Cap. 19 - Seré lo que más necesite

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Seguí a Jasper para rodear por fuera la asombrosa casa con grandes ventanales, un detalle que, curiosamente, era lo contrario a lo que esperaba de la guarida oscura.

–No es como te la esperabas, ¿verdad? – Comentó Jasper mirándome sobre su hombro.

–No sabía exactamente que esperar de vuestra guarida oscura de chupa-sangres, pero no era esto. – Dije tras negar con la cabeza, haciendo que una pequeña sonrisa divertida apareciera antes de que mirara de nuevo al frente.

Sentí de nuevo esa calidez en mi pecho ante el simple hecho de haberle hecho sonreír, aunque fuera una pequeña sonrisa. Lo que me hizo darme cuenta de que no parecía sonreír mucho, algo que haría cambiar. Mi deber era hacer que mi impronta se sintiera bien, que fuera feliz.

Era de agradecer que mi presencia no le incomodara y que quisiera pasar tiempo conmigo, eso me facilitaba el poder estar cerca de él. Además, tendría que explicarle cuanto antes sobre la imprimación y lo que conllevaba, y esperaba que me pudiera aclarar las palabras del grandullón. Porque si los vampiros también tenían la forma de encontrar a sus almas gemelas...

–¿Esperabas un castillo con mazmorras y ataúdes? – Preguntó con un toque de diversión, reduciendo sus pasos para caminar a mi lado.

Me mordí el labio para no sonreír ante ese acto, que hacía que estuviéramos más cerca. Aunque tampoco era una queja caminar tras él, fue el darme cuenta de cómo miraba su espalda y su trasero lo que me hizo centrarme en la asombrosa casa para que no me pillara.

–Más bien esperaba que fuera... tétrica. – Respondí finalmente mirando hacia el jardín sin poder evitar que mis ojos se abrieran ante lo bonito que era. – Esto es precioso. – Murmuré mirando como el jardín se encontraba de forma natural con el bosque, antes de que el leve rumor de agua me hiciera ir a buscarla. – ¡¡Un río!!

Fui hasta el borde del pequeño río que pasaba por el jardín, arrodillándome para rozar la superficie con los dedos, notando que el agua estaba fría. Sonreí, pasando mis dedos mojados por la mejilla, sintiendo el contraste del frío sobre mi cálida piel, para después mirar sobre mi hombro a Jasper.

Sentí como mis mejillas ardían de la vergüenza al ver que me miraba con una mezcla de curiosidad y ternura. Me puse de pie lentamente, apartando la mirada de él.

–¿Podemos sentarnos en algún sitio? – Pregunté sintiéndome extrañamente tímida.

–Por aquí.

Vi con claridad que alargó una mano para agarrar mi mano, pero pareció cambiar de opinión en el último segundo. Sentí un pequeño tirón de tristeza por ello, pero le seguí hasta la terraza, subiendo los escalones mientras me esforzaba en no arrugar la nariz. Intentaba centrarme en el aroma de mi impronta, pero olía demasiado al putrefacto aroma del resto de su clan-familia.

Estuve a punto de pedirle que nos alejáramos del olor a sanguijuela, pero mis ojos se fijaron en la bandeja que descansaba sobre una pequeña mesa, rodeada de sillas. Un plato repleto de galletas, una jarra de zumo de naranja y un vaso vacío para servirse fueron suficiente para dejar a un lado el mal olor.

Mi mano fue rápidamente a por una galleta, a la vez que tomaba asiento en la silla que Jasper sujetaba, para después acercarme a la mesa. La galleta se quedó a medio camino de mi boca cuando me quedé admirando como Jasper agarraba la jarra y me llenaba el vaso antes de sentarse frente a mí.

Si tenía alguna duda sobre que era todo un caballero tras nuestro primer encuentro, esta vez me lo confirmaba. Era más perfecto de lo que me parecía, lo que me hacía gradecer a los Ancestros porque fuera mío. ¡Y me daba igual que fuera una sanguijuela!

Not only the alpha's little sister (Jasper Hale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora