Cap. 25 - La oscuridad que hay en mí

1.2K 153 23
                                    

P.O.V. Jasper Hale

La mirada de Alana al colocarse frente a mí era señal de que se le había ocurrido algo en su “plan improvisado”.

Era curioso cómo me hacía sentir cuando estábamos juntos. Alice había dicho una vez, antes de que Alana entrara en mi existencia, que se acercaba la calma que yo necesitaba. En parte era cierto, el aroma de la joven loba me transmitía calma, pero el término iba más allá. Era como sus emociones eclipsaran las de los demás, lo que me ayudaba a no sentirme abrumado con ellas.

Pero también me había devuelto la sensación de estar vivo. Alana era como un rayo de sol, era alegre y optimista, y tenía una sorprendente facilidad para hacerme sonreír. Ella era luz abriéndose paso para disipar la oscuridad que me había envuelto desde que fui convertido.

–Juguemos a algo. – Dijo sin detener el paso, caminando de espaldas sin tropezar con ninguna piedra o raíz sobresaliendo de la tierra. Le miré con curiosidad ante su elección de palabras, esperando a que siguiera hablando. – Antes has hecho un esfuerzo por no cazar a Jacob por ser un estúpido que no sabe controlar su mal humor si el tema es Bella, ¿verdad?

Asentí, no sabiendo por donde iban sus pensamientos. ¿Qué tenía que ver en nuestro tiempo a solas mis ganas de matar a ese lobo por haberle hecho daño a mi compañera?

Alana se detuvo, por lo que me detuve también, quedándonos uno frente al otro.

–Bien, cierra los ojos.

En sus preciosos ojos marrón oscuro brillaba la emoción que sentía por el plan que se le había ocurrido, ¿debía fiarme? Había visto que mi loba a veces tenía extrañas ideas, como esa de llevar comida al entrenamiento como si de un espectáculo de circo se tratase.

–¡Confía en mí y cierra los ojos, Jasper! – Exclamó cuando no hice lo que me había pedido, acercándose más a mí para colocar sus manos sobre mis ojos.

No pude evitar sonreír divertido ante su acción, pero finalmente cerré los ojos haciéndole caso. Sentí su pequeña felicidad al ver que confiaba en ella, en cierto modo, después de todo tenía el resto de mis sentidos aún pendientes de todo lo que nos rodeaba, intentando no centrarlos solo en ella.

Quitó lentamente sus manos de encima de mis ojos cerrados. Sentí su corazón aumentar levemente el ritmo de sus latidos mientras me observaba, lo que me hizo mantener la sonrisa.

Estaba seguro de que si mi corazón aún latiera, haría competencia con el suyo cuando ella empezó a delinear el contorno de mi rostro con una caricia lenta. El ligero roce de sus dedos siguió hasta mi mandíbula, donde sabía que empezaban las señales de mi pasado que me marcaban como "peligroso".

Todos aquellos que veían las cicatrices de marcas de mordiscos se ponían a la defensiva, me veían como un peligro. Pero Alana no había reaccionado en ningún momento así, más bien le causaban intriga. Lo que no sabía era si eso era bueno.

–Aun no me has preguntado por ellas. – Hablé en un susurro manteniendo los ojos cerrados, sintiendo sus dedos pasar por encima de una.

–Todo sobre ti me interesa, pero no voy a preguntarte por ellas. – Susurró Alana de vuelta, sin dejar de pasar sus dedos por encima de alguna de esas marcas. – Su historia termina bien, porque estás aquí conmigo. Y eso es lo más importante.

Agradecí escucharle decir que, para ella, lo más importante era que estábamos aquí juntos. En cierto modo era lo mismo que me pasaba con ella, todo sobre Alana me interesaba, y no me iba a centrar en un aspecto concreto de su vida como hacían los demás con el hecho de que fuera la hermana pequeña del lobo alfa.

Not only the alpha's little sister (Jasper Hale)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora