–¿Qué pasa con eso? – Me encogí de hombros cuando Sam me explicó sobre la imprimación, sin entender porqué no había sabido como explicármelo antes. – Eso significa que no tendré porqué sufrir a base de corazones rotos a lo largo de mi vida, ¿no? Significa que hay alguien para mí por ahí, un compañero que será el centro de mi mundo...
–Alana...
–¿Cuantos habéis pasado por eso? – Le interrumpí intrigada. – Porque ahora entiendo porque rompiste con Leah, porque te imprimaste de Emily ¿verdad? ¡¡Ay, claro, Jared!! Sin duda, tenía razón cuando le dije a Kim que lo suyo parecía de película, casi un cuento de hadas. ¡Que emoción, puede que yo viva mi propia historia de amor digna de un libro!
Mi sonrisa y alegría se fue apagando al ver la seriedad en el rostro de Sam, había algo que todavía no me había dicho.
–¿Qué no me has dicho aún? – Pregunté con cautela, no sabiendo si me gustaría saberlo.
–No se sabe si Leah y tú podéis imprimaros. – Respondió en voz baja, pero le escuché a la perfección. – Sois las primeras en toda la historia, el Consejo lo ha estado intentando averiguar, pero dado que mientras os transforméis no crecéis...
¿Eso significaba...? Sentí como mi cuerpo se volvía pesado, no podía ser cierto. ¿Me quedaría sola para el resto de mi vida? No, eso ni hablar. Yo quería tener mi historia de amor, ¿acaso no merecía ser feliz?
–Alana, no es una afirmación. – Dijo Sam levantándose, al darse cuenta de que no le estaba escuchando, rodeando la mesa para sentarse a mi lado y pasar un brazo sobre mis hombros, abrazándome. – Pero no te obsesiones con eso, ¿vale?
–No voy a obsesionarme, Sam, pero es un poco injusto, ¿no crees? – Dije pensativa. – Aunque no se sabe, ¡sí, seguro que encuentro a un chico que me haga caer de rodillas! ¡Solo tengo que estar atenta! – Me levanté haciendo que su brazo cayera y empecé a pasear alrededor de la mesa. – A ver, puede que incluso ya le conozca y me pueda pasar como Jared con Kim... ¡Mientras no resulte que mi impronta sea Harrison, porque ese chico es peor que un grano en el culo!
–¿Quién es ese? – Preguntó Sam molesto, también poniéndose de pie. – Mejor no me respondas. Alana, has dicho que no ibas a obsesionarte.
–Sí, cierto, puedo dejar eso para cuando me controle y vuelva al instituto.
Sam no pareció muy contento con eso, pero no me dijo nada al respecto.
–Vamos fuera a ver si te puedes controlar y evitar entrar en fase. ¡Emily, estaremos fuera!
–¡Vale, bajaré a ir haciendo la cena! – Gritó ella desde arriba.
Salí detrás de Sam, mientras en mi cabeza iba pensando los pasos a seguir para conseguir vivir el cuento de hadas que me parecía la imprimación. Bueno, eso sería si me pasaba algo como Jared con Kim, porque la historia de Sam... ¿La prima de la que era su novia? ¡¡Uff, fue una putada!! Sí, lo decía como alguien que lo odió por ello. Pero lo odiaba más por alejarse de su familia, no solo por lo que le había hecho a Leah.
Ahora que lo entendía todo estaba bien, aunque a una pequeña parte de mí le seguía molestando que no hubiera dejado que le ayudáramos de alguna forma... Sí, sí, es un secreto que nadie debe saber, ya lo sé.
–Tus caras raras me están diciendo que estás pensando en lo de la imprimación, Alana. – Me regañó Sam, pero estaba por jurar que estaba intentando no reír.
–¡¡Yo no pongo caras raras cuando pienso!! – Exclamé fingiendo estar dolida con su comentario, pero sabía que a veces sí que hacía eso, para que negármelo. – Nahh, sé que pongo caras raras, eso demuestra a la gente que pienso y no soy solo una cara bonita.
–Lo que la gente pensará es que estás loca, hermanita.
Entrecerré los ojos, cruzándome de brazos. ¿Así esperaba probar mi auto-control? “No, por ahí no vas bien, hermanito. No me enfurece eso.”
–La hermana loca de Sam Uley. – Dijo con solemnidad antes de hacer una mueca. – Eso no suena muy bien, ¿no crees?
Le miré molesta con eso, sintiendo mi cuerpo temblar ligeramente.
Estaba harta, demasiado harta de que la gente me conociera solo por ser su hermana, incluso teniendo en cuenta lo diferentes que éramos. ¡Y estaba por jurar que era a quien más le pasaba en la vida!
En la manada tenía claros ejemplos de que no todos los hermanos pequeños sufrían eso; Jacob tenía hermanas mayores y solo el primer día de clase algún profesor le había dicho: “Ahh, sí, el hermano de Rachel y Rebecca Black.”, pero lo dicho, solo le pasó al inicio del instituto. A Seth tampoco le pasaba eso, ni siquiera cuando pasó todo lo de la ruptura se escuchaba a alguien decir: “Ese chico es el hermano pequeño de Leah Clearwater.”
Así que yo parecía la que se llevaba siempre esos comentarios, esas observaciones de las personas. “¡Dejad de llamarme la hermana de Sam Uley! ¡Tengo nombre, idiotas!” Había pensado más de una vez en gritar, pero me contenía. Kim decía que algún día explotaría por ello, porque se veía un tic en mi ojo derecho cuando alguien me llamaba así.
Y ahora resultaba que eso podía pasarme de verdad, explotar y convertirme en una gran loba. Estaba jodida, porque eso sí que me sacaba de quicio.
–¿Qué has dicho? – La pregunta salió como un gruñido entre mis labios, pero no me sorprendió.
Vi en el rostro de Sam que había dado con lo que esperaba, con lo que me podía hacer enfadar y conseguir que entrara en fase.
–Que ahora ya sabemos por donde empezar a trabajar, Alana. – Dijo Sam, esperando a que mis temblores cesaran. – Claro que para eso, los demás tendrán que ayudar.
–¿Y cuál es tu plan? – Pregunté con sorna. – ¿Qué me llamen así en lugar de por mi nombre?
–Exacto, pero solo aquí fuera, y en el bosque. – Dijo sin poder evitar una sonrisa de superioridad, pero luego se puso muy serio. – Tienes que demostrar que con eso no pondrás en peligro a nadie. No puedes perder el control cerca de un humano, Alana, porque te aseguro que después te arrepentirás muchísimo.
Sam miró de reojo hacia la casa y sentí un dolor en el pecho al darme cuenta de que hablaba por experiencia. Lo de Emily no había sido por el ataque de un oso, Sam había perdido el control estando cerca de ella.
–Haré cuanto pueda por controlarme, por no alterarme o enfadarme hasta el punto de cambiar. – Le prometí completamente seria.
Sí, tenía que entrenar mi auto-control. Sobretodo al recordar que antes me había enfadado y transformado por mi cabello, aunque en mi defensa tenía que decir que era lo que más me gustaba de mi cuerpo y solo yo decidía si otro ser podía siquiera rozarlo con un dedo.
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Not only the alpha's little sister (Jasper Hale)
Fanfiction¿Era bueno conocer el secreto de la Reserva? ¿Conocer la verdad de su hermano? Alana Uley no lo sabía, porque sentía que su hermano Sam era todavía más protector desde que se unió a la manada. Alana estaba harta de ser la hermana del alfa, siempre c...