Cap. 05 - Una soda, una apuesta y la paciencia de un Uley

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–Así que creéis que es por culpa de esa tipa que yo haya entrado en fase. – Dije cuando terminaron de contarme lo que estaba pasando con una vampira pelirroja. – Pero habéis dicho que lleva semanas intentando pasar por nuestro territorio, y yo me he transformado hoy.

–¿Recuerdas que el lunes me dijiste que parecía más fuerte? – Me preguntó Quil.

–No, te dije que me casi me destrozaste la mano cuando intenté que no fueras a enfrentarte con estos estúpidos por no dejar de mirarnos. – Le recordé, provocando que todos miraran a Sam, quien miró a Quil muy serio y éste agachó la mirada. – ¡Fue culpa de ellos por no dejar de mirarle a pesar de dejarle solo!

–Quil estaba mostrando los primeros signos, había que vigilarle para que no pasara en el instituto. – Me explicó Jared cuando miré mal a Embry y Jacob.

–Y no ayudaba que ambos os hubierais hecho amigos por querer averiguar lo qué estaba pasando. – Añadió Embry, hablando por primera vez.

–Aunque estábamos tan pendientes del cambio de Quil y que no tardaría en unirse a nosotros, que no notamos que también estabas cambiando. – Siguió Jacob.

–¿Cómo que cambiando? – Pregunté sin entender. – Si yo me veo igual, soy la misma que hace una semana. A excepción de ser una estufa andante que se enfada con más facilidad y se ha transformado en una loba mientras corría por el bosque.

Algunos intentaron no reír ante mis palabras, pero yo no le veía la gracia. Si Leah no se hubiera ido nada más terminar de comer, de seguro que se pondría de mi lado en que no era algo agradable de pasar.

–Estos últimos días has roto alguna que otra cosa, te estabas volviendo más fuerte. – Me señaló Jared, haciendo que me viniera a la mente el accidente en la cantina y que me sonrojara por recordarlo.

Me había levantado a por una soda, mientras dejaba que Kim tuviera ese intercambio de miradas enamoradas a través de la cantina con Jared, además de intentar hablar con ella. Era algo imposible cuando ambos se miraban así, parecía que solo existían ellos dos.

Cuando regresaba con la soda a la mesa, Harrison me cortó el paso sonriente. Ni siquiera le dio tiempo a invitarme a una cita, porque estaba completamente segura de que era eso lo que iba a hacer, cuando lo primero que dijo fue: “Hola, hermanita de Uley...” Me enfadé de que dijera eso en lugar de mi nombre, apreté las manos en puños olvidando la soda y el bote estalló, empapándome entera con la bebida.

Me sorprendí de eso, porque solía molestarme que mucha gente me conociera solo por ser la hermana de Sam, pero era la primera vez que me enfadaba tanto como para que pasara eso. Salí de la cantina, ignorando a todos y dejando caer el resto del bote de soda por el camino.

–¿Y no sospechasteis con lo ocurrido en la cantina? – Les pregunté sorprendida a Jared y Paul, que eran los únicos que recordaba que estaban allí en esos momentos, al unir los puntos de lo que pasó con los cambios que habían nombrado.

–Paul estaba más pendiente del espectáculo de camiseta mojada que ofreciste. – Habló con seriedad Sam, fulminando por un segundo al aludido. – Y Jared miraba a Kim en ese momento.

–¡No te vuelvas a enfadar conmigo por ser un hombre y tener ojos en la cara! – Exclamó Paul, levantando las manos en señal de paz, pero con una sonrisa de diversión. – No me olvidé que era tu hermana, pero no puedo ignorar que sigue estando buena. Y te aseguro que todos lo habrán pensado alguna vez, bueno, todos menos Jared. Además, sabes que no tienes que preocuparte por...

–Cierra la boca, Paul. – Le pidió Sam con tranquilidad, interrumpiendo lo que estaba diciendo.

–¿De qué no tienes que preocuparte, Sam? – Pregunté con interés.

–Ignora a Paul, solo intenta poner a prueba mi paciencia. – Me respondió, pero tenía la mirada fija en el chico que no dejaba de sonreír ante la reacción de mi hermano.

–Tu paciencia... o la de tu hermanita en saberlo todo del mundo al que ahora pertenece. – Comentó Jared levantándose y caminando hasta el sofá, pero logré ver que también sonreía cuando se sentó.

–Los chicos han apostado sobre eso que no quieres hablar con Alana. – Le susurró Emily a Sam antes de darle un beso en la mejilla y también alejarse, pero ella subió a la otra planta de la casa, en lugar de querer estar presente en lo que pasara.

No sabía si debía haber escuchado las palabras de mi cuñada o no, pero mi fulminante mirada se centró en Sam.

Si tanto interés tenían todos en que yo supiera eso que tanto le costaba a Sam contarme sobre ser una mujer lobo, seguramente querían que Sam confesara algo que había hecho o ver mi reacción ante esa información. O tal vez ambas cosas.

–Alana... – Me advirtió Sam, sabiendo lo que venía.

–Ya estás tardando en contármelo todo. – Le dije completamente seria.

Sam cerró los ojos, sujetándose el puente de la nariz con dos dedos mientras respiraba hondo.

–No podéis darme ni un respiro con esto de que formes parte de la manada, ¿verdad? - Sam se levantó de la silla. – Bien, pero será una conversación privada. Embry, Jacob y Quil os toca guardia. Los demás iros a vuestra casa, ya.

–¡¡Esta noche no haré la cena para ninguno que no sea Uley de apellido!! – Dijo Emily desde las escaleras. – ¡Os dije que no lo hicierais!

Intenté mantenerme seria, mordiéndome el labio para no reírme de las quejas de los chicos mientras salían de la casa.

A pesar de saber que Emily estaba arriba, me había quedado sola con mi hermano.

–No quería tener esta conversación contigo, porque no sé como empezarla...

–¿Por el principio?

–Alana. – Me regañó Sam, pero se sentó justo en frente de mí. – Se trata de la imprimación.

Not only the alpha's little sister (Jasper Hale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora