco de ansiedad. —responde.

—¿Quiere que le consiga alguna pastilla?

Finalmente pone sus ojos sobre mi. Parpadea e intenta sonreír.

—No, ya se me pasará.

Es extraño verle así, y por alguna razón se me instala una molestia en el estómago porque sé que aquel comportamiento no es propio de él.

Suelto un suspiro que me obliga a no hacer otra pregunta hacia el Omega, y mis ojos se posan sobre los presentes en el lugar. Se logra escuchar una anticuada canción de fondo que un grupo de músicos toca en vivo. Hay camareros caminando de por aquí por allá sosteniendo bandejas en sus manos con un equilibrio sorprendente, gente portando joyas y cadenas pesadas; vestidos costosos y calzado que solo una persona extremadamente privilegiada podría pagar.

No entendía la razón de la fiesta/reunión. De hecho, creo que jamás entendería la gente de la realeza, y esto está bien, porque no soy uno de ellos.

—Oh... —formulo.

Veo que a un camarero se le cae una copa de vino encima de la camisa, salpicando el mantel de una mesa y haciendo casi un mero desastre.

Me levanto automáticamente para ir a ayudarle, pero siento que alguien me retiene de la muñeca.

Descolocado, porque ya se de quien se trata giro mi cabeza para ver a la princesa Bae, la cual casi me encaja las uñas en la piel.

—¿Adonde vas?

Parpadeo.

—A ayudar, princesa. —le hago un gesto con la cabeza. —Es mi trabajo.

Irene posa sus ojos detrás de mi, probablemente observando la escena. Sus ojos están pintados de un color oscuro, y sus labios están tan rojos como una cereza.

—Quédate aquí. —murmura alzando una ceja, y yo aprieto los labios.

Se que no debería intentar reprender o discutir, pero no puedo evitar sentirme muy incómodo. No entiendo que estoy haciendo aquí, primeramente quería asistir para tener una excusa para ver a Yoongi, pero el Alfa no ha aparecido en el lugar, lo único que he estado haciendo es estar sentado como si yo fuese un invitado de esta fiesta.