Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—Quien era ese tipo?—preguntó Gaara, cuando el auto continuó el trayecto.
—No lo se, yo nunca antes lo había visto, pero...—la joven lo pensó por unos segundos, antes de continuar—Era muy apuesto, su mirada me dejó casi sin aliento—confesó sin poder borrar el atractivo rostro del extraño.
—Pues parecía conocerte—le dijo Gaara, pensando en lo que Hinata acababa de confesar. Ella nunca antes se mostró interesada en ningún chico y el hombre del cementerio, no era precisamente un chico, dado que su aspecto era de un hombre con mayor edad que ellos.
El celular de la ojiperla vibró anunciando la entrada de un mensaje de texto. Ella lo abrió y no pudo evitar sonreír.
—¿Que pasa?—cuestiono el pelirrojo.
—Es un mensaje del señor Shikaku, para informarme que ya realizó la transferencia a la cuenta de los Uchihas. Ahora me siento mucho más cómoda, sabiendo que pague por todo lo que gastaron en mí—le contó con alegría impresa en su rostro.
—¿No crees, que esto pueda acarear disgusto en ese hombre?—por lo que ella misma les contó, el Uchiha era de armas tomar, cuando le llevaban la contraria.
—No lo se, pero tampoco me pondré a pensar en ello—ella tenía muchas cosas mas importantes en que pensar, que en el disgusto de ese hombre.
—En ese caso...¿que tal si vamos a comer unos dangos? Unos de los trabajadores, llevaron unos, realmente deliciosos a la oficina y me recomendaron el lugar.
—¿Y también venderán rollos de canela?—el pelirrojo sonrió sabiendo que si quería ir. Le indico la dirección al chofer y en poco tiempo estuvieron el el sitio.
Lo primero que los recibió fue el agradable olor a pan recién horneado, aunque el aroma a café también predominaba.
Se sentaron en una de las mesas frente a la ventana, después de pedir sus órdenes y continuaron conversando acerca de los trabajos de cada uno de ellos. La ojiperla le comentó a Gaara, sobre la enfermera del plantel estudiantil, la chica llamada Karin y el pelirrojo, por su parte también le contó sobre como le estaba yendo en la empresa.
Los dos agradecieron a la mesera que les trajo la comida y se dispusieron a probar.
—Tenias razón...esto está increíble—afirmó Hinata, mientras probó de todo, incluido una rebanada de pastel de chocolate—¿Sabes? Mokoto-san, me enseño el proceso para preparar los dangos, pero dentro del internado, no tuve acceso a las cocinas y ahora no se si me queden bien, como le quedaban a ella—comentó emocionada, recordando los días felices, en los que Itachi y ella, comían toda la comida dulce.
—No se diga mas...mañana yo te ayudaré a prepararlos y se los damos a Kankuro, así si se indigesta, sabremos que no lo hicimos bien y podemos seguir practicando.
—¡Gaara!—lo reprendió por querer usar a su hermano, como conejillo de indias. El chico se echó a reír, por la expresión de Hinata.
—No lo puedo creer—una persona se acero a la mesa de los dos chicos—Gaara ¿eres tu?—el mencionado se puso de pie para encararlo.
—Mucho tiempo sin vernos Naruto—la ojiperla se sorprendió al escuchar ese nombre y no creía que hubiera otra persona, que se llamara igual que el rubio.
Ambos hombres se saludaron, sonrientes. Ellos se conocían desde niños, debido a los negocios de sus padres, aunque Gaara, era un poco menor que Naruto, los dos se llevaron muy bien desde que se conocieron. Naruto giró su rostro y enfocó a la persona que también se hallaba en la misma mesa.
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El cordero
FanfictionDos amigos desde niños, crecieron continuando con los negocios ilícitos, que han manejado sus familiares desde mucho tiempo atrás, incluso antes que ellos nacieran... se convierten en acérrimos enemigos, dividiendo todo y tomando diferentes bandos y...