Capitulo 25

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Los personajes de Naruto no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

¿A quien le filtraste información?—la bailarina escupió un poco de sangre, no obstante, Obito continuó con la tortura, tanto física, como psicológica. Sin perder el tiempo, los Uchiha se ocuparon de indagar acerca de los últimos movimientos de la ojiperla y teniendo una gran influencia en el bajo mundo, no les tomó mucho tiempo dar con la bailarina que grabó los incidentes ocurridos en la reunión de los azabaches con los inversionistas rusos, ademas, siguiendo la señal del celular de la joven, dieron con un taxi donde se encontró el bolso perteneciente a Hinata, desafortunadamente, el coche estaba abandonado y no correspondía a ninguna compañía, era un taxi robado y no se pudo obtener pistas del conductor, pero accediendo a los mensajes y al todo el contenido del celular, supieron lo que la hizo salir en medio de la noche.

—Sólo tienes dos opciones y de ti depende cuál de ellas quieras escoger—añadió Itachi—Si confiesas lo que queremos saber, la única en morir serás tu y aunque no lo merezcas, te prometo una muerte rápida, pero si insistes en guardar silencio, yo personalmente me encargaré de desaparecer a todos y cada uno de los miembros de tu familia—la chica se horrorizó al escuchar la advertencia, mientras que Itachi se veía en total control de sus emociones, muy diferente a sus parientes—y puedes estar segura de que ni tu muerte, ni la de ellos serán rápidas.

—¿Me asesinaran?—la fémina se esforzó por hacer la pregunta, a pesar de ya intuir la respuesta.

—Sabías las consecuencias de traicionarnos, incluso se te dio una generosa paga por tu presencia en esa reunión. Obviamente, todas las presentes fueron informadas de las consecuencias que podía tener filtrar información sobre lo sucedido y tu lo hiciste deliberadamente... así que no esperes salir con vida de este lugar—era cierto, ella sabía las consecuencias, sin embargo, Shion le aseguró que nadie sabría sobre su participación, ademas estaba la jugosa paga que recibió por asociarse con ella y la cual no pudo resistir—Ahora te daré un minuto para que me des una respuesta—la chica lo supo tras enfocar las oscuras orbes del menor de los tres azabaches. Izuna y Obito se veían furiosos, sin embargo, a pesar de la supuesta calma mostrada en Itachi, fueron sus ojos los que reflejaron la silenciosa advertencia. Había quedado claro que no estaba mintiendo y se arriesgaba a sacrificar a toda su familia por sus malas decisiones.

—Fue Shion quien me contrató y fue ella a quien le entregué los vídeos recolectados esa noche—aseguró ya habiendo escogido la decisión mas justa, dado que su familia no tenía la culpa de sus actos.

—Excelente decisión—sin más, Itachi le dio un tiro en la frente, acabando instantáneamente con su vida.

—Pero Itachi—refunfuñó Obito al no haberse desquitado por mas tiempo—fuiste demasiado amable con esa maldita.

—Obito tiene razón, ella se merecía sufrir durante días—añadió Izuna.

—No hay tiempo para divertirse—replicó sin mostrar emociones, ya que también él, hubiera querido infligir tortura a esa traidora, no obstante, su prioridad era dar con el paradero del cordero y ya sabían quien estaba tras su secuestro—Hinata esta en un grave peligro, esa mujer la odia y está dispuesta a todo—sus parientes ya no tuvieron argumentos para contrariarlo y optaron por ir en busca de Madara, mientras que el equipo de limpieza se encargaba de deshacerse del cuerpo.

...

—¿Como no se me ocurrió antes?—se lamentó Madara al obtener la información brindada por Itachi—Mi bonita corre un gran peligro en manos de esa desquiciada... Todo es culpa de Indra—aseguró ganando la desaprobadora mirada de Fugaku.

—No creó que debas culparlo, es evidente que él también se ha preocupado por ella—Madara se quedó en silencio, ya que su cuñado tenía razón, Indra la había protegido y de haber sabido que Shion estaba tras el atentado, no hubiese dudado en asesinarla—además, no olvides que gran parte de la culpa es de Mei e indirectamente tuya por dejarte grabar en momentos tan íntimos—reprochó haciéndolo sentir mas culpable.

El cordero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora