EPÍLOGO

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Zai'd y yo decendimos del taxi luego de pagarle al conductor por su servicio.
Corrimos en dirección al edificio para no mojarnos. Estaba lloviendo, y con toda la furia. El día parecía estar en mi contra.
Me abrió la puerta para que ingresará primera.
Me adentre, con los nervios de punta.

-Tenemos que subir por las escaleras- le indiqué, señalando las escaleras.

Comenzamos a subir, hasta llegar al piso.
Mis nervios se incrementaron al encontrarme con varias personas aguardando en el pasillo a que las llamen. La mayoría de ellas, estaba aquí por la misma razón que yo estaba aquí, por la audición.
Mientras que el resto, son sus acompañantes, como Zai'd.

Nos encaminamos, hasta tomar asiento al lado de una madre que acompañaba a su hija, una adolescente.
Había personas de mi edad.

Se encontraban charlando entre ellos, o simplemente sumisos en sus pensamientos, concentrados en lo que iban a hacer. Repasando su coreografía.

Luego del concurso, una mujer se acercó a mi persona deseando hablar conmigo a solas.
Comentó que en una semanas habría una audición en esta misma ciudad, en un edificio no tan alejado del lugar donde se realizó el concurso. El objetivo de la audición es el de elegir a la próxima o próximo becado/a para ingresar a una de las academias más importantes de Londres. ¡ES UNA GRAN OPORTUNIDAD! ¡UNA DE LAS MEJORES ACADEMIAS!.
Me invitó a que participará, asegurando que tenía un don, y explicándome un poco que debía presentar.

Y aquí estoy. Muerta de los nervios.

En realidad, no quería presentarme. Pero Zai'd me animó a que lo hiciera, asegurando que son de esas oportunidades que sólo una vez en la vida se presentan, las que no hay que rechazar, por más miedo o desconfianza que tengas. Total, existen dos opciones, y ninguna de ellas es la muerte de nadie.

-Amor....- la voz de Zai'd me obligó a que fijé mi atención en aquellos comprensivos ojos -Todo estará bien, ¿si?. Tranquila.... recuerda que los nervios te pueden jugar en contra. Haz practicado mucho para esto, y sería lamentable que por culpa de unos tontos nervios, cometas un error, ¿no lo crees?-

Asenti.

-Gracias- tomé su mano -Por todo-

-Amor....- Zai'd se acercó, rozando sus labios contra los míos. Comiendome de la ternura - No me tienes que agradecer nada- aseguró -Recuerda que puedes cerrar esos hermosos ojitos y respirar hondo, eso te ayudará a relajarte- me repitió.

Sonreí. No podía ser más hermoso.

-¿Vanessa?-

Es mi turno.

Habíamos llegado con lo justo.

Me puse de pié, acomodando mi abrigo. Debajo del mismo llevaba un vestido, el cuál escogí para la audición.

-Suerte- me deseo.

Suspire, y con el valor corriendo por mis venas me dirigí a esa puerta. A esa habitación, que puede o no, cambiar por completo mi vida.
Tras adentrarme, me encontré con un jurado compuesto por cuatro personas, dos de ellos eran masculinos. Un hombre mayor de cabello canoso, y unas gruesas gafas. Y un hombre que tendría unos treinta años de edad, de cabello castaño.
Una de ellas era aquella mujer que me habló en el concurso. No lo podía creer. Sería parte del jurado.

La puerta se cerró a mis espaldas, logrando sobresaltarme.

-Vanessa....- tomó la palabra el hombre de mayor edad. El de menor edad, no mostraba mucho interes por mí presentación -Victoria nos comentó un poco acerca de ti- señaló a la mujer que conocí en el concurso - Al parecer tú papel en el cascanueses fue muy interesante- explicó -Bien... sin más preámbulos, y cuando estés lista, puedes iniciar- abrió sus manos.

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