Capitulo 20

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

—¡Buenos días bonita!—las llamativas orbes perladas dejaron sin aliento al Uchiha. Él tenía alrededor de media hora de haber despertado ¡Y vaya despertar! El aroma de su niña llenó por completo la habitación. El clima frío ni siquiera se sentía, ya que su cuerpo pegado al de Hinata generaba un agradable calor y a esa hora su hombría clamaba por ella. Durante los primeros minutos, se dedicó a mirarla, pero a medida que lo hacía, la necesidad por poseerla iba en aumento... La quería otra vez, así que comenzó acariciandola y estrujándola contra él. Estaba embelesado por ella que le era difícil soltarla.

La beso en la espalda y continuó hasta el cuello. En ese momento, ella comenzó a removerse logrando que detuviera sus movimientos. La joven se estiró y sintió que no estaba sola, abrió los ojos lentamente y se encontró con la deslumbrante sonrisa de Madara.

—¿Tiene mucho de haber despertado?—se dejó acariciar sintiéndose ansiosa por pertenecerle de nuevo.

—El suficiente para que me provocaras—con avidez se colocó sobre ella. Hinata le dio acceso y en segundos lo tenía en medio de sus piernas al mismo tiempo que la besaba en los senos. Madara estimuló la feminidad de su ojiperla. Debía prepararla, de lo contrario la dañaría.

La sensación de los pezones siendo succionados anudado a los dedos estimulándole el clitoris, llevaron a la morena en muy poco tiempo al éxtasis.

Complacido con su labor, el azabache se colocó en la posición donde se hundiría dentro de ella.

—Ahhh—sin importar lo húmeda que se hallaba, el miembro masculino le provocó dolor al adentrarse co fuerza, no obstante, al poco tiempo desapareció dando paso al placer.

—¡Hinata!—la joven se deleitó escuchando su sensual voz mientras la llamaba sin dejar de adentrarse en ella, llenándola por completo. La tomó de las mejillas e hizo el cabello hacia atrás embriagado por el placer—¿A quien le perteneces bonita?—ella lo miró a escasos centímetros de su rostro mientras continuó gimiendo y se dio cuenta que él esperaba su respuesta.

—A Madara... soy suya—contento con la respuesta, la beso con ternura, no obstante, las embestidas no eran tiernas en lo absoluto—¡Lo amo!—Madara no sabía que era lo que había hecho bien para merecer tanta felicidad. Hinata lo desarmaba por completo con sus confesiones. ¡Ella era suya! Extasiado beso el cuello femenino y le dejo una marca, la primera de muchas que deseaba hacerle.

—¡Toda mía!—repitió sus pensamientos en voz alta. El acalorado encuentro continuó con el azabache poseyéndola con amor. Trataba de demostrarle cuanto la amaba. Ella no dejó de entregarse por completo y al Uchiha le complacía verla mordiendo su labio tratando de aminorar los sensuales gemidos—No te contengas, me fascina escucharte gritar—de no ser por el apasionado momento, ella se habría sonrojado. Las lágrimas salieron de las perlas ante el fuerte orgasmo que ambos lograron obtener. Madara le besó el rostro antes de salir de ella.

La pareja se duchó y aprovechó la ausencia de los otros Uchihas, para continuar juntos. Siendo temprano, el azabache la invitó a desayunar fuera. Sin que ella lo supiera, él le envió un mensaje a su familia, pidiendo no molestarlos durante todo el día. Esos momentos eran sólo suyos y pensaba cuidar de ella, dado que se encontraba adolorida.

Madara condujo durante mas de una hora a un pueblo vecino que se destacaba por los sitios turísticos, los cuales se habían hecho famosos gracias a los paisajes naturales, que se veían desde los pocos restaurantes y el hotel local, mismo en el que él se encargó de reservar una habitación. Tanto el hotel como los restaurantes, se asemejaban a cabañas en medio del bosque adornado por la nieve. El sitio también contaba con actividades a los esquiadores o a quienes les gustaba pasear con las motos de nieve.

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