El modista del rey |Yoonmin omegaverse|

Capitulo #28.

Jimin's POV

Las piernas amenazan con temblarme, el terror corre por mis torrentes sanguíneos, me siento mareado y al borde de un ataque de pánico.

Trago saliva e intento fingir confusión, —¿la noche de mi celo? No entiendo de que estás hablando.

Mi mente está en blanco.

—Jimin... —suspira. No puedo descifrar su expresión en el rostro, no sé absolutamente el por qué quiere llegar a esto. —No me hagas decirlo.

No puedo dejar caer los hombros y ya. No puedo mencionar a Min Yoongi y echarme de cabeza como un tonto, por eso mismo —con todas las ganas de desvanecerme de la faz de la tierra— sonrío con confusión.

Kihyun ladea la cabeza, incluso como si mi actitud le haga hiciera un desorden.

—La pasaste con alguien. Te escuché.

Tal vez puedo mentir que la pasé con el hijo del rey, evitar por completo la información, pero no puedo mentir el hecho de que pasé mi celo con alguien.

Las probabilidades de ser descubierto esa noche eran inmensas, y no se porqué me encuentro tan sorprendido. Me mantuve en una bomba, completamente alejado de las consecuencias a pesar de siempre estar pendiente de ellas.

—Yo... —no sé qué decir.

—Jimin, yo pensé que estaba loco. Pensé que no cabía la mínima posibilidad de ello, pero me he dado cuenta de tantas cosas. —habla con lentitud, observándome a los ojos. —Las cosas son tan obvias, que si alguien te pone la mínima atención, se daría cuenta de las atrocidades que has estado haciendo...y con quién.

En este punto, es cuando me quedo en shock.

Siento un pitido que llega a aturdirme los oídos. La garganta se me seca, y ni siquiera pasar saliva repetidamente me ayuda.

—No sé de qué hablas... —repito inconscientemente.

—¡Deja de mentir! —el Omega grita fuerte. Sus orejas están rojas y mantiene los labios apretados. —¡Solo admítelo! ¡Deja de fingir que eres inocente!

Niego con la cabeza.

—No tengo idea de a qué mierda quieres llegar con esto.

Kihyun me mira desesperado, como si la situación le causara algo. Está exasperado, porque le veo apretar sus puños intentándose acercar a mi; y yo, retrocedo.

—Adivinaría que eres un puto casafortunas, pero vaya, uno muy ambicioso. —dice soltando una risa irónica, seca. —No puedo creerlo. Realmente no puedo.

Parpadeo.

—¿Un casafortunas?

—¿Acaso tu otro trabajo aparte de ser modista, es prostituirte? Porque no hay forma de que ellos se fij-

La pregunta me cae de golpe.

—¿De donde sacas tanta imaginación para llegar a esas conclusiones tan idiotas tuyas? —le digo con quiebre en la voz.

Mis ojos quieren llenarse de lágrimas, y un nudo casi asfixiante se forma en mi garganta.

—Es que no hay forma alguna de que el príncipe Min Yoongi se fije en ti. Así sin más. —murmura, y yo vuelvo a sentir que mis piernas tiemblan ante la mención de aquel Alfa. —¡No eres especial! ¿Por qué te está follando? ¿Que tienen los Alfas del jodido clan con estarse follando a los modistas que entran por este palacio?