Capitulo 17

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

—Pasen—Shion se hizo a un lado para dejar pasar a Danzo y a Zetsu. Los dos hombre llegaron a su apartamento, tal como ella les había indicado. Estaba dispuesta a lo que fuera necesario para quitar a esa mocosa de su camino.

—¡Bien...! Ya estamos aquí, usted dirá—soltó Zetsu con curiosidad, aunque de sobra sabían lo que la fémina planeaba.

—Ustedes y yo tenemos algo en común—Danzo le dio un sorbo a su bebida, mientras Shion caminaba de un lugar a otro con el ceño fruncido—los tres deseamos quitar de en medio a Hinata Hyuga y si nos unimos, estoy segura que lo lograremos sin dejar huella que puedan evidenciarnos con Indra—Danzo sonrió pensando en lo peligroso que puede llegar a ser una mujer despechada.

—¿Ya tiene un plan en menté?—preguntó el mayor.

—Conozco a muchas personas sin escrúpulos, que estarían complacidos de dañar a Indra y a Madara Uchiha donde más les duela—los dos hombre sonrieron al entenderla. Gracias al éxito de ambas familias, iban dejando muchos enemigos atrás y estos harían lo que fuera, para vengarse de quienes les quitaban las oportunidades de ganar más capital.

—Eso sería la oportunidad perfecta para deshacernos de Madara—repuso Zetsu—si ella muere, quedara tan vulnerable que nos será fácil tomarlo desprevenido... Será como matar dos pájaros de un solo tiro.

—Les proporcionaré una lista con los nombres y números telefónicos de todos los sujetos interesados en ver sufrir a los dos ex amigos. Ustedes solo deben encargarse de buscar a alguien que se ponga en contacto con ellos, para que si algo sale mal, no puedan vincularnos con nada—definitivamente, esa mujer había pensado en todo y era evidente que no iba descansar hasta quitar de en medio a la joven de ojos color luna, no obstante, debían irse con mucho cuidado, porque si Indra se llegaba a enterar, no dudaría en darles una lenta y dolorosa muerte, además estaba el Uchiha, el cual era considerado un salvaje.

—Estaremos en contacto—los varones se retiraron y dejaron sola a la chica. Esa noche iba poder dormir tranquila sabiendo que muy pronto, se desharía de esa mujer que nunca debió haber aparecido en su camino y cuando Indra se calmara, lo haría regresar con ella para estar juntos como antes, incluso podían casarse, después de todo y por mas que tratara, no podía amar a otro que no fuera él. No sabía que era lo que tenía ese hombre, pero la tenía totalmente a sus pies.


[...]


Durante todo el tiempo que la ojiluna estuvo narrando la vida que tuvo junto a sus padres, el anciano no había dejado de llorar. En parte por el tierno rostro de su nieta, que parecía perdida en un lugar del pasado, pues de vez en cuando sonreía y en parte, por la culpa, los remordimientos y el dolor que acarrearon sus malas decisiones.

Hizashi también derramó algunas lágrimas pero nada comparado con el mayor, que entre más veía a su nieta, más lágrimas insistían en aparecer.

Lo que la joven describió era una familia llena de armonía ayudándose mutuamente para darle una vida digna a la hija que ya tenían como a el bebé que venía en camino, pero a partir del momento en que recordó el embarazo de su madre, el semblante nostálgico y soñador que mostró Hinata, se transformó en uno lleno de tristeza y dolor. Neji quiso persuadirla para que no continuara, pero ella se empeñó en seguir.

Hiroshi sintió que lo apuñalaban lenta y dolorosamente. Primero las remembranzas llenas de felicidad y después la desgracia, la amargura, el dolor y la soledad a la única persona que quedó con vida y que tendría que recordar el peor día de su vida por el resto de su existencia.

El cordero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora