El modista del rey |Yoonmin omegaverse|

Capitulo #25.

Yoongi's POV

Ha pasado un largo tiempo desde la última vez que estuve plantando los pies en este lugar, compartiendo lugar con estas personas bajo las mismas excusas de siempre. 

Y prefiero mil veces más comer en mi habitación.

Con la mirada atenta de todos sobre mi, me abro camino por el salón del comedor hasta llegar a la única silla disponible para mi. Me guardo las ganas que tengo de rodar los ojos cuando veo a mamá sonreírme levemente, palmeando la silla a su lado.

Una mucama se acerca rápidamente para moverla y yo le hago una seña para que se aleje. Una vez sentado, mamá me susurra:

—Tuve que decirle a los cocineros que m calentaran tu comida, hijo. —susurra. —Si sabe mal, puedes pedir algo más.

No digo nada.

Las sensaciones aquí siguen siendo iguales: incómodas y desconocidas. No he logrado extrañar estos momentos así ni siquiera por un miserable segundo. Por obra de una simple orden que el rey tuvo que dar, me tuve que molestar en venir a poner el culo en esta silla.

—Llegas tarde. —con simplemente decir aquello, mi padre logra callar todos los susurros de la mesa.

Alzo mi vista hacia la suya, y teniendo la audacia me levanto de la silla y le hago una reverencia llena de ironía.

—Una disculpa, Su Majestad. No volverá a pasar.

Se escucha una risa, que sé que proviene de Moonbyul.

Mamá se remueve incómoda a mi lado en la mesa y tuerce una sonrisa falsa. Una vez sentado en la silla nuevamente, y con la mirada de mi padre clavada en mi rostro intento comer, pero tengo el estómago revuelto.

Me limito a llevarme la copa de sangría a los labios y beber un sorbo.

—¿Por qué no habías venido a compartir la cena con tu familia, Min? —Me sorprende bastante que la pregunta provenga del rey.

Mis ojos viajan automáticamente hacia papá y percibo un atisbo de brillo en su mirada. Se qué le importa una mierda, solo formula la pregunta para generar una reacción en mi.

Repentinamente las voces en la mesa cesan esperando por una respuesta de mi parte; y por eso mismo, me dan ganas de no abrir la boca.

¿Pero como no voy a responderle a Su Majestad?

—¿Qué familia? —inquiero.

Mamá, a mi lado y por debajo de la mesa, me propina un suave golpe en el muslo.

—Yoongi hijo...-

—¡Pues claro! —se escucha un grito. La mujer Kang parece feliz, como si le hubiera dado al clavo. —¿Qué familia?

Yeosang se ríe con ganas, y su padre, no se queda atrás.

Familia de dementes.

—¿Qué es tan gracioso? —papá pregunta con tranquilidad fingida.

No sé en qué punto de mi vida aprendí a leer sus expresiones faciales.

La mujer Kang codea a su hijo, como si la respuesta fuera obvia para que ni siquiera el mismísimo rey entendiera lo obvio.