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-Tranquilo, ya estoy aquí.

El más alto lo sostenía en sus brazos desde el momento en que Huening logró cruzar la calle para encontrarse con él, al ver esos hermosos ojitos tan irritados y apagados le destrozó el corazón, tanto que no se pudo contener. En su mente juro que haría sufrir a la persona que rompió a su angelito de tal forma.

-¿Po-Podemos irnos? No quiero seguir aquí - el mayor los guío hasta donde había dejado su auto, abrió la puerta habitual para el castaño ayudándolo a subir y después ir a su lugar.

No sabía cuál era el lugar indicado para ir en esos momentos, no permitiría que vieran al lindo chico en ese estado pero probablemente tenía hambre, quizás podría cocinar algo rápido con lo que encontrará en el refrigerador pero tampoco quería separarse o distraer su atención del menor. Lo mejor que se le ocurrió fue ir a su departamento y pedir a domicilio así, mientras esperaban que llegara la comida, podrían hablar o simplemente consentirlo con caricias y suaves besos. Eso de ser mimoso con HueningKai comenzaba a ser su mejor y más preciado pasatiempo.

+ × + × +

-Pero debo ir a trabajar, hyung - las quejas de Kai no se hicieron esperar en cuanto SooBin informó que se quedarían el resto del día viendo películas o lo que quisiera el menor.

-Quiero que olvides ese mal momento y disfrutes de tu nueva persona favorita.

-No puedo faltar, recién voy empezando y no quiero perder el empleo - definitivamente su chico se veía decaído, mataría a ese tal Felix con sus propias manos.

Después de llegar al departamento de Choi y pedir la comida se sentaron en el sillón, el mayor sujetando a Kai en sus brazos mientras este permanecía sentado sobre su regazo jugueteando con la corbata del pelinegro. Unos minutos después el menor comenzó a hablar relatando lo sucedido con la mayor cantidad de detalles posibles haciendo que la sangre de SooBin hirviera del coraje pero relajándose cuando Huening le dijo que le dolió por las palabras no por la persona porque había dejado de sentir algo por Lee desde hace un tiempo a causa de él. Si, eso elevó su orgullo.

-Digamos que soy cercano a uno de los dueños de esa tienda y le pedí que te cediera el día sin repercusiones en tu sueldo - la expresión del menor fue de confusión.

-No tiene porque hacer eso, no es la gran cosa, en verdad, estoy bien - intento fingir una sonrisa sin éxito.

-Lo que pasa es que no quieres estar conmigo, ¿verdad?, seguro ya te aburriste de mí.

-No, no, no, no, no - ante sus palabras Kamal corrió a abrazarlo mientras movía su cabeza de un lado al otro - Me gusta mucho estar con hyung, lo disfruto más que cualquier cosa pero no quiero dejar mis responsabilidades de lado.

-Solo será un día, no te afectara en nada - SooBin comenzó a acariciar los cabellos suaves del menor con tanta delicadeza que relajaba de sobre manera el contrario generando un leve sonrojo en sus mejillas - Quiero hacerte sentir bien y que olvides eso - levanto la mirada del castaño con la mano sujetando su barbilla conectando sus miradas - Te protegeré de todo lo que me sea posible.

HueningKai se sentía abrumado, ¿merecía toda esa preocupación proveniente del mayor?, es cierto que era la primera vez que sentía todas esas cosas pero en realidad no había hecho nada para merecerlo, en ningún momento le pidió algo a SooBin, sus primeros encuentros eran en una habitación donde platicaban de su vida y... Realmente no sabía muchas cosas del pelinegro, solo sabía su nombre, que tenía dos hermanos, que estudió en la misma universidad donde YeonJun cuyo nombre no sabía y que supuestamente era el mejor licenciado de la zona o tal vez de la ciudad, pero solo eso, ¿era suficiente para llevar una relación de ese tipo?, no lo sabía, solo se estaba acostumbrando al aumento de ritmo que tenía su corazón con solo ver a Choi. Ahí surgía otra duda, ¿SooBin era capaz de sentir lo mismo que él, con la misma intensidad?, podría engañarse diciendo que si pero volvía a lo mismo, no conocía suficiente al mayor para afirmar las cosas, ¿y si solo estaba jugando con él?, tal vez...

-¿Cree que soy una persona fácil?

-¿A qué te refieres? - de nuevo estaba acostado sobre el cuerpo del más alto en la cama recibiendo caricias en su espalda por debajo de la ropa, solo que esta vez se sentía incorrecto.

-Me refiero a que si cree que fui fácil de convencer para acostarse conmigo - el pecho del mayor se contrajo, había hecho sentir mal al pequeño por sus estupideces.

-No - dijo titubeando un poco, de inmediato Kai se levantó sentándose a la orilla dando la espalda.

-Él tiene razón, soy un cualquiera al que le hablan bonito y ya está a los pies de los demás.

-Ey, no digas eso, ese no fue el caso - SooBin se levantó y se puso en cuclillas frente al menor - Seguro han habido personas que te trataron bien en el pasado y no por eso lo hiciste con ellas, ¿o si? - el menor negó con la cabeza - Entonces no lo eres, cuando te entregas a alguien es por un sentimiento fuerte que a veces es difícil de comprender, más aún cuando es nuevo.

-Ni siquiera nos conocíamos en ese momento, pudo haber sido solo una salida ante lo vulnerable que me sentía, ¿eso me hace débil? - sus ojos comenzaban a generar lágrimas - Incluso aun no nos conocemos lo suficiente, tal vez solo nos estamos engañando.

El silencio es el peor enemigo de la tristeza, en él las ideas van y vienen dando vueltas en la cabeza, la mayoría de veces esas ideas son negativas y catastróficas haciendo el momento más difícil de lo que parece y para el pequeño Huening era una costumbre que no debía existir si no fuera por aquellos días de su infancia.

-Entonces si lo que quieres es que nos conozcamos bien lo haremos, la mejor forma es hablar, como lo hacíamos antes, querías retomar las sesiones, ¿no es así? - Kamal asintió con la cabeza - Hagámoslo entonces, sábados por la mañana después de desayunar, podremos hablar de los dos en ese rato mientras seguimos buscando la solución a tu fobia.

Sonaba bien, muy bien en realidad, podría preguntar todas las dudas que tenía sobre el mayor y también aclararía los recuerdos que comenzaban a perturbarlo, pero entonces ¿seguirían con su relación?, si después de eso ambos se daban cuenta que si se habían engañado a sí mismos y debía terminar, ¿sería capaz de alejarse así como si nada de SooBin?

-Pero ¿No se supone que no da consultas los fines de semana?

-Será una excepción para ti.

+ × + × +

El día en la escuela había sido difícil, en cada oportunidad los alumnos se reían en su cara pues los videos de como había quedado inconsciente por unos segundos con un pequeño golpe de Kang TaeHyun habían recorrido toda la escuela con rapidez, quedó en total ridículo. Igual no se arrepentía, pudo desquitar su frustración después de haber perdido un cuarto de millón de wons por culpa de Huening, esa había sido la verdadera humillación del día anterior, ¿cómo alguien pudo resistirse ante él de aquella forma? El menor no tenía buen gusto, eso es lo que había pasado.

Caminaba por la misma ruta de todos los días rumbo a su hogar después del trabajo, no tenía prisa, nadie esperaba por él así que no debía inventar excusas por su tardanza. Atravesó la avenida que lo llevaría al callejón de siempre por donde acortaba el camino, a pesar de que su madre le había dicho más de una vez que era peligroso cruzarlo a esas horas no le importaba, no le había pasado nada hasta la fecha y dudaba que fuera a cambiar eso. Gran sorpresa que se llevó.

Al entrar por el callejón logró ver a dos tipos parados a pocos metros de él, quizá eran los borrachos que estaban orinando afuera del bar por falta de moral y cubículos disponibles. Como si nada pasó frente a ellos sin mirarlos, poco a poco se fue tensando cuando sintió que lo estaban siguiendo, muchas veces se imaginó en un escenario de ese estilo en el que se daba la media vuelta para encarar a los posibles agresores y darles una buena paliza, las cosas no suelen salir como planeamos.

De un tirón por el hombro fue lanzado hacia atrás contra el suelo cayendo de golpe sintiendo un fuerte dolor en la espalda, después algunas patadas fueron dirigidas a sus costados por parte de ambos sujetos, su cuerpo se encogía con cada impacto y gimoteaba por el dolor. No sabía cuánto tiempo había pasado pero sentía que no resistiría más, su vista estaba borrosa y el dolor era insoportable paralizando de alguna forma sus extremidades. El último golpe fue dado y uno de los agresores se acercó para quedar casi a su altura.

-Esto fue un regalo del señor Choi - ambos hombres se alejaron desapareciendo por el callejón mientras a lo lejos se escucha la sirena de una ambulancia.

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𝐅𝐀𝐋𝐎𝐅𝐎𝐁𝐈𝐀 | 𝐒𝐎𝐎𝐊𝐀𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora