-Listo, terminamos el trabajo jefe.
-¿Se aseguraron de que llegara la ambulancia?
-Si, ya lo están subiendo a ella.
-Perfecto, que tengan buena noche - dicho eso terminó la llamada. No era la primera vez que hacía algo así pero esta ocasión no fue por o para él - Si me metes en problemas ya veras como te irá mocoso.
Quizá había sido exagerada su orden pero tampoco quería que después fuera acusado de un homicidio, por ello pidió que no dejarán al chico moribundo en la calle, tenían que llamar a una ambulancia asegurando que llegará y se lo llevaran.
En muchas ocasiones llegaba a pensar en que quizá lo que había hecho en su vida no fue del todo bueno, los errores más visibles eran reflejados en sus hijos, sobre todo en el menor de ellos con quien por más que quisiera no fue capaz de negarse en cumplirle uno solo de sus caprichos.
SooBin fue recibido con todo el amor posible por parte de su familia desde el nacimiento; madre, padre y hermanos ansiaban por el día en que al fin podrían cargarlo en brazos, cada uno enseñarle algo y que así fuera la mezcla completa de todos.
Después de los 2 años se le veía correr por la casa molestando a todo aquel que se atravesara en su camino y siendo recibido en todas las habitaciones como el rey que era. Cuando salían con él debía comprarle todo lo que el bebé quería, y no era porque fuera berrinchudo o dramático, simplemente por su vocecita tan tierna y forma de pedir las cosas se volvía imposible decir que no, más sabiendo que con lo que sea que le compraran el niño estaría por el resto del día pegado a esa persona agradeciendo que lo hayan hecho.
Al iniciar la primaria se fue dando cuenta que no siempre tendría lo que quisiera, primero debía trabajar duro para poder merecerlo, por eso a los 5 añitos ya se la pasaba ocupado estudiando arduamente en su habitación desde que llegaba del colegio hasta la noche que llegaba su padre para cenar juntos. Nunca fue un problema para él, incluso lo consideraba como un pasatiempo que disfrutaba de verdad. Todos esos méritos eran bien recompensados por el señor Choi demostrándole al pequeño que efectivamente todo esfuerzo ameritaba un premio.
Poco a poco fue más constante el recibir como recompensa libros, no le llamaba en absoluto la atención pero entonces pensaba que quizá después de leerlos recibiría algo mucho mejor y claro que lo hacía, solo que no con algo material como creía. Se fue acostumbrando que cuando no le daban alguno le parecía extraño aunque igual aceptaba el regalo con todo gusto. La lectura se volvió fundamental en su vida desde que tenía 8 años.
Aun cuando se la pasaba pegado a los libros, notas y prefiriera estar en la biblioteca institucional aprovechando sus tiempos libres para hacer tareas, también llegó a intentar tener alguna relación, le había gustado tanto mujeres como hombres desde los últimos años de primaria pero no lograba sentir que su corazón se acelerara de alguna forma, con nadie nunca paso, solo jugaba con las personas y cuando se aburría las dejaba por otra, no frecuentaba esas interacciones de cualquier forma, quizá una o dos veces al año. No existía motivo real por el cual no pudiera enamorarse pero con el paso de los años desarrolló un fuerte miedo a hacerlo, probablemente ya podría ser considerada como una fobia inducida por él mismo, a la más mínima señal de algún sentimiento de ese tipo salía huyendo lejos de la persona repitiendo una y otra vez que enamorarse era un pérdida de tiempo no necesaria.
Esa era la razón por la que decidió estudiar psicología, le parecía interesante saber como se manejaba la mente humana para conveniencia de algunos, las enfermedades existían, siempre lo hacían, pero también hay formas de empeorarlas y es justo lo que quería evitar, su meta era ayudar a los demás antes de que otra persona llegara a empeorar sus problemas. Suficiente tuvo con darse cuenta que se creaba ideas equivocadas como para permitir que alguien más lo hiciera. Estaba consciente de que cada que negaba sus sentimientos provocaba que la cosa empeorara.

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𝐅𝐀𝐋𝐎𝐅𝐎𝐁𝐈𝐀 | 𝐒𝐎𝐎𝐊𝐀𝐈
FanfictionY si... Tu mayor miedo se vuelve tu perdición. -No lo se hyung - suspiró - simplemente paso. -Por eso pensé que era mejor que no siguieras cerca de ese disque licenciado - se levantó y dejó a su mejor amigo solo en la cafetería. Inicio: 09 de febr...