CAPÍTULO 16

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Guarde las cosas en mi mochila, controlando que todo esté en su lugar.

-¿Llevas un suerter?- preguntó mi hermana, entregandome su campera favorita.

- No....- negué -¿Por qué me la das? ¿No la vas a usar?-

- Te la presto- me corrigió -Por sí hace frío-

-Oh... no es necesario... yo... me las arreglo con la que tengo-

-¿La vieja?, olvidalo. Además.... si vas a un concurso, debes llevar ropa linda- insistió -Anda. Tomala-

Tomé la campera gruesa, calentita y de color negro de mi hermana.

-Gracias....- la miré.

- No es nada. ¿Llevas todo?. Controla que no te falte nada-

-Sólo me voy por un día...- sonreí, abriendo la mochila para controlar de que llevaba todo.

Y lo llevaba.

-¿Ya sabes donde van a dormir?-

Cepillo de dientes... pasta dental.... Toalla.... jabón... papel higiénico.... ropa... zapatillas....perfume.... peine.... etc...etc...

Está todo.

- No.... opino que en un hospedaje- cerré la mochila.

-¿Tienes dinero?-

-Si... no te preocupes. Voy a estar bien- le repetí, encaminandome a la puerta de nuestra habitación.

Salí de ella, encontrandome con mamá, con unas bolsas en sus manos. Y aquí va la segunda...

- Te preparé algo de comer para el viaje, y te puse unas cosas extras por si las necesitas- caminó a mi lado.

-Me voy sólo un día....- repetí.

Tomé una manzana de la cocina, sintiendo los pasos de mi hermana y mi madre, por detrás de mí.

-Aún así... hay comida suficiente para ti y Zai'd- soltó mi madre.

Rodé los ojos. Es sólo un día. Vamos, bailamos en el concurso, volvemos y listo.

- Oye...¿Segura que no quieres dinero?. Te puedo prestar- soltó, Fiore. Llamando mi atención.

-Segura...- mastique - Tengo mis ahorros- confesé -Bueno... debo irme-

- Te acompañamos....- se ofrecieron.

Salimos de nuestro departamento, di sólo dos pasos hasta que oí la dulce voz de la vecina al llamarme.
Voltee, encontrandome con la dulce anciana en la puerta de su departamento. Me hizo seña para que me acercará, y lo hice.

Quizás.... quería desearme buena suerte.

-Buenos días, señora...- sonreí, amablemente.

-Tengo algo para ti, preciosa- aseguró -Ten..- me tendió una bolsa -Es un vestido, para que lo uses en el concurso- respondió a mis dudas.

-Pero.... no se hubiera molestado- la miré, sorprendida.

Bueno.... de echo es una señora muy amable.

-Nada de eso-me regaño, colocando la bolsa en mi mano -Ahora ve, sino se te va a hacer tarde- agregó.

- Pero....- solté, observando la bolsa en mi mano -Muchas gracias...-fijé mi atención en aquellos hermosos ojos negros. Aquellos que han visto más que yo. Aquellos que seguramente han reído, como también han llorado - Se lo agradezco-

Y sin poder contenerme ante tanta dulzura, la abracé. Como si fuese un hermoso osito de peluche.
Me recuerda a mi abuela.

-Ya... ya.... ve- dijo al cabo de unos segundos, obligándome a que me separé de ella -Suerte- me deseó.

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