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Había sido un niño lleno de amor que aprendía observando a los demás, siempre fue así. Desde una edad temprana se exigía ser perfecto para merecer lo que le daban sin entender que fuera como fuera lo conseguiría. Incluso cuando una vez su madre le rogó que dejara por unos momentos su dedicación a los estudios.

Él terminó siendo el ejemplo a seguir de sus propios hermanos aun siendo el menor de todos, pero es que no entendían cómo es que prefería pasar encerrado en casa en cualquier habitación leyendo o haciendo notas sobre tantas cosas que salir con sus amigos, tener alguna relación o lo que fuera. Les parecía muy extraño su comportamiento desde los 12 años.

Justo antes de cumplir los 16, por fin su padre lo obligó a hablar sobre la razón por la que nunca les había presentado a alguna de sus novias. La respuesta fue simple "No me interesan esas cosas", si bien a todos les extrañó, intentaron conformarse con aquello, al menos por un tiempo.

En una salida con su hermano, cuando tenía 17, esté le presentó a una amiga que podría gustarle y él sin problema aceptaría, SooBin simplemente le dijo el detalle faltante a su desinterés. "No me interesa porque no pienso volver a pasar por una humillación como hace 6 años, no es algo vital por lo que pienso evitarlo si es posible por el resto de mi vida".

Desde ese momento ni sus padres o hermanos volvieron a preguntar algo al respecto, solo se dedicaban a observar como el menor paseaba de boca en boca sin intereses más allá de una simple noche, les parecía algo normal al final. En ocasiones incluso había personas que lo iban a buscar exigiendo explicación sobre porque no respondía, poco a poco lograban evadir a todos pues intentaban protegerlo.

Por más de 6 años así fue su vida, llena de personas que al día siguiente se volvían desconocidos. Lo disfrutaba de cierta forma, aunque siempre hacía falta algo, algo que no quería admitir.

Casi al terminar su carrera universitaria, entre los mismos alumnos, comenzaron a realizar prácticas como proyecto final, tenía que ser entre personas que no se conocieran del todo bien para respetar el protocolo. Fue en esas prácticas donde lo descubrió.

Se vio obligado a asistir con un profesional para descartar posibilidades, exactamente como lo hizo con HueningKai, utilizando varios test y técnicas llegaron a la conclusión de que su fuerte necesidad por negar sus sentimientos, específicamente los de amor, había creado una especie de fobia. Sabía en ese entonces que las fobias también se generan a base del hecho traumático juntándose con la sugestión negativa al acto, fue justo lo que hizo, la razón por la que ahora tenía que soportar vivir con filofobia.

Fue difícil al principio, después de contarlo a su familia y amigos más cercanos se volvió peor. Todos se esforzaban por intentar hacerlo cambiar de opinión obligándolo a probar métodos para ignorar el padecimiento y que tuviera una vida normal. En verdad no lo quería y ni lo necesitaba. Se había convencido de eso por 4 años.

Quizá le había funcionado durante ese tiempo el vivir solo y meterse al 100% en el trabajo, también le fue útil seguir usando a las personas que conocía en fiestas para satisfacer sus deseos carnales. Todo estaba correcto y en orden, se movía en la dirección que quería, al menos hasta antes de que lo conocierá.

Kai Kamal Huening.

Repetía una y otra vez en su cabeza ese nombre junto con el hermoso rostro del chico, por más que quisiera alejarlo siempre estaba presente. En la segunda semana de verse le fue casi imposible poner atención en las palabras del menor, solo se dedicó a admirar como su rostro expresaba tantas cosas mientras hablaba, los ligeros sonrojos que tenía Huening después de que lo viera por tanto tiempo seguido. Simplemente era perfecto.

Debía admitir que al principio tenía mucho miedo a ser rechazado de nuevo como cuando tenía 11 años, su primer amor que fracasó solo porque era el niño feo del grupo. Pero sabía que había perdido el juego, sabía perfectamente que lejos de ser algo malo podría ser la historia más bonita a contar en unos años. HueningKai lo salvó de nunca poder experimentar tales cosas, quería ser la endorfina del menor para mantenerlo drogado y que siempre le dijera que lo ama porque él estaba dispuesto a hacerlo hasta el día de su muerte.

𝐅𝐀𝐋𝐎𝐅𝐎𝐁𝐈𝐀 | 𝐒𝐎𝐎𝐊𝐀𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora